XXXI Marcha a Rota

viernes, 10 de junio de 2011

ACAMPADA EN WISCONSIN CONTRA EL NUEVO REAGAN


Las protestas en Wisconsin aumentan a medida de que se acerca la confrontación sobre el presupuesto y el embargo de las elecciones mientras el gobernador Walker se cree el nuevo Reagan.

Un articulo de John Nichols The Nation Hoy a las 12:12 39 lecturas

Acampada "Walkerville" en Wisconsin

El gobernador del estado de Wisconsin (EEUU), Scott Walker, un político ambicioso que nunca ha empezado un mandato sin ya empezar a posicionarse para su próxima elección, hizo una jugada para posicionarse en la escena nacional sólo semanas después de haber jurado su cargo el invierno pasado como gobernador del partido Republicano con mayorías Republicanas en las dos cámaras en la legislatura de Wisconsin.

Utilizando lo que se suponía que era “una pequeña ley para reparar el presupuesto”, Walker propuso hacer desaparecer el derecho a la negociación colectiva para los funcionarios y maestros estatales, de lo condados y municipales, reestructurar radicalmente el gobierno estatal y concentrar el poder en la oficina del gobernador y utilizar ese poder para limitar el acceso a la sanidad pública para las familias de clase obrera y personas de la tercera edad, mientras vende propiedades públicas a corporaciones amigas.

Si consigue hacer todo esto, Walker dijo a sus colaboradores, podría ser lo que los Republicanos llevan buscando desde los años 1980, un nuevo Ronald Reagan. Este es su sueño y el que compartió en una conversación telefónica con una persona que Walker pensaba que era el millonario contribuyente a su campaña electoral, David Koch. “Acabamos de celebrar el centenario de Ronald Reagan ayer. Reagan tuvo uno de sus momentos estelares de su carrera política, no sólo de su presidencia, cuando despidió a los controladores aéreos. Y yo me dije que ese momento fue mucho más que un tema laboral o para el presupuesto federal, era la primera grieta en el Muro de Berlín y la caída del comunismo porque desde ese momento, los rusos y los comunistas se dieron cuenta de que Ronald Reagan no era un pelele”, Waker dijo en su monólogo. “Y lo que estoy haciendo en Wisconsin a lo mejor no tiene el mismo impacto a nivel mundial, pero sí en la historia de Wisconsin – no me daba cuenta hasta que punto lo tendría a nivel nacional -. Me dije, este es ahora nuestro momento, este es el momento para cambiar el rumbo de la historia. Tuve una reunión de gabinete esta mañana y les recordé todo eso, y los que pensabais que yo estaba siendo melodramático, ahora sabéis que lo estaba poniendo en su contexto adecuado”.

Ahora, casi cuatro meses desde que empezó la batalla en Wisconsin, Walker no parece que vaya a ser el nuevo Reagan.

Su agenda anti-laboral ha sido bloqueada por las manifestaciones a favor de los sindicatos más grandes y más consecuentes de los Estados Unidos desde los años 1930, y también por maniobras legislativas y por órdenes judiciales. Su popularidad está descendiendo y corre el riesgo de perder el control del senado estatal a los Demócratas que están determinados a bloquear sus iniciativas.

Pero Walker se niega a llegar a un acuerdo con los Demócratas. Tan vendido está a los que financian su carrera política como los hermanos Koch y la familia De Vos, los que han traído millones de dólares a Wisconsin para promocionar sus propuestas extremas y reemplazar uno de los sistemas de educación pública más fuertes del país con un sistema de cupones y de privatizaciones, que el gobernador sigue presionando a sus aliados legislativos para recortar radicalmente los presupuestos de educación y de servicios locales.

Como su compañero de partido, el congresista Paul Ryan, Republicano de Janesville, Walker sigue son su discurso delirante de que él está interesado en cuadrar las cuentas. Pero sus iniciativas, lo que realmente hacen, es mover el dinero de los servicios públicos a las cuentas de banco de los contribuyentes más importantes a sus campañas electorales. Para protegerse políticamente, Walker y sus amigos legisladores están muy ocupados llenando los presupuestos de propuestas contra los sindicatos, que tienen como objetivo debilitar a los trabajadores y dar más poder a los políticos Republicanos que están compinchados con las corporaciones. Al mismo tiempo, Walker y los suyos están trabajando rápidamente para limitar la participación de los votantes y la democracia local.

El enfoque “dictatorial” del gobernador – como lo ha descrito un miembro de la legislatura- y sus juegos de poder, han provocado una gran respuesta. Los ciudadanos de Wisconsin han vuelto a salir a la calle, acampados alrededor del Capitolio como parte de una protesta “Walkerville”, que coge su nombre de las acampadas “Hooverville” de los años de la Depresión. Y están protestando con más motivación y con una manifestación masiva el lunes pasado (encabezada por el ex senador Russ Feingold) que llenó las calles alrededor del Capitolio con bomberos, policías, funcionarios estatales, trabajadores metalúrgicos y estudiantes. Esta es la primera de una serie de manifestaciones que se espera que movilice a decenas de miles de ciudadanos de Wisconsin contra los presupuestos de Walker. Los manifestantes ya han dado suficiente miedo a algunos legisladores republicanos que han abandonado algunos aspectos de la agenda de Walker (recortes en los programas para la tercera edad, en programas de reciclaje, y un plan para privatizar la Universidad de Wisconsin).

Pero Walker y la mayoría de sus compañeros republicanos están trabajando largas horas para implementar todo lo que puedan del programa del gobernador. La razón de este empuje tan agresivo está muy clara. Las acciones de Walker han ofendido tanto a los votantes de Wisconsin que están determinados a quitar a sus aliados del senado de Wisconsin y a cambiar el poder del senado de los Republicanos a los Demócratas. Eso frenaría la agenda del gobernador, aumentaría la posibilidad de un voto de no-confianza en enero y le apartaría de cualquier posibilidad de presentarse como candidato Republicano a las elecciones presidenciales de los EEUU.

Las tácticas tan obvias de Walker son ahora tan transparentes que han hecho que la gente salga otra vez a la calle. Y la mezcla de protestas y de acción política están poniendo al gobernador contra la pared. A lo mejor aún piensa que será el próximo Ronald Reagan. Pero cada día se parece más y más a Herbert Hoover.

(Traducción: C.Valverde)

¿Despertará por fin el "Gigante Dormido", es decir, la clase obrera estadounidense?

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