El descaro de quienes colocan en puestos claves de la economía mundial se cumplió nuevamente cuando Dominique Strauss fue apartado de la dirección del FMI, por una supuesta violación sexual en un hotel neoyorquino, delito del que fue absuelto.
Su sucesora, Christine Lagarde, se enfrentó de inmediato con la Justicia francesa, que abrió oficialmente una investigación a la flamante directora por un presunto delito económico cometido en 2008.
El Tribunal de Justicia de la República (CJR), el único competente para juzgar delitos cometidos por ministros durante su estancia en el cargo, eligió la comisión de instrucción compuesta por tres magistrados del Supremo que llevaron a cabo la investigación. El nombramiento de los tres jueces instructores era el siguiente paso del proceso después de que el CJR se mostrara favorable a la apertura de la investigación.
Lagarde era y es sospechosa de haber intercedido de forma presuntamente ilegal para conceder una millonaria indemnización al empresario Bernard Tapie, abuso de poder y desvío de dinero público.
Los tres jueces deberán determinar si Lagarde cometió los delitos que se le imputaron y por las que podría ser condenada a diez años de cárcel y 150.000 euros de multa. Curiosamente, el caso sigue siendo investigado y esta presunta delincuente continúa dirigiendo el Fondo Monetario Internacional y amenazando con nuevas crisis en la eurozona.
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