SANCHO, CON LA IGLESIA HEMOS TOPAO.

Tras el anuncio de divorcio de Elena de Borbón, un titular de prensa dice que el divorcio se realizará en dos partes;
1)el civil en Madrid
2) el religioso en el Vaticano.
De que manera se puede sustentar por parte de esta vieja y rancia institución, en la que el reloj se paró, y antes de ser reparado fue destruido, que el divorcio civil sea motivo de condena al infierno, por ruptura de vinculo sagrado, y ellos sean capaces de divorciar religiosamente a determinadas personas.
Desadministrar un sacramento, ya son dos;
1) La excomunión, para condenar al infierno a los infieles.
2)El divorcio, para permitir el rematrimonio, por la iglesia a determinadas personas por cuestiones poco éticas.
El tribunal de la Rota, que sirve para restablecer la inocencia perdida, a cambio e importantes sumas de dinero que hacen argumentable lo insostenible; Rocio Jurado, Rocio Carrasco y ahora Elena de Borbón.
Años de convivencia, hijos en común, que al final parecen ser anécdotas en la vida en común de estos matrimonios, pues con excusas sin fundamento argumentan la nulidad eclesiástica matrimonial.
Mercantilización de los Sacramentos, que cada día despiertan más recelos en muchos de los creyentes, incoherencias que dejan sin palabras ni argumentos, que en la mayoría de los casos se utilizan para calumniar y difamar, a otros y a ellos mismos, por las acciones que realizan.

Si Jesucristo volviera a caminar entre nosotros;
¿estaría satisfecho con la labor que le encomendó a Pedro, y el resultado de la misma?.
¿aproaría la labor y las acciones del "Santo Padre"?

No aprobaba ni uno, no es ejemplo el papa de nada, mucho menos de cristiano, ni de imitar a Jesucristo.
Si lo son muchos misioneros que divulgando la palabra, además curan, alimentan, educan y cumplen con objetivos muchos más humanos, aun a coste de sus propias vidas, que también son ejemplo para el papa.