Algo más de 200 personas nos hemos reunido en la Plaza del Palillero, de donde hemos salido en fila hacia la plaza de San Antonio.
Una vez allí, se dio lectura al manifiesto de la convocatoria.
El manifiesto trataba de los problemas que tiene la sociedad y de como poder solucionarlos, trataba de los esfuerzos y de los compromisos que se asumen pero que no se producen.Pero el manifiesto no habla de porque eramos tan pocos.
Esto es síntoma de dolencia grave, tan solo 2oo, en un ciudad como Cádiz, sin poder concretar cuantos pueden haber venido expresamente de otros municipios, (como yo).
Cualquier partido de fútbol, cualquier acto religioso, cualquier acto lúdico-festivo hubiese sido mucho más secundado.No voy a comparar con la Feria, el Carnaval, la Semana Santa,un Madrid-Barsa, porque no se pueden comparar, cualquiera de las otras cosas que he citado no tienen relevancia en comparacion, no se pierde ninguna vida, ni por enfermedad ni por inanición.
El camino e ida lo he dedicado a pensar (ingenuamente) que ojala fuera un éxito.Pero el camino de vuelta lo he dedicado (inútilmente) a pensar en que lugar estamos cuando la muerte y la enfermedad, el padecimiento extremo, nos son inadvertidas...
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