
Sábado, 04 de Junio de 2011 09:42 inSurGente.org Estado Español - Política
Cuando se abren las urnas en un barrio obrero y vemos que están llenos de votos de derecha, es como si la realidad nos golpeara con un grito: ¡hay mucho trabajo por hacer!
Las zonas con acuciantes problemas económicos y sociales no deberían ofrecer esa pavorosa imagen de miles de personas depositando votos con los nombres de sus verdugos, de sus explotadores, de los causantes de la miseria. Allí donde ocurre es porque la izquierda ha desaparecido, ha abandonado el trabajo de clase en aras de discursos televisados de ideología reformista que a la postre traen consigo el votar al original y no a la copia.
Ese voto es hijo de muchos días donde se inoculó desencanto, desesperanza, el "todos iguales" pero, sobre todo, un desclasamiento profundo urgido desde los medios de desinformación masiva, desde sindicatos pactistas que erradicaron la lucha de clases de su ideario, desde organizaciones con nombre progresista pero con actuaciones neoliberales. Y todo ello obliga a que el trabajo social pendiente sea más arduo que nunca.
Quizás el primer paso sea clarificar, desbrozar, dejar de una vez claro qué es izquierda y qué se llama izquierda pero no lo es, o lo que es lo mismo, quién está a un lado de la trinchera con idea de destruir el sistema capitalista, y quién está al otro lado, abrazado a las palabras consenso, pactos, reforma y negociación. Todo para erradicar teorías cancerígenas que han hecho mucho daño, como las consabidas apoyar al menos malo o votar contra el otro sin hacer muchas preguntas.
En este contexto la necesidad de un Frente de Izquierdas que canalice y organice las luchas sociales, que apueste claramente por la ruptura y no por el amoldamiento en las instituciones con pactos y más pactos con los causantes de la debacle, resulta una necesidad histórica.
Un articulo de Jorge López Ave.
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