
Ucrania es hoy en día uno de los países más pobres y con mayores desigualdades sociales de toda la Europa Continental. Con la desintegración de la Unión Soviética a comienzos de la década de los noventa el Nacionalismo pro Occidental (lease el neoliberalismo capitalista más radical) vio llegada su hora y con la ayuda financiera y logistica de los servicios secretos norteaméricanos organizaron la famosa "Revolución Naranja" Ucraniana que fue anunciada por todo el mundo como el triunfo de los derechos humanos y la "libertad".
El tiempo fue dejando claro que la "libertad" que opinaban era la del libre Mercado Capitalista que supuso la privatización de las empresas públicas productivas que por cantidades ridiculas pasaron a manos de una pequeña minoría que se enriquecio de una forma extraordinaria en muy poco tiempo. Otras muchas empresas que, segun los nuevos conceptos, no podían concurrir en el mercado internacional fueron cerradas, mandando con ello a millones de ucranianos al paro, la pobreza y la desesperación de millones de personas.
Si esto no fuera poco el Nacionalismo pro Estadounidense bajo la presidencia del "heroe" de la revolución Naranja, Yuschenko, empezo a enfrentarse a la vecina Rusía de donde hasta hacia muy poco había recibido las energias necesarías para el funcionamiento de su industria e infraestructuras en forma de Petroleo y Gas a precios muy, muy ventajosos que provenían de los tiempos de la Unión Soviética en los que las distintas Repúblicas intercambiaban sus productos a precios solidarios muy por debajo de los precios del Mercado Internacional.
Vista la enemistad y el apoyo del nuevo gobierno a los planes militares de EEUU contra Rusia, su gobierno comenzó, de una forma lógica, a exigir a Ucrania precios de Mercado por sus productos, en especial por el Gas, del que depende en gran medida la Economía Ucraniana. En cada ocasión en la que Rusia solicitaba los precios sin subvención para sus materias primas todo el entramado económico ucraniao se venía abajo. Más paro, más pobreza y mayores desigualdades sociales eran el resultado de esta situación. Solo el nacionalismo irracional y el odio sembrado contra Rusia en parte de la población ha mantenido durante años a aquel gobierno de derechas y reaccionario del presidente Yuschemko y la primera ministra Timoschenko.
Pero con el tiempo una mayoría de la población se ha ido cansando de esta situación absurda y en las últimas elecciones presidenciales celebradas hace unos meses resultó elegido presidente Victor Yanukóvich que había presentado como propuesta electoral el acercamiento a la vecina Rusia.
En el último pleno del Parlamento Ucraniano ( La Rada Suprema) una mayoría clara de 236 de los 450 diputados que componen el Parlamento ratificó el acuerdo ucraniano-ruso, firmado el pasado día 21 por los presidenters de Ucrania, Victor Yanukóvich, y Rusía, Dmitri Medvédev, el cual garantiza la permanencia de la base naval rusa en territorio ucraniano hasta el 2042 a cambio de unos precios reducidos de un 30% para el Gas Ruso destinado a Ucrania.
En el parlamento ucraniano la ratificación del acuerdo acabó a puñetazos. Al menos tres bombas lacrimógenas volaron en dirección a la mesa de la Presidencia der la Rada y la tribuna para los miembros del Gabinete de ministros, donde al inicio de la sesión ya se habian registrado peleas.
Varios opositores lanzaron asimismo huevos contra el presidente de la Rada, quién se protegio con un paraguas mientras seguía dirigiendo la sesión. Como indicado anteriormente la firma del acuerdo con Rusia permite a Ucrania acceder a un descuento del 30% en la compra del gas natural ruso, lo que las autoridades ucranianas valoran en unos 40.000 millones de dólares de ahorro para la pobre economía ucraniana. Con seguridad que esta gran cantidad para una nación tan subdesarrollada habrá de suponer una mejoría apreciable, en especial, para las capas más marginadas y pobres de la sociedad ucraniana.
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