Un articulo de Ray Lorens
El miedo al empobrecimiento que ya ha empezado a ocurrir de las clases medias y los grandes zarpazos de los mercados a la economía ha extendido el pánico de los franceses a un segundo mandato de Sarkozy , al que la mayor parte de la población le ven y le sufren como se sufre a un inepto.
Es destacable que la tradición electoral de elegir a un presidente para un segundo mandato se ha visto pulverizada por el coqueteo continuo que este Nicolás de Francia ha mantenido con la extrema derecha, para conseguir el efecto contrario al perseguido: pues en lugar de ganarse los votos del frente fascista sus soflamas chovinistas y en contra de los extranjeros sólo han servido para hacerle más propaganda a Madame Lepen y su cohorte de nostálgicos del gobierno colaboracionista con los nazis de Vichy, quienes han conseguido los mejores resultados electorales de su historia con casi 18,50 % de votos.
François Hollande ha ganado tan sólo con 1 punto y medio de ventaja, ha sabido vender el voto útil pescando del caladero del Frente de Izquierda que sólo ha conseguido un 11.7 % de votos; aún así EL FRENTE DE LA IZQUIERDA TIENE LA LLAVE FINAL como ha declarado jean Luc Mélenchon.
El enfrentamiento entre izquierda y derecha va a ser violento,tal y como pronostica el editorial del diario El País, no tanto para esta segunda vuelta como para los años que esperan por llegar con una crisis económica que no hace otra cosa que aumentar el pistolerismo de los empresarios: más trabajo por menos dinero y más parados porque es la única forma de ejercer el chantaje a la clase obrera para imponer sus caprichos crápulas.
El candidato que tome las riendas de Elysseo y de Francia se va a quemar como se ha quemado Zapatero y como se está achicharrando ya Mariano Rajoy, el que a las puertas de su victora electoral ve el comienzo del hundimiento de su partido en las elecciones generales.
La revolución socialdemocrata que propone Hollande en un escenario económico como el actual no son más que palabras escritas en papel mojado.
De los más de 7 millones de franceses que han votado a la candidata fascista un 40% las encuestas ya dicen que rechazan su apoyo a Sarkozy al que tachan de ser un político oportunista.
Por el contrario el FRENTE DE IZQUIERDA tiene claro que apoyará a Hollande en la segunda vuelta. Pero Mélenchon también ha dejado claro que seguirá adelante pidiendo una insurrección ciudadana si es necesario y el advenimiento de una 6ª República Anticapitalista.
Hollande sabe, como sabe toda Francia, que si gana la segunda vuelta se deberá al voto prestado de la formación marxista.
Sea cual sea el resultado final una cosa está clara: le ha llegado el final a los monopolios de los grandes partidos.
Es cuestión de tiempo que el descontento de los jóvenes marginados, de los estudiantes sin salida, de los parados que no ven un futuro a sus vidas, de los trabajadores y de la sociedad entera que cada vez se ve con menos derechos por culpa de un determinado sistema ( da igual quien lo gestione) termine explotando: explotará en un movimiento de masas de corte populista, nacionalista y xenófobo cuya pretensión sea salvar a las clases medias de la burguesía nacional amenazada por las reformas de la corriente globalizadora del capitalismo internacional monopolista; o explotará por la capacidad de concienciación, de unidad y de organización de la clase obrera para capitanear su propio proyecto, el proyecto de una República socialista y de un gobierno obrero.
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