No puede ser, una vez más los españolos hemos sido vilipendiados y engañados. Los mitos se derrumban y donde antes habían luchadores que competían para alzar el honor de EPAÑA y llevar con orgullo el sacrosanto estandarte de la victoria rojigualda ahora resulta que son en realidad unos yonkis EPOcondríacos, puestos hasta las cejas.
Puaj, si es que, de donde no hay, no se puede sacar.
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