Un artículo de Antonio Maira*
La tragedia y la farsa
Decía
Marx que la historia se repite: primero como tragedia, después como
farsa. Pero aquí, en Cádiz, donde la historia irrumpe desde el mar o se
anuncia desde el otro lado, desde “tierra firme” , la cosa es más
complicada.
En
Cádiz, la historia llega impetuosa como rompiente venciendo todas las
resistencias; o tropieza al llegar desde tierra, buscando aquí refugio.
Con frecuencia, se pierde en el reflujo de la marea o se retrasa. Así
que, más que repetirse, la historia tartamudea. O lo parece.
Entre
murallas de enorme plaza fuerte, caminos sobre arena o sobre asfalto,
caños que cuadriculan la marisma y la puntean de salinas o esteros,
barriadas inundables, y una colosal fila de edificios que desafían a la
mar y vociferan la cultura del ladrillo; todo se estanca y se diluye en el tiempo, o se cuece lentamente y finalmente revienta.
* * * Un fastuoso proyecto:
El Bicentenario de la Constitución de 1812: La Pepa
Felizmente, tirios y troyanos se han puesto de acuerdo.Patriotas todos y serviles todos -
en una hermosa variedad del “consenso en el nuevo siglo XXI”; cantan a
coro la misma copla bastarda de la sumisión de ayer y la libertad con
cadenas de hoy: Rey y Mercado.
Liberales
todos, también, pero “neos”- de los de ahora, no revolucionarios como
los doceañistas -, concibieron desde hace diez o quince años un hermoso
“proyecto de Estado” con estos grandiosos y semiproclamados objetivos: 1.- ¡Viva la Libertad¡ ¡Vivan las cadenas! Tal
como fue definido, allá por finales del siglo XX, el primero y más
importante de los objetivos del “Proyecto Bicentenario” fue el de
afirmar el triunfo definitivo del neoliberalismo, el fin de la Historia,
el anacronismo de la lucha de clases, el éxito y la consolidación del
estado de bienestar; la lógica democrática bien equilibrada y alternante
del “bipartidismo de tic-tac”, para disfrutar de matices y talantes.
Todo lo demás - como ha afirmado recientemente la novísima
vicepresidenta del Gobierno -; es pancarta y griterío de otros tiempos.
En
resumen: se trata de proclamar la realización plena de la Libertad -
así, con mayúscula -, “del Mercado, en el Mercado y para el Mercado”. En
esa atmósfera de definitiva transparencia, con el Mercado como Dios
supremo, a todos nos llaman ciudadanos pero eso debe entenderse (manu
militari si es preciso) como “consumidores libres”.
El
Bicentenario tenía que ser la gran oportunidad para escenificar el
acuerdo económico básico que define la oligarquía española y obliga a
sus partidos alternantes: consolidar la definición de la “libertad de
comercio” - y de su equivalente la “libertad de empresa” -; como
“Libertad-fuente” de todos los derechos y libertades económicas, civiles
y políticas.
Tal
dogma es compartido por el PP-PSOE y la casi totalidad de los partidos
del “arco constitucional”: aquellos a los que Falsimedia califica, con
criterio de club exclusivo, como “partidos democráticos”. Pese a su
rápido arraigo en estas tierras la expresión más acabada del nuevo
concepto de Libertad se encuentra, como no podía ser de otro modo, en
los documentos estratégicos del “amigo norteamericano” .
De la economía globalizada a la estrategia y la guerra globales
Su
consagración definitiva se realiza en el documento La Nueva Estrategia
de Seguridad Nacional de los Estados Unidos aprobado y voceado urbi et
orbi -como dictat imperial obligatorio -, por el presidente George Bush
en septiembre de 2002. En realidad, la estrategia de dominación que el
segundo Bush explica detalladamente y sin rodeos en ese texto sagrado, y
aplica de modo inmediato en las guerras de Afganistán y de Irak; fue
definida antes - aunque de manera menos sistemática: en porciones -; y
utilizada por Bill Clinton en la guerra de Yugoslavia. En otra versión
formalmente menos agresiva fue continuada después por el presidente
Obama (el primer presidente negro, pero de corazón blanqueado, de los
EEUU ).
El
concepto básico es el de Libertad, la exigencia irrenunciable es la de
la “superioridad militar indiscutible de los Estados Unidos ante
cualquier país o grupo de países”, y su instrumento permanente es la
“guerra mundial antiterrorista”.
Libertad
de comercio y de empresa, y guerra permanente contra los pobres: tales
son los elementos del pacto de hierro contra el pueblo que evocan, tras
los escalones de dependencia que he señalado, los actos del
Bicentenario.
El
modelo neoliberal - feliz y eufemísticamente denominado economía de
mercado, o economía de libre competencia -, tiene como corolarios
principales la privatización de bienes, empresas y servicios públicos, y
la “desregulación” de la economía. En tal desregulación - con efectos
demoledores en sanidad, educación, medio ambiente, transporte, energía,
comunicaciones, etc. -; que implica la desaparición del Estado de la
vida económica, tiene un lugar preferente la liquidación de los derechos
de los trabajadores. La
Cádiz desindustrializada y desempleada, una de las “patrias” locales
del ladrillo; de la recalificación de suelos, tierras, aires, aguas
dulces y mares públicos, y de su entrega a bajo precio o a coste cero a
la especulación inmobiliaria, sería canonizada como el símbolo de la
nueva economía: “industria turística y ladrillo, todo privatizado”.
2.- Integración político-militar en el Imperio: “Rota Oriental Spain norteamericana” El segundo objetivo del Bicentenario fue el de reafirmar la absoluta “vinculación atlántica“: la “apuesta otánica” de España.
La
relación con la OTAN y la obediencia a Washington se ha convertido en
una estructura rígida: estratégica, política, ideológica, militar,
económica y armamentista. Eso implica la subordinación absoluta del
Gobierno de turno a la política imperial de los EEUU.
Como
los políticos alardean siempre de patriotismo y lo vocean como
soberanía, tal política vasalla aparece frecuentemente camuflada. La
subordinación a Washington es mediatizada a través de un cristal
transparente: la política exterior de la Unión Europea. Sin embargo, la
coartada para la sumisión no sirve. Han sido los propios líderes
europeos quienes han afirmado, una y otra vez, que Europa sólo consigue
definir una política común cuando adopta la del “compromiso
incondicional con Washington”.
La
obediencia al departamento de Estado y al Pentágono, la “solidaridad
atlántica”, es la única política exterior de Europa. Lo sabía muy bien
Javier Solana, que saltó de la Secretaría General de la OTAN durante la
guerra de Yugoslavia al cargo de Alto Representante para la Política
Exterior y de Seguridad Común de la UE. Cuando Bush proclamó la victoria
sobre Irak desde el portaaviones Abraham Lincoln, un Solana cómplice
presentó a la Cumbre de Salónica el documento: Una Europa segura en un
mundo mejor, sobre la estrategia de seguridad europea que copiaba
literalmente la Nueva Estrategia de Seguridad de los EEUU.
Años
después la cúpula militar española repetía, palabra por palabra y de la
mano del falsimédico Antonio Caño, las ideas que componían el discurso
militarista de Washington .
Cádiz
base geoestratégica de acción múltiple, base logística avanzada, centro
de proyección militar en el Mediterráneo, el Magreb, el Gran Oriente
Medio y el continente africano, es, tal vez, la expresión más acabada de
ese servilismo que impregna la política exterior e interior española y
ha convertido en un discurso grotesco toda proclamación de soberanía.
Cádiz
ya no es sólo la base de Rota y la vergüenza del referéndum de 1986.
Eso, uno de los engaños y de las manipulaciones de la “opinión pública”
más definidores de la Transición y de sus fuerzas políticas, ha quedado
atrás porque ha sido “desbordado” ampliamente. Poco a poco primero, a
grandes zancadas después, Cádiz se ha convertido en una de las
estructuras más importantes de la proyección militar de Estados Unidos
para llevar a cabo las presentes y futuras guerras del Imperio.
Cádiz zona de guerra, Cádiz mercenaria
¿Qué van a hacer de tu mar?¿Qué en tus campos van a hacerte?Un camino militar.Un puerto para la muerte,¡Ay Rota de pescadores.Rota de blancos veleros!Se abren ya tus miradores a un cielo y mar extranjeros. (Rafael Alberti)
El
miércoles 5 de octubre de 2011, el entonces presidente del Gobierno
español, Rodríguez Zapatero, en visita no anunciada a Bruselas y en
conferencia de prensa con el nuevo Secretario de Defensa León Panetta
(que había dirigido la CIA hasta el ascenso a Jefe del Pentágono), con
la presencia silenciosa de Rasmussen, Secretario General de la OTAN,
anunciaba con el júbilo idiota que le caracterizaba que España “había
ofrecido la base de Rota” como sede del componente naval del “escudo
antimisiles” de la OTAN. La noticia completa había sido filtrada a El
País para que la publicase en su edición digital ese mismo día. El
“líder de la oposición” (así denomina el régimen español, políticos y
medios de comunicación, al otro polo del bipartidismo estructural) había
sido informado y había aceptado, en principio, el acuerdo.
Rajoy
se reservaba la capacidad de “negociar los detalles” tras unas
elecciones en las que relevaría a Zapatero. Naturalmente, con el apoyo
asegurado del presidente saliente y de su partido, el nuevo presidente
tendría las “manos libres” para avanzar sin contratiempos en otra cesión
de la soberanía y en la implicación del Estado español en las aventuras
genocidas del Imperio, especialmente en la ejecución de su proyecto
para el Gran Oriente Medio (que incluye los países árabes, Irán,
Turquía, Israel, Pakistán, Afganistán y todo el norte de África).
El
papanatismo de Zapatero - que despreciado por Bush, había encontrado en
Obama el amor trasatlántico al que entregarse -; no tenía, sin embargo,
fronteras geográficas ni de derecho internacional ni de derecho
humanitario. Al justificar la integración española en el “escudo
antimisiles” de los EEUU (asumido obedientemente por la OTAN en virtud
del principio de la “solidaridad atlántica”), se refirió a la amenaza
que suponían para nosotros dos países con los que España no ha tenido
conflicto alguno: Corea del Norte e Irán. Zapatero aceptaba con ello
futuros compromisos militares contra estos países, del tipo que ordenase
Washington . Zapatero hacía una declaración de guerra demorada y
subordinada a una orden superior.
El
nuevo acuerdo con los EEUU supone el despliegue permanente de cuatro
grandes destructores de la clase Arleigh Burke (o cruceros de clase
Ticonderoga), dotados con el sistema de combate Aegis, especialmente
diseñados para la guerra contra misiles balísticos, pero también para
integrarse en una compleja red de control de un escenario de batalla. La
dotación de cada uno de ellos es de unos 350 hombres .
Varias
informaciones complementarias apuntan a que lo que ha ocurrido no tiene
nada que ver con la “anticipación de una amenaza” (como sugieren las
dos caras del bipartidismo español); sino que es la conclusión
“necesaria” de la intervención de las FF.AA. españolas - y las de varios
países europeos -, en la guerra contra Libia. Zapatero especula con el “suelo patrio”
La
primera de ellas viene del propio Zapatero quien en el momento de
“comunicar” que ha tomado una decisión de esa envergadura afirma: “El
CAOC que acogerá la base de Torrejón va a formar parte del sistema de
mando y control aéreo en el que se integrará la defensa antimisil que la
Alianza va a poner en marcha”. Es decir: Torrejón con su Centro de
Operaciones Aéreas Combinadas y Rota con su “componente naval” del
“escudo antimisiles”, son los dos eslabones de una misma cadena.
El
Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) de Torrejón, según había
sido anunciado en el pasado mes de junio por el director adjunto de
Planificación y Política de la Alianza, Patrick Wouters, tendría
capacidad “incluso para dirigir operaciones como las que la Alianza ha
realizado en Libia”.
Así
pues, Torrejón, en red con el centro de Uedem en Alemania, y bajo la
dirección del mando aliado de las operaciones aéreas en Ramstein
(también en Alemania), será uno de los nudos fundamentales para
controlar o dirigir las operaciones aéreas y antimisiles en un escenario
de batalla situado en el Mediterráneo o en el norte de África. Una
parte muy importante de los componentes aéreos y navales para los
próximos conflictos lanzados por Washington tendrán como bases
operativas y logísticas las de Morón y Rota.
Es
evidente que Zapatero, ahogado por la crisis y por las exigencias de la
“oligarquía patria”, no puede recibir la anhelada palmadita de Obama
más que “entregando Rota, Morón, y Torrejón” (o lo que es lo mismo, la
seguridad de todo el país y sus relaciones con otros países) al amigo
norteamericano y a su sistema de guerra preventiva y permanente contra
los pueblos.
Washington reclama un “esfuerzo militar común”
La
otra información nos llega de los dos últimos secretarios de Defensa de
los EEUU: Robert Gate y el ya mencionado León Panetta.
El
día 11 de junio, en plena intervención militar contra Libia, Gate había
bronqueado públicamente a los líderes europeos por las dudas, la
ineficacia y la parquedad mostradas en la utilización de sus fuerzas de
combate. Días antes se había referido a algunos países, entre ellos
España, por “no contribuir tanto como podrían al esfuerzo común”.
Por
su parte, Panetta, al finalizar la “guerra de Libia” hace un repaso de
la intervención europea en la misma y frena con aspereza el autobombo de
Sarkozy, Cameron, Merkel, Berlusconi y otros comparsas menores: “la
campaña libia no hubiera despegado ni se hubiera llevado a cabo sin la
aportación inicial de los EEUU”. A continuación se refiere a las
insuficiencias de la Alianza - es decir, de la parte europea de la
coalición -, que han de cubrirse para que en el futuro puedan realizarse
esas operaciones. Panetta, formalmente menos duro que Robert Gates, no
perdona dudas ni negligencias: a la guerra se va con todas las
consecuencias. Tampoco sugiere: ordena.
En
primer lugar: “No podemos permitir que los países tomen decisiones por
sí mismos sobre reducción de fuerzas sin comunicarlo a sus vecinos y
aliados”. Así pues, el Jefe del Pentágono, bloquea de raíz todo sueño de
retirada de las FF.AA. españolas de Afganistán .
En
segundo lugar - afirma Panetta -; hay insuficiencias que Europa debe
cubrir. Entre ellas, y como capacidad fundamental no cubierta, advierte:
“sobre todo faltan capacidades cruciales: aviones nodriza y plataformas
de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, como los aviones no
tripulados”. “Sin esas capacidades - cubiertas en muy buena parte por
los EEUU -, hubiese resultado muy difícil lanzar y mantener la operación
en Libia”.
Hace
pocos días se hacía pública la decisión de la OTAN de invertir 3.000
millones de euros en drones, para mejorar las capacidades operativas en
el sentido en el que habían ordenado los EEUU . Un “complejo militar-industrial” quebrado en un país en quiebra
El
ahora expresidente del Gobierno filtró durante aquellos días , también a
través de El País (verdadero órgano Pentagonal en España), el contenido
de tres informes que el entonces Secretario de Estado de Defensa,
Constantino Méndez, había enviado al Congreso.
La
deuda del Ministerio de Defensa - provocada por los compromisos
adquiridos por los Programas Especiales de Armamento -, actualizada en
su coste suponía una cantidad que oscilaba, según el abanico de
previsiones, entre los 31.600 y 36.800 millones de euros. Una cantidad
tan brutal que resultaba impagable. Para más bochorno, la deuda impedía
toda modernización posterior en un plazo mínimo de 20 años y hacía
imposible sufragar los gastos de mantenimiento de los equipos
adquiridos. Colapso total, entonces.
Si
se compara la deuda de Defensa con otras partidas de los enormes
recortes presupuestarios que están ahogando y desestructurando el país, y
condenando al paro, a la pobreza y al desamparo a millones de
trabajadores, podemos entrever el impacto social, en una situación de
crisis catastrófica como la que sufrimos, de los gastos militares.
El
panorama resulta enormemente esclarecedor sobre los verdaderos
intereses de la oligarquía española y sobre sus correspondientes
alianzas y aventuras internacionales. Basta señalar - para apreciar el
coste de la sumisión a Washington y de la paralela potenciación de un
subimperialismo español subordinado -; que el mismo Zapatero había
realizado un recorte presupuestario de 10.000 millones de euros en el
año 2011, y que Rajoy ha evaluado la necesidad de un nuevo y brutal
ajuste para este año en una cantidad de unos 40.000 millones, similar a
la de la deuda de los programas militares.
Para
poder apreciar la grave irresponsabilidad de nuestros políticos y el
manejo del poder por los grupos empresariales, hay que recordar que los
enormes contratos de armamento han sido la enorme fuente de euros que ha
servido para privatizar la industria de armamento y encajarla en
consorcios internacionales. La retaguardia colonial
La
incorporación incondicional a la guerra preventiva, escalonada y
encubierta que están realizando los EEUU en muchos países del mundo,
exige la preparación de la “opinión pública”, el engaño y el chantaje de
los ciudadanos.
El
primer elemento a manejar en esa búsqueda de la conformidad de
ciudadanos pasivos es la generación continua de miedo. El propio
Zapatero despejó las dudas sobre su intención de utilizar este elemento
del miedo para la manipulación de las conciencias y las emociones.
Cuando justificó la “oferta” de Rota para el emplazamiento de la
“componente naval del escudo antimisiles” lo hizo apelando a “la amenaza
nuclear” de países como Corea del Norte o Irán. La contradicción es
evidente: por un lado afirma que ese “escudo antimisiles” que va a tener
su base en Rota no “va dirigido contra nadie”; por otro, apunta y
señala como enemigos a los países que señala Washington. De hecho, un
Zapatero ya en fuga se coloca - y nos coloca a todos - en la misma situación de indignidad que Aznar en los meses previos al ataque y ocupación de Irak.
El
segundo elemento es el de aprovechar la angustia económica y el
desempleo masivo que está causando la crisis para justificar, por el
lado económico, la cesión de soberanía y de dignidad. El Gobierno se
apresura a “informar” que la nueva cesión de Rota y su entorno para las
operaciones de guerra de los Estados Unidos “generará unos 300 empleos
directos y hasta 1.000 indirectos en la Bahía de Cádiz”. Meses antes,
una visita del embajador de los EEUU en España, Alan Solomon, a los
astilleros Navantia es aprovechada para insinuar que la reparación de
buques de la VI Flota puede aumentar la carga de trabajo en sus tres
factorías de Cádiz. El deprimido sector naval podría avistar, de este
modo, una salida parcial de la crisis.
La
conversión, no sólo de la base de Rota sino de toda la Bahía de Cádiz,
en una zona fuertemente militarizada al servicio de una superpotencia
agresiva e imperial, es la opción que han pactado los políticos de la
Transición y que va a irrumpir dramáticamente en este año del
Bicentenario.
La
nota tragicómica de esta incorporación al gran desfile atlantista la ha
puesto la alcaldesa de Rota rememorando los tiempos mejores del pueblo,
saturado de burdeles y marinos yanquis borrachos, con la próxima
llegada de 3.400 norteamericanos. Eva de los Corrales ha ofrecido
públicamente al embajador Salomon la realización de un “plan de fomento
de los recursos turísticos”, para que todos los militares residentes en
las bases de centro y norte Europa puedan utilizar las costas del
municipio como lugar para sus vacaciones familiares .
La
preparación del Gran Abrazo entre la Bahía de Cádiz y el poder imperial
de los EEUU, se ha realizado en los últimos años con la celebración de
exhibiciones aéreas en la Playa de la Victoria en la que se mostraban a
decenas de miles de personas algunos de los nuevos aparatos y técnicas
de combate utilizados en las “guerras humanitarias”.
3.- El imperialismo español en América Latina: Dice el Borbón: ¿Por qué no te callas? El
tercer objetivo planeado para la gran conmemoración del Bicentenario
fue el de apoyar la construcción de un subimperialismo subordinado al
gran imperialismo global, que facilite la proyección empresarial de las
multinacionales con capital español en América Latina. Fundamentalmente
empresas energéticas, petroleras, gas natural, bancos, de
comunicaciones, mineras, de explotación de recursos naturales como el
agua, construcción, transportes, industria química, servicios,
inmobiliarias, hostelería y medios de comunicación.
En
el proyecto de estado del Bicentenario, 2012 tenía que ser el año de la
América Latina integrada y representada en las Cumbres Iberoamericanas.
La presidencia correspondería, en Cádiz, al Rey Juan Carlos de Borbón y
Borbón, que ya la había ejercido, no sin dificultades, en las cumbres
de 1992 en Madrid, y de 2005 en Salamanca.
La
América insurrecta que presentó diputados a la Cortes de Cádiz y que
transmitió después el primer grito de rebelión a toda la América
española, sería reconducida otra vez al redil de una especie de
Commonwealth hispana, tan rancia y casposa como la propia monarquía
borbónica. La abrupta y grotesca puesta en escena de este proyecto
neocolonial tuvo lugar en el año 2007 en la Cumbre de Santiago de Chile.
Todavía
puede verse en la Red aquel discurso infame de Zapatero en el que
pretendía dar lecciones de Historia grande a los presidentes
latinoamericanos asistentes a la Cumbre. La Historia -venía a decir con
fruición el jefe del Gobierno español-; fue creada, mascada y condensada
por el Occidente creativo para alimento de políticos tercermundistas.
Todavía
los españolitos de a pie podemos ver con pasmo y vergüenza, propia y
ajena, aquel cínico, melifluo y enfático discurso de la indiferencia
entre lo público y lo privado, que trataba de encubrir y de potenciar el
nuevo saqueo de las transnacionales españolas en América Latina.
Zapatero le daba cobertura diplomática en la Cumbre al feroz discurso
injerencista, cuya cobertura política y mediática realizaban sin pudor
alguno Aznar, el propio Zapatero y todos los medios de comunicación
importantes que integran esa transnacional de la comunicación y de la
manipulación de la opinión pública que se llama Falsimedia.
Todavía
se puede ver el dedo acusador del último de los Borbones que señala
iracundo al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dando orientación
precisa a un tronante ¡tú! acusatorio, antes de ordenar aquel indigno
¿Por qué no te callas?
Más
próxima, la fracasada Cumbre de Asunción de 2011, en la que la ausencia
de 11 jefes de estado y la indignación y el abandono temporal del
plenario del presidente de Ecuador, Rafael Correa, ante la presentación
de informes sobre América Latina de representantes del Banco Mundial y
de la OCDE, presagia que la imposición de un escenario neoimperialista
como el que preparaba la celebración oficial va a ser absolutamente
imposible. América Latina busca nuevas instituciones unitarias al margen
de la potencia imperialista e injerencista del momento: los EEUU; y al
margen también de antiguas potencias coloniales, como España, que no ha
sabido mantener un estatus fraternal y solidario, y ha optado por ocupar
posiciones intermedias y subordinadas al país, que sigue considerando
que América Latina es su patio trasero. 4.- Una Nueva Transición para continuar la fiesta otros 34 años.
El
gran “proyecto de estado” del Bicentenario de la Constitución de 1812,
incluía como objetivo estratégico fundamental la proclamación del
triunfo histórico del régimen derivado de la Transición, y el
fortalecimiento de la Monarquía como institución fundamental, eje de
poder y clave de bóveda de una constitución rígida que sólo pueden
cambiar los beneficiarios económicos y políticos del sistema.
El
“constitucionalismo” había nacido en 1812 y se había consagrado como
sistema democrático pleno en 1978. La vieja historia, trasto inútil,
quedaba cerrada. Tal era el discurso oficial matizado por los “partidos
del turno” que se regodeaban en las peleas menores que encubrían un
consenso fundamental.
El
sistema parlamentario, corregido por la presencia de un Monarca con
“poderes especiales” extraordinarios, especialmente en la jefatura sobre
las FF.AA., podría considerarse como el terreno jurídico propicio y
permanente para la perpetuación del poder de la oligarquía económica.
Esta oligarquía había vaciado de contenido democrático al sistema
político y gobernaba con mano férrea el sistema de partidos, su
alternancia en el poder, y los mecanismos de creación de la “opinión
pública”.
En
la medida en que se producía una progresiva e inevitable quiebra del
sistema parlamentario cerrado y de la institución monárquica, muy frágil
por sus orígenes franquistas, su complicidad documentada con los
últimos crímenes de la dictadura, y por su vinculación directa con
procesos de corrupción, el proyecto del Bicentenario cierra filas y
trasforma la intención apologista en otra meramente defensiva.
Es
muy probable que el proyecto haya derivado hace un año o dos hacia la
presentación pública de una Segunda Transición, con una abdicación de un
Juan Carlos I de prestigio mucho más que tambaleante y una reforma
constitucional que limite alguno de los poderes del monarca. Los últimos
acontecimientos que han rodeado a la monarquía han hecho muy difícil
este camino que sólo sería posible con una institución sólida e
incuestionada. * * *
5.- La quiebra total y la adaptación del proyecto: 2012, un año peligroso El
fracaso de algunos de los objetivos del Bicentenario y el grave
cuestionamiento de otros, así como el descalabro del proyecto neoliberal
en su conjunto, han llevado al Gobierno a intentar salvar los muebles
de la conmemoración en la medida de lo posible.
El
proyecto común PP-PSOE (con la aceptación casi unánime del “arco
parlamentario”) se ha agrietado profundamente, si bien el “primer
partido de la oposición” ha asumido el papel de garante responsable de
las políticas de Estado. Entre ellas -por supuesto-; el mantenimiento
del sistema económico capitalista, el régimen político, el sistema
institucional (incluyendo la Monarquía), las alianzas
político-militares, la integración en Europa y en la Alianza Atlántica, y
la concepción subordinada de la política exterior como la única posible
en una “provincia” del Imperio.
Las
líneas estratégicas siguen, pues, vigentes; aunque su proyección
pública está condicionada por el grado de rebeldía de una ciudadanía que
está empezando a atar cabos. Los de la crisis económica catastrófica
con los del deterioro irreversible de la democracia. Los de la
corrupción con la evidencia de que existe una oligarquía empresarial,
financiera, tecnocrática, política y mediática que ha sustituido al
pueblo y que gobierna en su propio beneficio.
El
descalabro del régimen de la Transición, con todos los poderes y
niveles del estado (legislativo, ejecutivo, judicial, poderes
autonómicos y locales), es ya visible incluso para los más ciegos. El
aparato de propaganda en que se han convertido los grandes medios de
comunicación formalmente “públicos” y privados (Falsimedia), instrumento
de control ideológico y de creación de “opinión pública” al servicio de
los poderosos, no consigue taponar los escándalos ni evitar el
cuestionamiento profundo de las bases del sistema.
La
corrupción primero, y la gestión de la crisis económica después, en una
situación de crecimiento masivo de la pobreza y de la exclusión social,
y de consolidación de los mecanismos de generación de una desigualdad
creciente, escandalosa y criminal, están deteriorando profundamente la
hegemonía de las clases dominantes.
La
llegada al Gobierno del PP ha supuesto el descenso de un escalón más en
el proceso de ajuste oligárquico de la crisis. Del “socialismo liberal”
de un Zapatero que preparó el camino para la liquidación de los
derechos de los trabajadores, la privatización de los servicios públicos
y la destrucción del patrimonio social, hasta el capitalismo duro y el
neofascismo todavía encubierto en el discurso “integrador” de Rajoy, hay
un paso hacia el abismo.
Varios
hechos han marcado ya el “tono político” de las conmemoraciones
oficiales y también el bloqueo preventivo de cualquier manifestación
popular alternativa o de protesta.
El
primero de esos hechos fue el desalojo policial del edificio Valcárcel
que se había convertido en el escenario de asambleas, conferencias,
mesas redondas, talleres y todo tipo de actividades promovidas por los
colectivos sociales de Cádiz. El Valcárcel -único lugar gratuito de
encuentro en una ciudad en la que los espacios públicos se tarifan a
precios inalcanzables, se han privatizado masivamente o han sido
ocupados integralmente por los actos del Bicentenario-; se había
convertido en una especie de “cuartel general del pueblo”, algo
absolutamente inadmisible para unos políticos cuya función principal ha
sido desalojar a ese pueblo de todos los centros de decisión, de debate y
de presencia pública colectiva.
El
segundo fue, de nuevo, la ocupación policial ilegal, con el desalojo
violento de la Facultad de Filosofía y Letras - porrazos a mansalva,
alguna cabeza rota, detenidos y fichados -, durante una conferencia
sobre la Libertad a cargo del jurista Grande-Marlaska. Varias decenas de
personas del movimiento 15M habían acudido a contrastar y debatir con
el juez de la Audiencia Nacional los conceptos y las prácticas sobre la
libertad que se estaban manifestando en la vida social, económica y
política del país, y de la propia ciudad de Cádiz. La respuesta
ciudadana ante el atropello fue inmediata y, por el momento, los
detenidos han sido puestos en libertad sin cargos. Sin embargo, la
protesta de las autoridades académicas por la entrada no requerida de la
policía, y de algunos partidos políticos por el empleo a todas luces
desproporcionado de la fuerza, no llegó hasta el punto de promover una
investigación judicial y exigir responsabilidades. El “nuevo asedio” de Cádiz
El
Cádiz real y el Cádiz simbólico que va a rememorar el Bicentenario de
La Pepa va a sufrir una situación de asedio similar a la que tuvo lugar
mientras se elaboraba la constitución de 1812.
Tal situación se va a ir definiendo en los propios actos que promueve el gobierno.
En
primer lugar, el bloqueo o la prohibición de cualquier acto público de
contestación a la política económica del gobierno, al carácter
antidemocrático de los poderes que en todos los planos dirigen realmente
al país, y al fracaso total del régimen político, antipopular, corrupto
y cerrado, de la Transición.
En
segundo lugar, Cádiz, como todo el país, sufre el asedio de las
instituciones europeas e internacionales materializadas en el Banco
Central Europeo, el FMI, y todos los órganos de gobierno de la Unión
Europea. Con la complicidad de los gobernantes españoles han generado
una crisis económica catastrófica y han secuestrado la soberanía
sometiendo al país a un brutal ajuste. La política económica avalada por
esas instituciones va a condenar a una parte enorme de la población al
paro, a la indigencia, a la reducción generalizada y drástica de los
salarios, a la pérdida de todos los derechos laborales, a la privación
de un futuro digno, a la precariedad indefinida y a la marginación
social.
El
tercer elemento del asedio a Cádiz viene dado por la integración
forzada del país entero, de Andalucía y de la Bahía gaditana, en un
sistema militar agresivo, que utiliza la guerra como instrumento de
poder, de saqueo económico y de sumisión de los pueblos. Cádiz se
presenta ante su entorno mediterráneo y africano como una enorme base
militar que mantiene una enorme amenaza. El Cádiz generador de libertad y
de soberanía es ahora, como decía certeramente Alberti, “un camino
militar y un puerto para la muerte”.
Finalmente,
el Cádiz oficial, en una ciudad asediada y cerrada a cal y canto por
servicios policiales y de seguridad, va a ofrecer una grotesca ceremonia
de humillación a la América Latina que envió diputados a las Cortes,
que participó en el proceso constituyente de la Pepa y que convirtió
aquella constitución en una palanca para la primera independencia. El
Gobierno ha preparado la escenificación, durante el Encuentro
Iberoamericano de noviembre, de una nueva propuesta de dependencia
neocolonial que incluye la subordinación a los EEUU como potencia global
y como suprapoder económico y político en el continente americano.
* * * Cádiz,
humillada en su memoria de siglos, recuerda sus repetidas gestas de
libertad y las reiteradas y largas tragedias de represión. Ahora observa
la nueva farsa festiva, patriotera y reaccionaria que se ha levantado
para coronar un año que se presenta terrible dentro y fuera de sus
murallas.
Desde
la mar siguen llegando noticias de rebelión; como rumores o como
rugidos, con las olas y las rompientes; desde países lejanos, en el mar
que la ciudad cierra hacia el Este y en el mar que abre hacia Poniente.
Son los pueblos ocupados, intervenidos o acosados por el nuevo
imperialismo global y por el viejo colonialismo resurgido.
Desde
tierra también están llegando, a la Cádiz sitiada, noticias de
desasosiego, de sufrimiento y de revuelta, reclamos de revolución
social, demandas de soberanía, runrunes que van definiendo y levantando,
poco a poco, un nuevo grito constituyente.
Antonio Maira es Capitán de Fragata de la Armada. Ex miembro de la Unión Militar DemocráticaPolitólogo y analista en medios alternativos
,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.,.
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1. o “Predicción no astral sobre La verdadera historia del año del postrero y largamente esperado ‘autoexilio’ de los Borbones”.
2. El
Cádiz, la “tierra firme” estaba y está muy lejos: más allá de la Isla
de León (San Fernando) y el Puente Zuazo, en 1812; más allá también del
Puente Carranza y del Puerto de Santa María en los inicios del “año de
gracia” de 2012. Los adoradores del ladrillo, las constructoras, el
turismo de masas, y los “cruceros de lujo”, añadirían eufóricos que una
“afortunada coordinación” entre el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y
el Gobierno, nos proporcionarán otro hermosísimo puente, el de La Pepa,
realizado a golpes de inversión pública rescatada in extremis de los
recortes de la crisis.
3. En
el invierno 2009-10, dos trombas marinas destrozaron cristales y
arrancaron techos y ventanas a lo largo de todo el paseo marítimo. En el
mismo invierno, las sucesivas tormentas marinas hicieron desaparecer un
incipiente rompeolas, construido con enormes bloques de piedra, con el
que la alcaldesa Teófila Martínez había querido “civilizar” la Playa de
la Victoria. Las piedras de la alcaldesa que quiso hacer de Cádiz la
“Venecia del Atlántico”, fueron pulverizadas por la mar. Ni rastro
queda.
4. “Patriotas”
y “serviles” fueron, a partir del retorno de Fernando VII, los
defensores de la Constitución de 1812 y los partidarios del absolutismo.
5. Los
objetivos de los llamados “asuntos de Estado” o “proyectos de Estado”
suelen ser semiencubiertos; los principales entre ellos: encubiertos,
sin más. Su sustancia reside en pactos expresos o tácitos para alcanzar
fines que no se discuten ni se plantean en los procesos electorales, ni
están sujetos a ellos. Lo veremos en el caso del Bicentenario cuyos
objetivos alcanzan nada menos que al sistema económico, el sistema
político, el institucional y el ideológico. El Bicentenario de la Pepa
que estaba concebido como una exaltación, una apología descarada, del
neoliberalismo y de la Transición (Monarquía incluida), y de las
alianzas internacionales de España (UE, EEUU, OTAN), se ha convertido
ahora en una verdadera batalla contra el pueblo. Otro
ejemplo de “asunto de Estado”: desde la explosión de la crisis
económica catastrófica a mediados de agosto de 2007, los resultados
electorales y los Gobiernos que gestionan la crisis están prefijados por
la oligarquía que nos ha llevado a ella y que pretende mantener sus
privilegios y negocios a costa del empobrecimiento general. En las
elecciones del 2008 la Patronal eligió al Zapatero de los “servicios
asistenciales” en lugar del Rajoy de “la Niña de Rajoy”. El conflicto
social inevitable necesitaba de un cortafuegos y, en ese papel, Zapatero
era inmejorable. Por cierto, en aquella campaña electoral, celebrada 8
meses después de estallar la crisis, ninguno de los candidatos dijo una
sola palabra sobre ella: eso era, sí señores, “política de Estado en
estado puro”: definida por poderes antidemocráticos y ejecutada por
puros “gestores políticos intercambiables”.
6. La
vicepresidenta del Gobierno, de Rajoy, Soraya Sáenz de Santa María,
asumió el pasado 10 de enero la Presidencia de la Comisión Nacional del
Bicentenario.
7. http://merln.ndu.edu/whitepapers/USNSS-Spanish.pdf
8. El blanqueo de una élite negra obediente fiel a la oligarquía que gobierna los EEUU no fue iniciada por el partido demócrata. Los
republicanos colocaron antes –nada menos que de Secretario de Estado-, a
Colin Powell, un general que se había ganado los laureles en el asalto a
Panamá y, posteriormente, en la primera guerra de Irak, aplicando
siempre la “doctrina Powell”: el uso de la “máxima fuerza” que asegure
una victoria con el mínimo posible de bajas propias. Powell “engañó” al
Consejo de Seguridad durante la fase previa a la guerra y ocupación de
Irak, enseñando un frasquito para mostrar la existencia de fábricas
móviles de ántrax, e inventando la importación de uranio enriquecido
para la fabricación de armas nucleares. El perro de la guerra Powell
podría haber sido el candidato a la presidencia.A
mitad del segundo mandato de Bush, Condoleezza Rice estuvo a punto de
ser nominada como candidata a la presidencia. Era perfecta para ello:
había sido experta en la designación de blancos para un “primer ataque” o
una “represalia nuclear”, durante la última fase de la guerra fría.
Como Powell se “integró” en la “élite de poder” como miembro del Consejo
Nacional de Seguridad. Fue también Secretaria de Estado durante los
últimos cinco años del gobierno Bush.
9. El nuevo poder militar. Antonio Caño. El País, 29 y 30 de mayo de 2006.http://www.rebelion.org/noticia.php?id=32863&titular=discurso-pentagonal-en-los-políticos-y-en-las-fuerzas-armadas-españolas-
10. Lo
cual no es asunto baladí, ni mucho menos. En las últimas semanas
Washington asume con naturalidad la inminencia de un ataque de Israel a
Irán, y la “necesidad derivada” de que EEUU y sus aliados participen en
el conflicto. La posible guerra contra Irán habría seguido, paso a paso,
el diseño estratégico de la guerra contra Irak, de la misma manera que
la desestabilización de Siria sigue un esquema similar al de Libia.
11. El
20 de febrero, casi terminado este artículo, El País detalla fechas de
llegada de los buques, la identidad de los mismos y el proceso
legislativo que autorizará lo ya decidido:
http://politica.elpais.com/politica/2012/02/20/actualidad/1329728150_330480.html
12. Como
veremos inmediatamente, Zapatero no solo entrega territorio y soberanía
para cubrir su “cuota cooperativa” para cubrir los gastos militares del
Imperio, sino que convierte a España en un país
mercenario y como tal dispuesto a la “guerra por encargo” o a la “guerra
a la orden”. El pueblo español, engañado sistemáticamente por su
oligarquía y por los medios de comunicación, se convierte en cómplice y rehén de una política genocida dirigida contra los pueblos que no obedecen las órdenes de Washington.
13. Inmediatamente
después de su toma de posesión el nuevo ministro de Defensa, Pedro
Morenés, ha retrasado seis meses, al menos, la retirada de tropas de
Afganistán y ha afirmado que no habrá retiradas unilaterales.
14. http://www.cubainformacion.tv/index.php/mundo/64-mundo/41720-la-otan-invertira-3-000-millones-de-euros-en-drones-para-vigilancia-en-europa
15. http://politica.elpais.com/politica/2011/10/11/actualidad/1318364691_653876.html
16. http://politica.elpais.com/politica/2011/10/09/actualidad/1318190331_378011.html
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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