XXXI Marcha a Rota

lunes, 1 de agosto de 2011

Rupert Murdoch y la Caja de Pandora del Periodismo Sensacionalista

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Imagen: http://www.newsoftheworld.co.ukEl domingo 10 de julio salió la última edición del semanario inglés, News of the World, un tabloide caracterizado por sus morbosos titulares en contra de políticos, artistas y ciudadanos comunes que se volvieron a lo largo de 168 años de su existencia en carne de cañón para la venta de este semanario que llegó a tener un tiraje de 2 millones 606 mil ejemplares y a facturar unos 44 millones de euros anuales en ventas.

En su editorial, el tabloide, propiedad del emporio mediático News Corp. del magnate australiano-norteamericano Rupert Murdoch, afirmó: “simplemente perdimos el camino. Los teléfonos fueron intervenidos y por esa razón este diario realmente lo lamenta”.

La frase es el reconocimiento explícito de la investigación que encabezó otro periódico británico, The Guardian, ligado al laborismo inglés y adversario ideológico de este tabloide y otros de la cadena de Murdoch como The Sun o The Times.

Durante semanas, The Guardian destapó una auténtica caja de Pandora en torno a News of the World: demostró que entre 2003 y 2007 este semanario cometió varios delitos de prensa. Sus periodistas, impulsados por el director, hacían espionaje telefónico y cibernético, metiéndose a cuentas de email, sobornaban a policías por 110 mil euros para obtener información o alterar el curso de investigaciones sobre varias víctimas, incluyendo a los familiares de los atentados del 7 de junio de 2005 en el metro de Londres. Lo mismo ocurrió con los padres de dos niñas asesinadas en 2002.

La fuente principal de este escándalo es Clive Goodman, ex reportero del semanario que cubría a la realeza británica. El interceptó los buzones de voz de tres empleados del palacio de Buckingham. Reconoció que había realizado espionaje y pasó cuatro meses en la cárcel.

A la serie de “escándalos inducidos” por el sensacionalismo, se sumó el caso de Milly Dowler, de 13 años, asesinada en 2002. Los periodistas accedieron a los mensajes dejados por sus padres en el buzón de un teléfono móvil. Cuando este buzón se llenó, los borraron para hacerle creer a sus padres que Milly seguía viva y utilizando su teléfono.

The Guardian demostró que quien encabezó el semanario durante estos delitos (2003-2007) fue el actual vocero del primer ministro británico David Cameron. El periodista Andy Coulson tuvo que renunciar a su cargo. A sus 43 años, Coulson está acusado de haber sabido del espionaje telefónico y de haber autorizado pagos a policías a cambio de información. Fue detenido el viernes 8 de julio y salió libre bajo fianza después de pagar una fianza.

Para tratar de desmarcarse de Coulson y del escándalo del semanario, el primer ministro conservador Cameron anunció lo que todos los políticos hacen para ganar tiempo: formar una “comisión investigadora”. Prometió que esta comisión “no dejará piedra sin mover” y servirá de base para establecer “un nuevo sistema de regulación” de los medios de prensa.

Cameron se rasgó las vestiduras, al igual que Rupert Murdoch, el magnate australiano de 80 años, dueño de un emporio de medios impresos y televisivos (principalmente la cadena Fox de televisión y el sistema Sky), caracterizados por su sensacionalismo, su talante conservador y su apoyo irrestricto a las invasiones norteamericanas a Afganistán e Irak. Además, Murdoch es enemigo declarado del presidente Barack Obama.

Murdoch ordenó el cierre del semanario y el despido de 200 trabajadores que se quedaron en la calle. La mayoría no tenía ninguna relación con el equipo directivo que realizó el espionaje y el pago de sobornos a policías entre 2005 y 2006.

Sin embargo, dejó a salvo a Rebekah Brooks, ex directora de News of the World entre 2000 y 2003, quien se colocó al frente de The Sun. Distintos testimonios recabados en la investigación de The Guardian y otros medios la señalan como la verdadera artífice de esta práctica de espionaje.

Brooks ahora dirige ¡toda la rama editorial de los periódicos que son propiedad de Murdoch! Incluyendo The New York Post, el conservador rotativo norteamericano, más de 20 periódicos en Australia, The Times y una parte del legendario periódico de negocios The Wall Street Journal.

Brooks es amiga personal de Cameron, vecina del primer ministro británico en Oxfordshire y suelen almorzar juntos muchos domingos.

La pregunta es lógica: si Brooks supo y consintió el espionaje telefónico para obtener información y violar la privacidad en The News of the World, ¿no hará lo mismo en los otros periódicos del imperio de Murdoch?

Sky, el Gran Negocio de Murdoch.

El único que, hasta ahora, no sale afectado es el propio Rupert Murdoch, artífice de este imperio mediático basado en la nota sensacionalista, la telebasura, las campañas conservadoras y el maniqueísmo típico de los conservadores anglosajones.

Tras el escándalo del semanario, Murdoch salva el negocio principal: la adquisición del 61 por ciento de acciones en el mayor sistema de televisión restringida de Gran Bretaña, BskyB, con 10 millones de suscriptores. Murdoch invertirá 14 mil millones de dólares en esta nueva adquisición.

El gobierno de Cameron dio el visto bueno para que se le autorizara a Murdoch esta compra, sin tomar en cuenta el control editorial que ya tiene a través del canal de noticias Sky News.

El gobierno conservador de Gran Bretaña decidió no pasar el asunto de Murdoch a OFCOM, el organismo regulador para el tema de competencia económica y antimonopolios en los medios ingleses, ante las protestas de la gran mayoría de los medios.

The Financial Times publicó el 7 de julio, citando a fuentes del ministerio de Cultura inglés, que la decisión definitiva sobre la adquisición de Murdoch tomaría “varias semanas”, en espera de que se aplaque la polémica generada por los sobornos de no menos de 110 mil euros a policías a cambio de información.

El cierre del semanario es quitarle apenas un pelo al gato del imperio de Murdoch, el cual se extiende hasta México. El magnate australiano es socio de Televisa, con el 30 por ciento de las acciones del sistema Sky, de televisión satelital, mientras que la empresa de Emilio Azcárraga Jean tiene el 60 por ciento y Liberty Media, el 10 por ciento restante.
Murdoch ha logrado extender su imperio a China e India. Sus activos fundamentales son el canal Fox News, el sistema BSkyB y los periódicos de línea conservadora y probelicista.

No es casual que una de las recientes “adquisiciones” de Murdoch sea el ex presidente español José María Aznar, quien figura como asesor del Consejo de Administración de News. Corp. También Margaret Thatcher, George W. Bush y otros halcones de las recientes “guerras contra el terrorismo” forman parte de la nómina de este empresario originario de Melbourne, Australia.


OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA

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