Dice que Europa en lugar de condenarla debería imitarla.
En la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa del 27 de enero se debatió la situación en Bielorrusia. El análisis tuvo un carácter marcadamente tendencioso. En defensa de Bielorrusia intervino el presidente del CC del PCFR, y responsable de la fracción del PCFR en la Duma, G. Ziugánov.
Para el PCPF, "la Asamblea Parlamentaria defiende los derechos humanos, pero los principales derechos humanos son el derecho a la vida, el derecho a la dignidad, el derecho a la verdad", y al tratar la situación en Bielorrusia "hay que partir de la realidad, de la democracia como poder del pueblo, y no como poder de la oligarquía, de los sacos de dinero y los delincuentes".
Ziuganov recuerda que en las elecciones del pasado 19 de diciembre " estuvieron presentes cientos, miles de observadores de todos los países de Europa. Hubo un aperturismo sin precedentes, cuando cualquiera pudo comprobar con sus propios ojos, que es lo que ocurre en la república y con qué ánimo acude la gente a las urnas".
"¿Por qué de cada 10 ciudadanos de Bielorrusia, 9 acudieron a las urnas y 8 votaron por el curso que viene promoviendo en los últimos años Alexánder Lukashenko y su equipo? ¿Por qué acudieron a votar en familia, con entusiasmo, como si acudieran a una fiesta popular?", se pregunta Ziuganov.
"Los bielorrusos perciben de un modo tan intenso los problemas relacionados con la seguridad. En la actualidad, en el espacio postsoviético, Bielorrusia es la república más segura. Allí no hay atentados terroristas, ni crimen organizado, y apenas hay narcotráfico. Valoran enormemente la estabilidad y el orden, sin los que es imposible sobrevivir en las actuales difíciles circunstancias", señala el líder comunista, para quien el pueblo bielorruso se distingue por "su extremada modestia, amabilidad, amor al trabajo y fuerza de voluntad. Y todos los intentos foráneos de imponerle una voluntad ajena, históricamente han terminado siempre en fiasco".
"La vida es confortable en Bielorrusia. Un país en el que los fascistas incendiaron todas las ciudades y la mitad de los pueblos, presenta hoy día el mismo aspecto que cualquier país europeo desarrollado . Minsk es una de las ciudades más hermosas de Europa", señala Ziuganov, quien asegura que en Bielorrusia "no se habla de justicia, sino que se preocupan de ella cada día. La diferencia entre el 10% más rico y el más pobre no supera las cinco veces. Es un indicador comparable al de los países escandinavos. Es un dato del que deberían tomar ejemplo muchos otros países y pueblos".
"El país goza de un sistema educativo gratuito y una medicina universal de gran nivel. El pueblo bielorruso se decantó en referéndum por el bilingüismo, y ya seas ruso, ucraniano, polaco o judío, todos se sienten reconocidos en el plano nacional y cultural".
"En Bielorrusia se ha desarrollado un sistema de Poder Popular. En todos los colectivos laborales y regiones de la república se celebraron asambleas para elegir quien les representase en el foro de toda Bielorrusia. En ese congreso popular, rindieron cuentas el presidente y demás dirigentes y se trazó el programa de desarrollo para los próximos cinco años. Eso fue un auténtico mandato para Lukashenko y su equipo para un nuevo periodo. Es un nivel de democracia que muchos envidiarían".
"A través de Bielorrusia pasan dos oleoductos y gaseoductos de Rusia hacia Europa, que funcionan de modo confiable y bajo supervisión se aseguran todos los envíos. El gobierno bielorruso nunca puso ninguna condición a los países europeos para garantizar el suministro de energía sin cortes", recuerda el líder comunista ruso.
"Durante la organización de las elecciones presidenciales Bielorrusia hizo 5 concesiones a las exigencias de la PACE. En cuanto a la oposición, tuvo la oportunidad de presentar un único candidato, y sin embargo se presentó dividida. Al mismo tiempo, todos los opositores al actual presidente gozaron de todas las posibilidades para presentar al pueblo bielorruso sus programas y mandar a sus interventores y observadores a todos los colegios electorales. Los electores en Bielorrusia se comportaron de modo inteligente: respaldaron la política y el programa de Lukashenko".
"En Minsk, el gobierno, a pesar de que el mitin de la oposición no había sido autorizado, no hizo nada por impedir la manifestación ni disolverla. Únicamente después de que se asaltase el edificio gubernamental y sede parlamentaria, las fuerzas del orden restablecieron la legalidad. La estrategia de tomar al asalto el día de las elecciones los edificios gubernamentales no es nueva. La hemos visto en los numerosos ejemplos de “revoluciones de colores”, desde Kirguistán hasta Belgrado, con todas las consecuencias de ellas derivadas".
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