En Grecia también se habla sobre la necesidad de unir a la izquierda. El KKE ha puesto sobre la mesa un argumento de peso, sólo es de izquierda el que quiera acabar con el capitalismo.
Esas son algunas de las exigencias de la Unión Europea (UE) para conceder a Atenas un segundo paquete de rescate financiero, con un valor de 130 mil millones de euros y vigente hasta finales de 2014.
El KKE -dijo el dirigente- está dispuesto a colaborar y aboga por una gran alianza social desde la base, que integre a trabajadores, campesinos y clases medias urbanas en comités contra las transnacionales y a favor del poder y la economía popular.
"En el marco del capitalismo no puede haber soluciones a favor del pueblo (...) la alternativa planteada persigue que tanto el tejido industrial como el sector agrícola se transformen en bienes sociales bajo control de la población", precisó Papadakis.
Señaló como aspectos esenciales de dicho proceso a una planificación económica que asegure la plena satisfacción de las necesidades sociales básicas y una verdadera soberanía popular "sin alianzas imperialistas como la UE y la OTAN".
Papadakis dio más importancia a estos pasos que a una política artificial de aglutinación de fuerzas políticas, con perspectiva electoral, en un momento en el que las encuestas de opinión parecen dar una posible mayoría a los partidos de izquierda.
En este sentido, desmarcó al KKE de los términos tradicionales de "izquierda" o "derecha" para diferenciar entre quienes legitiman el capitalismo y apoyan sus estructuras de poder, y quienes adoptan una posición de clase y apuestan por el movimiento popular.
Explicó
que en la denominada izquierda hay políticas diferentes y una
heterogénea y confusa "unidad de la izquierda" sembraría una ilusión que
más tarde desencantaría a los trabajadores, al no existir solución a la
crisis sin romper con el sistema. Hizo
referencia al memorando pactado entre el gobierno de Lukás Papademos y
la troika -Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario
Internacional(FMI)- para la entrada en vigor de los recortes adicionales
por valor de tres mil 200 millones de euros. Estimó
que esa iniciativa no tiene nada que ver con la enorme deuda pública
del país y es "parte de una política coordinada entre la burguesía
griega, la UE y el FMI destinada a cargar el peso de la crisis sobre la
clase obrera".
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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