
Los saudíes volvieron a tomar las calles este jueves en la ciudad de Al-Qatif, situada en la provincia Oriental
(este), para solicitar la liberación del destacado activista de derechos humanos Fadel al-Monassef.
Desobedeciendo una orden del ministerio del Interior saudí, que prohibía cualquier tipo de manifestaciones, los ciudadanos de otras aldeas vecinas a Al-Qatif también se sumaron a la protesta a favor de Al-Monassef.
El ministerio saudí del Interior divulgó el 5 de marzo de 2011 un comunicado por el que se prohibía "toda forma de manifestaciones, marchas o protestas”, bajo el pretexto de que las protestas contra el régimen contradicen los principios de la Sharia (ley) islámica, los valores y tradiciones de la sociedad saudí, además de alegar que perturban el orden y perjudican los intereses públicos y privados.
Desde febrero de 2011, la Provincia Oriental, una localidad rica en petróleo, ha sido escenario de manifestaciones regulares, especialmente en las ciudades de al-Qatif y Awamiyah.
Las protestas contra el gobierno saudí se han intensificado desde el pasado noviembre, cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes en al-Qatif y mataron a 5 personas durante una protesta pacífica para exigir la liberación de todos los presos políticos, libertad de expresión y de reunión, y el cese de la discriminación ejercida por la monarquía saudí.
Grupos de derechos humanos, entre ellos el Observador de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional y la Primera Organización de Derechos Humanos Saudí, han acusado reiteradas veces a Riad de silenciar a los opositores a través de la intimidación y de violar los derechos fundamentales de los ciudadanos saudíes.
Este año, los Al Saud, perpetuados en el poder, han intensificado la represión contra los manifestantes, a tal extremo que el ministerio saudí del Interior amenazó el pasado febrero a los manifestantes con emplear “puño de hierro”.
(este), para solicitar la liberación del destacado activista de derechos humanos Fadel al-Monassef.
Desobedeciendo una orden del ministerio del Interior saudí, que prohibía cualquier tipo de manifestaciones, los ciudadanos de otras aldeas vecinas a Al-Qatif también se sumaron a la protesta a favor de Al-Monassef.
El ministerio saudí del Interior divulgó el 5 de marzo de 2011 un comunicado por el que se prohibía "toda forma de manifestaciones, marchas o protestas”, bajo el pretexto de que las protestas contra el régimen contradicen los principios de la Sharia (ley) islámica, los valores y tradiciones de la sociedad saudí, además de alegar que perturban el orden y perjudican los intereses públicos y privados.
Desde febrero de 2011, la Provincia Oriental, una localidad rica en petróleo, ha sido escenario de manifestaciones regulares, especialmente en las ciudades de al-Qatif y Awamiyah.
Las protestas contra el gobierno saudí se han intensificado desde el pasado noviembre, cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes en al-Qatif y mataron a 5 personas durante una protesta pacífica para exigir la liberación de todos los presos políticos, libertad de expresión y de reunión, y el cese de la discriminación ejercida por la monarquía saudí.
Grupos de derechos humanos, entre ellos el Observador de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional y la Primera Organización de Derechos Humanos Saudí, han acusado reiteradas veces a Riad de silenciar a los opositores a través de la intimidación y de violar los derechos fundamentales de los ciudadanos saudíes.
Este año, los Al Saud, perpetuados en el poder, han intensificado la represión contra los manifestantes, a tal extremo que el ministerio saudí del Interior amenazó el pasado febrero a los manifestantes con emplear “puño de hierro”.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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