
Mañana será "otro día histórico en" Washington, y ya se ha perdido la cuenta de cuantos van desde que Obama llegó a la presidencia. Firmará la Ley de la Reforma Financiera, que desde este lado del Atlántico es recibida con más expectación que allí, sobre todo por el contraste que marca con los gobernantes europeos, que todavía no han sido capaces ni de ponerle una pequeña tasa a la banca para que pudiesen participar en su propio rescate.
LA FRENÉTICA ESPECULACIÓN DE WALL STREET, UNA DE SUS CARACTERISTICAS MÁS REMARCADAS.
Ya antes de ser firmada, la reforma financiera de Obamas ha tenido su primera consecuencia: ha dejado sin habla a Wall Street. No se ha oido una sola voz de protesta, ni un banquero, ni una agencia bursátil, ni un broker que levante la voz contra algo que va dirigido contra ellos. O la reforma es tan contundente que ha dejado sin palabra a los "tiburones bursátiles", o no están en absoluto preocupados por los cambios que se avecinan.
Y es que como ya ocurrio con la reforma sanitaria, la financiera se ha ido descafeinando según se negociaban apoyos entre congresistas y senadores, y bajo la presión del poderoso lobby de Wall Street.
La que se presentaba como la mayor transformación desde la Gran Depresión se ha quedado en reformita, y muchas de las medidas más esperadas han desaparecido o se han suavizado muchisimo. Así ha sucedido con la llamada "regla Volcker", destinada a prohibir a los bancos comerciales invertir en fondos especulativos, y que se ha quedado en una limitación al volumen de estas inversiones, lo que no deja de ser una ayuda a los grandes bancos para que no se suiciden otra vez, ¡los pobrecillos¡ .
Pero es que además todos los análistas coinciden de que su aprobación es sólo el principio, pues para que la ley sea efectiva habrá que desarrollar más de 500 nuevos reglamentos. Un proceso largo, técnico y alejado de los focos, donde se hará notar más la presión de Wall Street hasta dejar a la nueva Ley vacia de contenido.
Se atribuye a Romanones (09.08.1863-1109.1950, tres veces primer Ministro en la segunda década del siglo XX bajo el reinado de Alfonso XIII. Perteneció al partido liberal de Sagasta y Canalejas) aquella frase cinica de " que los diputados hagan la ley, y a mi me dejen hacer los reglamentos". Pues ese es el lema hoy en Wall Street ante la reforma financiera de Obama.....Déjennos a nosotros los reglamentos, que ya verán que apañadita queda la reforma.... y yo añadiría; el olor a azufre no se lo quitará nadie
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