El escándalo en el que se halla implicado Iñaki Urdangarín, Duque de Palma, esposo de la infanta Cristina de Borbón y yerno del rey Juan Carlos I, atrae de nuevo la atención sobre los negocios ocultos de la familia Real. Una cuestión hasta ahora tabú en los medios de comunicación de España. Según la Constitución española: “La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad.” Por eso, sin duda, la prensa mantiene una “Ley del Silencio” en torno a los asuntos de la monarquía.
Sin embargo, entre los libros sobre Juan Carlos, destacan trabajos serios que critican aspectos de la vida del rey con argumentos documentados y aportan luz sobre la extravagante trayectoria de la familia Real.
Hace más de veinte años, en mayo de 1998, el periodista Jon Lee Anderson, escribió en The New Yorker un amplio perfil del rey Juan Carlos I. El artículo fue censurado en España, algo que dejó desconcertado a Anderson. En su opinión “la actitud de los directores de medios y la percepción de un círculo muy pequeño de que la democracia española era frágil, hacía que se censuraran las noticias”. Hubo que esperar hasta 2006 para que se publicase, pero incluido en un dossier editado por la Asociación de la Prensa de Aragón con motivo de la asistencia de Jon Lee Anderson a un Congreso en Huesca.
Lo curioso es que lo escrito por Anderson no era en absoluto critico ni con la figura del Juan Carlos I ni con la monarquía en general. Su principal fuente era el servicio de prensa de la Casa Real y no recogía ni un sólo comentario de algún opositor a la institución monárquica. Sin embargo, en el texto se aprecian elementos que cualquier español hubiera identificado como “impublicables” en España: recuerda, por ejemplo, que Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos I, tras su derrocamiento en 1931, “vivió una vida de playboy, mujeriego, era aficionado al juego y la caza”; destaca la estrecha relación entre Franco y Juan Carlos, y se hace eco de algunos de los escándalos sexuales y económicos.
A diferencia de otras monarquías, como la británica, la española sigue blindada a la crítica. Se trata de un caso de censura apoyado por los directivos de la prensa y la mayoría de los periodistas, incluso los no españoles. John Carlin, por ejemplo, periodista británico colaborador del diario El País, hasta se jacta de esa falta de libertad. En su artículo “Reyes, guiñoles, ingleses y democracia”, publicado en 2000 con motivo del 25 aniversario de la monarquía, afirma: “A diferencia de lo que ocurre en el Reino Unido, en España existe una conspiración de silencio en la que participan todos los medios de comunicación en tomo a la familia real. Y tiene su razón de ser”.
Ante esta situación en la prensa, ha sido en los libros donde la omertá de silencio ha podido agrietarse. Muchos son los libros sobre la familia Real, el monarca o su consorte. Casi todos laudatorios. Sin embargo, cada vez más, comienzan a editarse trabajos que se posicionan críticamente contra la monarquía.
Pese a la magnitud mediática que ha alcanzado el caso del “yerno real” Iñaki Urdangarín, los negocios del Rey no son en absoluto una novedad en los medios relativamente bien informados. El periodista Decio Machado informaba que “los intereses financieros del Jefe del Estado se han visto envueltos en numerosas irregularidades”. La revista Forbes incluía a Juan Carlos I en el sexto lugar de los monarcas más ricos de Europa, con una fortuna de 1.790 millones de euros, el puesto 134 entre los más ricos del planeta”. Pero, ¿cómo obtuvo esa fortuna Juan Carlos de Borbón?
El gravísimo deterioro que en el curso de los últimas semanas ha sufrido la institución monárquica española ha sido de tal envergadura que ha obligado a los responsables de la casa real a emprender un apresurado cambio de imagen con la finalidad de parar el malestar generalizado que se detecta en muchos ciudadanos en relación con las “actividades financieras” de miembros de familia real.
Juan Carlos de Borbón publicaba en la página web de la casa real, el desglose del presupuesto que recibe anualmente del Estado. Éste ascendió a 8 millones y medio de euros en el curso del año 2011.
El nuevo jefe de la casa real, Rafael Spottorno, anunció que tal desglose se haria por capítulos, capítulos que no detalló a los medios de comunicación. Sin embargo dio a entender que la minuciosidad con la que fueron redactados era parecida a la que utiliza el resto de la administración del Estado. Ello significa que aspectos tales como el dinero invertido en peluquería, por ejemplo, no se harán nunca públicos. La constitución española pone en manos de la voluntad real la “libre distribución” del importe que los presupuestos generales del Estado fijan para la Casa real. Éstos cubren tanto los gastos de personal como el sostenimiento de toda la familia real. Según Spottorno esta “libertad” de Juan Carlos Borbón para la distribución y gestión del presupuesto no será – dijo – “una barra libre”.
La Casa Real no está sometida, según las leyes a control alguno del Tribunal de Cuentas. Spottorno anunció la constitución de grupos de trabajo dirigidos por el secretario general de la casa real, Alfonso Sánz, que “estudiarían” una fórmula para “ajustar aún más” el gasto que genera la institución monárquica.
Pero todas estas medidas de última hora parecen más bien ser el efecto de una reacción tardía al clamor popular que el caso del “yernisimo” ha lenvantado en la ciudadanía. Una muestra de ello fue la avalancha de visitas que provocó a las páginas de Canarias Semanal la publicación de un artículo del coronel Martinez Ingles – más de cien mil – en tan solo unos pocos días. Nuestros lectores realizaron 28.000 valoraciones positivas en el botón de Facebook. Y los comentarios al articulo del coronel habian alcanzado la cifra record de 600 en el momento en el que escribíamos esta crónica. Ello es tan solo una pequeña muestra de calibre de las repercusiones que los trajines de los integrantes de la Casa real han provocado en millones de internautas.
¿UNA FAMILIA REAL AFICIONADA A LOS NEGOCIOS?
Sin embargo, pese a la magnitud mediática que ha alcanzado el caso del “yerno real” Iñaki Urdangarin, los negocios del rey no son en absoluto una novedad en los medios periodisticos bien informados. El periodista Decio Machado informaba en la revista madrileña “Diagonal” en el 2006 , que “los intereses financieros del Jefe de Estado se han visto envueltos en numerosas irregularidades. Los negocios del rey, así como su relación ‘carnal’ con la clase empresaria, contrasta con la figura mediática de “el rey de todos los españoles”. Su intermediación a favor de los intereses de las multinacionales españolas y de las cúpulas de la CEOE han marcado su labor como máximo representante del Estado en el exterior”
” A pesar del silencio mediático, – continuaba diciendo Decio Machado en su trabajo de investigacion – la figura del rey dista mucho de ser incuestionable: desde su falta de legitimidad democrática a la construcción de su importante fortuna personal, pasando por una nunca bien aclarada actuación en el 23-F, el rey nunca ha tenido que rendir cuentas de sus acciones. La intermediación del rey en los intereses de las multinacionales españolas y de las cúpulas de la CEOE han marcado su labor como máximo representante del Estado en el exterior. Numerosos medios latinoamericanos no han dejado de denunciar sus actuaciones en beneficio del Santander Central Hispano o de Repsol en Argentina, ante la ofensiva española por hacerse con YPF”.
”Las tramas financieras del monarca – continuaba relatando Machado - y el rico prosperar de su familia y de toda una subcorte que utiliza la imagen real para optimizar sus inversiones, señala a uno de los asuntos más oscuros de la Casa Real…. Juan Carlos I llegó al trono literalmente con lo puesto. Se dice por cronistas del momento que incluso tenía que pedir el dinero a su padre, para visitar a su novia en Atenas.
LOS OSCUROS ORÍGENES DE UN FORTUNÓN
Segun mantenia en su informe el periodista Decio Machado “El comienzo de su autosuficiencia económica, se remonta a 1962 (coincidiendo con su boda con Sofía), cuando el banquero Luis Vallas Taberner comenzó a administrar una “suscripción popular” que aportaría liquidez económica a los recién casados. En aquella `renta básica real’ colaboraban además de otros banqueros, muchos nobles y empresarios del franquismo.
Y continuaba: “Otro de los que ha declarado haber hecho transferencias importantes al monarca fue Ruiz Mateos. Tras la expropiación de Rumasa, siendo prófugo de la Justicia en Londres, acusó al rey de haber aceptado “miles de millones” no solo de su propio bolsillo, sino del de diversos empresarios. El Fiscal General del Estado le acusó de un delito de injurias: lo que podría haberse convertido en un sumario comprometedor quedó reducido a nada”.
“En su libro “El negocio de la libertad”, Jesús Cacho habla de las vías de financiación personal del rey, según señala “una de las primeras formas conocidas fue el petróleo, las comisiones del crudo que importaba España para cubrir sus necesidades de energía. Nada más ocupar Juan Carlos I el trono a la muerte del dictador, Manuel Prado [y Colón de Carvajal, el hombre de confianza del rey] se dedicó a remitir varias misivas reales a otros tantos monarcas reinantes, especialmente del mundo árabe, para pedirles dinero en nombre del rey de España”.
De acuerdo con lo que sostiene Machado “hay constancia documental de una carta firmada por Juan Carlos I y dirigida al Sha de Persia, el 4 de julio de 1977, donde el monarca tras una descripción de la situación política dice: “me tomo la libertad, con todo respeto, de someter a tu generosa consideración la posibilidad de conceder 10 millones de dólares como tu contribución personal para el fortalecimiento de la monarquía española”. Dos años después el Sha de Persia, títere de EE UU en la zona, cayó tras la revolución islámica. Sus buenas relaciones con los dictadores árabes también quedó patente en la respuesta favorable de la monarquía saudí a la petición de un crédito de 100 millones de dólares. Exactamente la misma cantidad pagada por la empresa kuwaití KIO a Colón de Carvajal, indica Cacho. Y prosigue: “los pagos se justificaron en Kuwait por la necesidad de que, durante la llamada `Tormenta del Desierto’, la aviación estadounidense pudiera disponer a su antojo de las bases aéreas españolas de Rota y Torrejón, para lo que era preciso `untar’ a los políticos”.
LOS ÚLTIMOS ESCÁNDALOS REALES
Machado afirma en su trabajo que “El último escándalo real llegó de Francia, donde en la instrucción del caso Elf (2003) por apropiación indebida, su ex presidente Le FlochPrigent declaró sobre la compra de Ertoil “haber entregado 55 millones de francos en España a numerosos hombres políticos; en particular a los próximos a Felipe González y del entorno del rey Juan Carlos”, con el que Le Floch-Prigent aseguraba haberse visto en múltiples ocasiones.”
Según José García Abad, autor del libro “La soledad del rey”: “Felipe González hizo la vista gorda ante los negocietes y escapadas reales e incluso llegó a realizar alguna importante negociación en beneficio de la Familia Real: envió a su hombre de confianza, Julio Feo, a gestionar cerca del Gobierno griego la devolución de los bienes de la familia de doña Sofía, que habían sido confiscados cuando el rey Constantino fue destronado”.
”Próximos a Juan Carlos I – prosigue Machado - aparecen además nombres como Mario Conde, Alfonso Escámez, los Albertos… Destaca en sus relaciones el conocido como `clan de Las Cuatro Estaciones’, nombre del restaurante del que Miguel Arias, Joaquín Vázquez Alonso, Jaime Cardenal Pombo y el propio rey son socios. Algunos aparecieron implicados en la trama de Ibercorp. Entre ellos se tejió una tupida trama de negocios. Cardenal Pombo fue socio de Borja Prado (hijo de Manuel Prado) en el sector armamentístico. Este último también coparticipa, junto a su madre Paloma Eulate y la Infanta Elena en la empresa Micos Mi Primer Cole, SL. Borja Prado fue requerido como testigo por parte de la Audiencia Nacional en la instrucción del caso Banesto y se ha visto relacionado con traficantes de armas”.
EL “PARAÍSO MALLORQUÍN”
Lo que Decio Machado describe como el “paraiso mallorquin” ha sido el espacio en el que el monarca español ha cultivado “ilustres amistades”. “Allí, – escribe el periodista – el rey Juan Carlos intimó con el príncipe Zourab Tchokotua, un aristócrata georgiano que fue procesado por un juzgado mallorquín en 1978 y en 1992 en relación con presuntas estafas inmobiliarias. En la última instrucción figuraba también su socio Oliver Mateu, otro hombre cercano al rey…”
“El rey fue fotografiado el 7 de agosto de 1990 en Puerto Portals, junto a sus amigos Giovanni Agnelli (dueño de FIAT) y Raul Gardini, ex presidente de Montedilson, la empresa química a la cual Juan Abelló vendió su laboratorio Antibióticos con un beneficio de 450 millones de dólares. Tanto Agnelli como Gardini se vieron implicados en casos de corrupción en Italia. Este último se suicidó en 1994.
“Es público que el Fortuna II fue financiado por un grupo de empresarios mallorquines, los cuales juntaron 17,5 millones de dólares para hacer el regalo real. Hoy el monarca navega en el Fortuna III, valorado en más del doble que el anterior.
Mallorca es una buena fuente de ingresos para el rey en patrocinios, ropa y equipamientos deportivos, bebidas y relojes para la familia real, convertida en un atractivo modelo publicitario a veces subliminal y otras descarado”.
Machado concluía su trabajo de investigacion con estas ultimas consideraciones. “La partida de los Presupuestos Generales del Estado para los gastos de la Casa Real no está sometida por ley al control del Tribunal de Cuentas. La Constitución de 1978 permite al monarca disponer de él sin dar más explicaciones. En 1980, el Gobierno le asignó 200 millones de pesetas. Hasta entonces, el rey apenas cobraba un sueldo de Capitán General. Actualmente, la partida del Presupuesto General del Estado asciende a los 7,78 millones de euros.
Debido a la opacidad de la Casa real, la fortuna del rey es difícil de cuantificar. La revista Forbes (abril 2003) incluye a Juan Carlos I en el sexto lugar de los monarcas más ricos de Europa con una fortuna de 1.790 millones de euros, el puesto 134 entre los más ricos del planeta”.
“¿POR QUÉ TE CALLAS AHORA?” LE PREGUNTA UN CORONEL DEL EJÉRCITO ESPAÑOL AL REY
Por Amadeo Martinez Inglés, coronel del ejército español
Texto original:
Recordando la famosísima frase que le dirigiera el monarca español al Presidente venezolano Hugo Chávez, “¿Por qué no te callas?”, el coronel del ejército español, Martinez Inglés, se la devuelve ahora al monarca en relación con el affair de presunta estafa multimillonaria protagonizada por su yerno Iñaki Urdangarin.
Sí, sí, regio suegro del atlético Urdanga; divino monarca enviado por el Espíritu Santo a este bendito país para velar por la democracia, la felicidad, la salud y el bienestar de sus sufridos ciudadanos; rey sin par que crees provenir del testículo derecho del emperador Carlomagno cuando en realidad lo haces de la pérfida bocamanga del genocida Franco.
Sí, tú, último representante en España de la banda de borrachos, puteros, idiotas, descerebrados, cabrones, ninfómanas, vagos y maleantes que a lo largo de los siglos han conformado la foránea estirpe real borbónica culpable del atraso, la ignorancia, la degradación, la pobreza, el odio y la miseria generalizada de centenares de generaciones de españoles; presunto (estamos en un Estado de derecho aunque no lo parezca) malversador de fondos públicos para pagar francachelas sexuales; corrupto máximo en un país donde, desgraciadamente, la corrupción se mama desde la cuna; impune muñidor de una descomunal fortuna personal que nadie en este país sabe de donde ha salido; vil autogolpista castrense en aquél recordado 23-F que organizaste in extremis para salvaguardar tu detestable corona franquista; fratricida confeso (o presunto asesino) en tu juventud; reo de un delito de alta traición a la nación española al pactar en 1975 con el Departamento de Estado norteamericano, ostentando interinamente la Jefatura del Estado español por enfermedad del dictador Franco, la entrega vergonzante a Marruecos de la totalidad de la antigua provincia española del Sahara Occidental (territorio bajo administración española, según la ONU) en evitación egoísta de una guerra con ese país que hubiera puesto en peligro tu tambaleante corona; corresponsable, en consecuencia, del espantoso genocidio posterior (más de tres mil víctimas) cometido por el rey alauí, Hassan II, para dominar el inmenso territorio abandonado por España… tú que mandas callar a voz en grito a jefes de Estado extranjeros.
¿Por qué callas ahora? ¿Por qué no hablas, y cuanto antes, a los españoles? Primero ¡faltaría más! de las andanzas presuntamente delictivas (los jueces hablarán próximamente) de tu deportivo yerno, ese caradura integral que se ha valido de su matrimonio (con el, seguramente, también delictivo consenso de su gentil esposa) y de la impunidad casi absoluta de que ha gozado hasta ahora la llamada familia real española, para apropiarse de millones de euros del erario público. Con la gentil colaboración de políticos y altos cargos de las derrochadoras y detestables administraciones públicas de este país (central y autonómicas).
Y en segundo lugar, supremo líder de la ya amortizada monarquía franquista del 18 de julio, y ya va siendo hora, háblanos de todas las irregularidades y presuntos delitos cometidos por tu regia persona, algunos de los cuales acabo de señalar y que este humilde mortal (o plebeyo, como quieras) ha denunciado repetidas veces en los últimos años ante las Cortes Españolas, única institución que puede entender de los mismos en base a la absoluta impunidad constitucional de la que gozas gracias a tu amado generalísimo, el tercer dictador más sanguinario de la historia europea después de Hitler y Stalin. Presuntos delitos de los que más tarde o más temprano tendrás que responder ante el pueblo español y que, no te quepa la menor duda, ocuparán algún día páginas y páginas en la triste historia de este país de la modélica transición y gaitas parecidas.
Porque, amigo monarca, ya conoces los populares dichos: “A todo cerdo le llega su San Martín” y “El tiempo coloca a cada uno en su lugar”. Y a ti, y a toda tu familia y parentela más o menos cercana de enchufados, vagos y maleantes de toda laya, parece ser que está a punto de llegaros esa suculenta y tradicional onomástica de ancestral raíz gastronómica a la vez que el justiciero “devenir temporal de la historia” os arrincona sádicamente contra vuestro propio latrocinio y contra vuestra y escandalosa corrupción; decidido a bajaros a todos a las negras profundidades del infierno político y social.
El largo tiempo del vino (Vega Sicilia, naturalmente) y las rosas de palacios y lujosas residencias veraniegas (más de siete lustros), gastándoos a espuertas el escaso dinero de los amados y tontorrones súbditos, toca a su fin. Y todos, absolutamente todos los componentes de esa tu despreciable familia real, tendréis que comparecer algún día ante la justicia; unos, como el atlético y descerebrado deportista de elite que creyó que le había tocado la bonoloto cuando la infantita de marras le eligió como dulce esposo de su particular cuento de hadas, muy pronto, porque las pruebas son irrefutables y porque, aunque torpe y lenta, la bella diosa ciega celtibérica de la balanza de oro, no podrá esta vez mirar para otro lado y tendrá que castigar como se merece tanto derroche, tanto latrocinio y tanta vagancia familiar e institucional; otros, como las infantitas borbónicas casadas o separadas temporalmente de sus parejas, que se dejan querer cobrando espectaculares sueldos millonarios de grandes empresas españolas y multinacionales y que, con tribunales o sin ellos, pronto tendrán que renunciar a tanta bicoca; y tú, todavía rey franquista de todos los españoles, aún protegido como estás por la larga mano del dictador y por la nefasta herencia constitucional de unos cuantos pelotas de intramuros del régimen (padres de la patria, qué risa) que parieron una Carta Magna a tu medida haciéndote divino e inviolable… no te confíes demasiado que el horno no está para bollos y muy pronto pintarán bastos en las calles y avenidas de muchas ciudades españolas.
¡Deja ya de hacerte el muerto! ¡Deja ya de emplear medios del Estado (aviones militares y demás) para acudir a grandes premios de Fórmula I o torneos internacionales de tenis a la par que eludes con total desvergüenza las escasas y ridículas obligaciones de tu medieval cargo…y habla! Cuéntanos a los españoles si conocías o no las presuntamente delictivas andanzas de tu todavía yerno, el Urdanga ése, y por qué te hiciste el sueco si, como es de cajón, las conocías. Y, también, nos pones al corriente de a cuanto asciende a día de hoy tu amañada fortunita, de como se desarrollaron (sin entrar en detalles morbosos, desde luego) tus pícaras alegrías amatorias con cargo a los fondos reservados del Estado español, de como transcurrió el tortuoso día (23-F del 81) en el que salvaste a todos los españoles… y de todas las demás guarrerías personales y familiares cometidas en tu ya largo reinado. Así los españoles nos iremos enterando de todo ello sin tener que acudir a Internet y los jueces y los diputados electos del Partido Popular del hoy “muy asustado y mudo Rajoy” podrán ir tomando nota. Para cuando haga falta, naturalmente…
VÍDEO DE DENUNCIA DEL CORONEL MARTÍNEZ INGLÉS SOBRE LA ENTREGA DEL SÁHARA A MARRUECOS Y LA PARTICIPACIÓN DEL REY EN AQUELLOS HISTÓRICOS ACONTECIMIENTOS
CUANDO JUAN CARLOS MATÓ A SU HERMANO…
Uno de los primeros libros sobre los escandalos de la Casa Real Española fue “Un rey golpe a golpe. Biografía no autorizada de Juan Carlos de Borbón” (2000). Va firmado con un pseudónimo, Patricia Sverlo, y editado por Ardi Bertza, un sello del entorno de la izquierda abertzale que acabaría clausurado por las autoridades. El libro no se vendió en librerías; se distribuyó por los circuitos de la revista Ardi Beltza donde se agotó. La obra es contundente en la exposición del entramado de la sucesión tras la muerte de Franco; destaca la fortuna de Juan Carlos I, sus oscuros negocios en el petróleo, el tráfico de armas, la especulación financiera, la trama inmobiliaria y sus amistades con una elite económica que terminó enjuiciada por corrupción. También se repasan los escándalos sexuales del rey que suelen ser comentados en numerosos círculos privados pero nunca saltan a las páginas de la prensa española. Incluso se insinúa que Juan Carlos tuvo conocimiento de la creación de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), aparato clandestino de guerra sucia contra ETA creado bajo el gobierno de Felipe González. Hoy el libro es difícil de conseguir y su difusión se realiza básicamente por Internet.
Es de justicia indicar que los principales escándalos fueron recogidos anteriormente en otra obra que, si bien no se centraba en la figura de la monarquía, sacó a la luz una valiosa información sobre las corrupciones en tomo a las finanzas de la realeza. Se trata de “El negocio de la libertad” (Foca, Madrid, 1999), de Jesús Cacho. A diferencia del de Patricia Sverlo, éste fue un gran éxito de venta, pero los escándalos que en él se destapaban – y que afectaban a una parte del sector político y económico de la España de Felipe González- eran tantos que los del rey no destacaban entre el panorama. Como Jesús Cacho no es un periodista antimonárquico militante, ello hacía que sus denuncias tuvieran credibilidad. Por ejemplo, cuestionaba el papel de Juan Carlos, presentado casi como heroico, en el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Basándose en unas declaraciones de la reina difundidas por la periodista Pilar Urbano, el autor afirma que “el Rey había jugado a dos bandos en las fechas previas al 23-F”.
LA IMAGEN PATÉTICA DE JUAN CARLOS BORBON
También sostiene que, tras conseguir la Corona, Juan Carlos I habría comenzado a amasar su fortuna y a embolsarse comisiones. Otra vía para enriquecerse: utilizar su cargo para pedir a algunas petromonarquías del Golfo y al Sha de Persia ayuda económica personal para “defender a España del socialismo”. El autor incluso publica la carta que habría enviado el rey al Sha.
Jesús Cacho expone una imagen bastante patética del soberano: “El Rey no lee libros ni periódicos: se limita a hablar por teléfono las veinticuatro horas del día, lo cual conforma en ocasiones en su coronada testa un galimatías morrocotudo. Cuantas veces y voces han pretendido dotarle de algún tipo de asesoría o consejo de notables, una simple tertulia con la que reunirse de forma periódica para hablar con cierta profundidad de algunos temas, han fracasado. Al Monarca le interesan más los tipos divertidos, alegres, simpáticos, ricos mejor que pobres, hábiles en el trato con las mujeres y en los negocios”.
UNA HIJA ILEGITIMA CON LA PRINCESA ITALIANA CARLA OLGHIINA
Ramón Akal, editor de Cacho, recuerda que el libro fue encargado por otra editorial pero que ésta, tras leerlo, decidió pagarle al autor la cantidad estipulada como adelanto negándose a publicarlo. En España, ni siquiera la “prensa seria” ha informado de los escándalos financieros de Juan Carlos I a pesar de que sus socios han protagonizado portadas, juzgados y hasta prisiones. Ni la prensa amarilla, tan popular, ha prestado atención a sus devaneos amorosos y sexuales. Cuando la revista italiana Oggi anunció, en 1989, la existencia de una hija ilegítima del monarca con la condesa italiana Carla Olghina Robiland , el silencio fue total en España. Y cuando la condesa confirmó esa relación y publicó las “cartas de amor” de Juan Carlos I (que ya estaba comprometido con Sofía de Grecia), su difusión fue muy limitada.
Sobre los escándalos de faldas del rey trata David Garrido en “Los hijos silenciados de los Borbones” (Arco Press, 2005). Otro autor que destaca es el coronel Amadeo Martínez Inglés, oficial expulsado en 1990 de las Fuerzas Armadas. Sus obras se caracterizan por su carácter provocador y polémico. En 23-F. “El golpe que nunca existió” (Foca, Madrid, 2001) implica a Juan Carlos I en el intento de golpe de Estado. En Juan Carlos I, el último Borbón (Styria, Barcelona, 2008) no duda en calificar al sistema político de “dictadura en la sombra por parte del monarca español”. Y en “La conspiración de mayo. El “Alzamiento Nacional” que preparó la derecha castrense para el 2 de mayo de 1981 y que frustró el 23-F” (Styria, 2009) de nuevo implica al rey en el golpe del 23-F.
Otro libro interesante es del periodista Iñaki Errazkin, “Hasta la coronilla. Autopsia de los Borbones” (Txalaparta, Tafalla, 2009), cuya principa] aportación “i Honroso repaso a los antecedentes históricos de los Borbones en un capítulo titulado “Los muertos de Juan Carlos Primero”. El autor afirma: “La degeneración que causa la continua endogamia, la soberbia y la impunidad inherentes al poder, ya sea absoluto o relativo, son elementos que no ayudan precisamente a forjar un carácter virtuoso, y los Borbones no son una excepción”. La contundencia del texto es indiscutible, Errazkin presenta un capítulo de la vida del monarca silenciado en las biografías oficiales: el disparo de pistola con el que Juan Carlos mata, siendo niño, a su hermano mayor Alfonso, y que le catapulta al primer lugar de la línea sucesoria, y el rechazo absoluto del padre a que se realice autopsia alguna o investigación. No falta un repaso a los hijos del monarca y sus consortes, donde se encuentra: drogadicción, suicidio, secretos silenciados a golpe de talonario con fondos públicos y sexo.
Por último: la obra del senador Iñaki Anasagasti, ex portavoz del Grupo Parlamentario Vasco en el Congreso, Una monarquía protegida por la censura (Foca, Madrid, 2009). El autor denuncia la “conspiración de silencio, en la que participan políticos, personalidades de todo tipo y medios de comunicación social, en torno a la familia real para seguir diariamente manteniendo la convención de que es ésta la única fórmula válida en la actualidad para que España no se rompa o para que no acabemos a garrotazos los unos contra los otros”. El senador vasco afirma que escribe este libro porque “es preciso ir diciendo que el rey está desnudo, que su legitimidad de origen no es democrática, por más que aparezca en títulos y artículos de una Constitución aprobada democráticamente en 1978; que su vida privada no es nada ejemplar; que sus gastos y sus relaciones de amigos comisionistas son impropios, y que su falta de responsabilidad ante el delito es algo único en una Europa democrática”.
Todo esto vuelve a plantearse desde que estalló el “escándalo Urdangarin” en el que se halla implicado el yerno de rey a través de su empresa de asesoría Nóos en el “caso Palma Arena” y la “operación Babel” . Al parecer, Iñaki Urdangarin impulsó la actividad y contratos de Nóos, que por sus estatutos carecía de ánimo de lucro, y presentó al cobro facturas de su firma Nóos y de la inmobiliaria Aizoon, cuya propiedad comparte con su esposa la infanta Cristina de Borbón.
En cinco años, la cifra de negocios de Nóos rondó los 10 millones de euros, según la contabilidad del complejo entramado de asesorías y empresas organizado, que Fiscalía Anticorrupción ha examinado. Se ha identificado a una firma del grupo que transfirió cerca de medio millón a una cuenta de una sociedad en un paraíso fiscal. Fiscalía Anticorrupción ha detectado también un agujero de un millón de euros, en partidas no justificadas. Esta es la base para la acusación penal de supuesta “malversación de caudales públicos”. Y la pregunta que muchos observadores se hacen es: ¿en qué medida el rey Juan Carlos estaba al corriente de estas operaciones? ¿Cómo es que nadie, en la familia Real, se interrogó sobre los orígenes del colosal y rápido enriquecimiento del esposo de la infanta Cristina?
Muchos elementos en tomo a la familia Real despiertan indignación y cada vez cuesta más silenciarlos: denuncias financieras y de corrupción, fortuna personal de oscuro origen, la burla de que sus viviendas, yates, vehículos, etc… sean de titularidad del Estado para que sea el dinero público el que deba mantenerlos y repararlos, oscurantismo en su financiación pública de la que no debe rendir cuentas, desmanes sexuales…
Todos estos elementos, ocultos en los medios de comunicación, salen a flote sólo gracias a algunos libros que han logrado ser la única válvula de escape a las críticas y denuncias contra la monarquía.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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