XXXI Marcha a Rota

miércoles, 22 de febrero de 2012

EL "JUEGO" DE LA BURGUESÍA


22 de febrero del 2012 Category: Defensa de lo público


La burguesía está demostrando a las claras que no va a tolerar que se mueva nadie que no deba moverse. Cuando hace unos días aprobaron el decretazo laboral, un grupo de personas se fue a la Puerta del Sol para mostrar su rechazo a tan infame ley. Las órdenes que la policía recibió eran claras, palos al que se mueva. Cuando los estudiantes de secundaría se manifestaron hace unos días en Valencia por la educación pública, la policía había recibido órdenes también muy claras, más palos. Y ayer, cuando los estudiantes se han vuelto a manifestar como rechazo a las violentas acciones policiales, tuvieron como respuesta más palos. Todo sin que mediase provocación alguna por parte de los manifestantes como pueden ver en este vídeo:





Repito, la burguesía no va a tolerar que se mueva nadie que no deba moverse. El jefe de la policía de Valencia nos lo explica: “Algunos creen que están en un juego, pero luego vienen las sorpresas y las lamentaciones”. Este buen hombre, que tildó a los estudiantes de secundaria de “enemigos”, es un buen ejemplo del tipo de persona a la que tendremos que enfrentarnos en lo adelante.

Es decir, auténticos salvajes, gente que está dispuesta a “sorprendernos” a base de represión, con porras y con lo que haga falta, si se nos ocurre salir a la calle a reivindicar el fruto de nuestro trabajo que la burguesía parásita nos está robando a manos llenas y a plena luz del día.

Precisamente ahí está la madre del cordero. El “juego” al que se refiere el jefe de la policía en Valencia es el “juego” del capital, es el “juego” de los propietarios, es el “juego” de los explotadores. Ese “juego” es el que ha dejado casi 6 millones de desempleados. Ese “juego” es el que está echando de sus casas a los obreros. Ese “juego” es el que está cargándose la sanidad pública. Ese “juego” es el que deja a los colegios sin calefacción, y peor incluso, sin profesores. Ese “juego” es el que arrastra a los obreros a la caridad. Ese “juego” es el que da a los patrones la posibilidad de modificar a su antojo sueldos y horarios de trabajo. Ese “juego” es el que pretende modificar las leyes para evitar que los obreros puedan recurrir gratis, es decir, para apartar de la justicia -su justicia- a los que no tienen dinero. Ese “juego” es el que nos niega el futuro y nos amarga el presente. Ese juego se llama capitalismo, un tenderete hecho a imagen y semejanza de la burguesía, nuestros explotadores, y que hoy se ve en la cuerda floja.

Leamos a Bertolt Brecht:

La gran verdad de nuestra época -conocerla no es todo, pero ignorarla equivale a impedir el descubrimiento de cualquier otra verdad importante- es ésta: nuestro continente se hunde en la barbarie porque la propiedad privada de los medios de producción se mantiene por la violencia.

¿De qué sirve escribir valientemente que nos hundimos en la barbarie si no se dice claramente por qué? Los que torturan lo hacen por conservar la propiedad privada de los medios de producción.
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Ciertamente, esta afirmación nos hará perder muchos amigos: todos los que, estigmatizando la tortura, creen que no es indispensable para el mantenimiento de las formas actuales de propiedad.
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Digamos la verdad sobre las condiciones bárbaras que reinan en nuestro país; así será posible suprimirlas, es decir, cambiar las actuales relaciones de producción. Digámoslo a los que sufren el estatus quo y que, por consiguiente, tienen más interés en que se modifique: a los trabajadores, a los aliados posibles de la clase obrera, a los que colaboran en este estado de cosas sin poseer los medios de producción.

Y lo decimos claro y alto, la represión que nos prometen no es otra cosa que la defensa de la propiedad privada de la cual emanan los privilegios de nuestros explotadores. Tal vez lo “lamentemos”, pero amigos y amigas, al menos que estos sinvergüenzas no nos “sorprendan”. Hay que conocer la razón por la que nos reprimen, porque si la sabemos nos hacemos poderosos, nos reconocemos como iguales frente a nuestros explotadores, y cuando tal cosa suceda las “sorpresas” las daremos nosotros.

Las brechas en la cabeza solo se las abren a los obreros cuando salen a la calle a reivindicar trabajo, educación, sanidad, pan. Y es que la burguesía ya no puede mantener sus privilegios si no es a base de hostias. El capitalismo para poder reproducirse lo exige. Para que los señoritos y las señoritas puedan ir a tocarse las pelotas a las carreras de caballos, sus hijos tienen que quedarse sin educación pública. Para que la chusma explotadora pueda mantener sus empresas abiertas tienen que tirar a los obreros a los pies de los patronos. Para que los usureros puedan seguir acumulando beneficios tienen que echar a la gente de sus casas.

Ante tal situación no caben las lamentaciones. Tomemos consciencia de la situación y defendamos a nuestros iguales. Nosotros representamos el futuro y ellos el pasado, un mundo burgués que se desmorona. Nos pegan porque nos temen.

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