XXXI Marcha a Rota

miércoles, 4 de enero de 2012

LA NDAA APROBADA POR OBAMA


Aprueba Obama ley para detener indefinidamente, torturar y negar el juicio a ciudadanos de EEUU

Barack Obama aprobó la Ley de Autorización de la Defensa Nacional (NDAA), con la cual las autoridades militares pueden detener a cualquier ciudadano estadounidense en cualquier parte del mundo, indefinidamente y sin juicio previo, alegando la sospecha de terrorismo.

El año nuevo comenzó en Estados Unidos, al menos en materia legal, con la aprobación por parte del presidente Barack Obama de una medida netamente totalitaria y dictatorial, propia de un gobierno represivo. Se trata de la National Defense Authorization Act (NDAA), una ley que, en términos generales, permite a las autoridades militares detener a cualquier estadounidense en cualquier parte del mundo sin especificar los cargos que se le imputan ni el tiempo de detención, basándose únicamente en la sospecha de terrorismo. Asimismo, la interrogación y persecución de los sospechosos también carece de límites precisos, por lo cual la tortura y otros procedimientos afines podrían volverse totalmente legales.

Aunque se dice que Obama quiso vetar la NDAA por el evidente abuso que implica a las garantías civiles más elementales de todo ciudadano, al final dio su beneplácito, aunque “con serias reservas”: “Quiero aclarar que mi administración no autorizará la detención militar indefinida y sin juicio de ciudadanos estadounidenses. De hecho creo que hacer en esto rompería con nuestras más importantes tradiciones y valores que tenemos como nación. Mi administración interpretará la sección 1021 [de la ley] asegurándose que cualquier detención autorizada se llevará a cabo conforme a la Constitución, las leyes de guerra y todas las leyes aplicables”, declaró Obama en un comunicado al respecto. El diario El País informa que el presidente tuvo que firmar la ley “porque la finalidad general de esa norma es financiar en parte a las tropas y la guerra de Afganistán”.

Por otro lado, activistas y abogados en pro de las libertades civiles se mostraron decepcionados por la actuación del presidente Obama, pues creían que con él habían quedado atrás los excesos en que incurrió la administración Bush en su “guerra contra el terror”; confían además en que esta ley pueda derogarse por medio de otros recursos como la apelación ante la Suprema Corte.


El Senado de EE. UU. aprueba los arrestos sin necesidad de presentar cargos

En su obsesión por la ‘guerra contra el terrorismo’, Washington no conoce límites. El Senado de EE. UU. aprobó un proyecto de ley de gastos de defensa para el año fiscal 2012 valorado en 662.000 millones de dólares y que establece que todo ciudadano estadounidense sospechoso de terrorismo capturado dentro o fuera del país permanezca bajo custodia militar.

El proyecto presupuestario recibió el apoyo de 93 senadores, mientras que solo siete votaron en contra. Pero el asunto sobre la detención de presuntos terroristas asegura un enfrentamiento con la Casa Blanca, ya que el presidente Barack Obama ha prometido vetar el proyecto para que no se convierta en ley si contiene esta enmienda que prácticamente legaliza el mantenimiento de ciudadanos de EE. UU. en cárceles como presos militares sin que se les hayan presentado cargos oficiales.

La conocida como Ley de Autorización de Defensa Nacional incluye el presupuesto básico y también el dinero asignado a programas adicionales y las operaciones militares en el extranjero. Como reflejo de los malos tiempos económicos y de la anunciada reducción del financiamiento militar, el gasto autorizado es menor al que había solicitado el Gobierno

Los opositores a la enmienda sobre los presuntos terroristas cuestionan su legitimidad ya que recuerda a la polémica política del mantenimiento de los presos de Guantánamo. Apenas un día antes, una senadora propuso legalizar ciertos métodos de tortura que están oficialmente prohibidos.

Legisladores republicanos proponen legalizar las torturas


Parece que el guión del gobierno de George Bush, donde los interrogatorios inhumanos y las torturas en las cárceles eran habituales, podría volver a usarse en un futuro no muy lejano.

La senadora republicana Kelly Ayotte propuso legalizar ciertos métodos de tortura que están oficialmente prohibidas. En el caso de ser aprobada, la propuesta de Ayotte anulará parcialmente la Orden Presidencial de Barack Obama, que permite solamente los interrogatorios legales.

Entre las propuestas de Ayotte está la de incluir en el Manual Militar de EE. UU. una lista secreta de los métodos de interrogatorio que se podrán aplicar a los presuntos terroristas y criminales de guerra.

Criticando la enmienda del republicano, la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y otras 30 organizaciones mandaron una carta oficial al Senado estadounidense e insistieron en rechazar la propuesta, añadiendo que dañará la imagen de EE. UU. en el mundo.

En respuesta a las críticas de la ACLU, los candidatos presidenciales del Partido Republicano comentaron que los métodos de los interrogatorios actuales son demasiado suaves. El republicano Michele Bachmann declaró que la Agencia de Inteligencia Central (CIA, por sus siglas en inglés) había perdido su capacidad para torturar a los supuestos terroristas por el hecho de que el presidente Barack Obama apoya a la ACLU.

Entre las ‘torturas duras’ destacan prácticas como el simulacro de estrangulamiento, los golpes, la tortura con agua conocida como ‘submarino’ y el uso de grilletes, cadenas y porras de goma.

Guantánamo: la tortura que no cesa

El Gobierno estadounidense fue criticado por el trato inhumano de los presos. El centro de detención de Guantánamo, situado en una base naval de Estados Unidos en territorio de Cuba, es considerado por muchos como un “campo de concentración”. Numerosos detenidos están encarcelados sin que se les haya presentado una acusación oficial.

Según los datos de Amnistía Internacional en el centro de Guantánamo se aplican torturas con la autorización del Gobierno estadounidense.

Los ex detenidos cuentan que durante los años de encarcelamiento les obligaron a mantenerse despiertos o a vivir en un ambiente con música sonando a todo volumen, entre otras humillaciones físicas y psicológicas. El servicio médico tampoco se comportaba con demasiada humanidad. Por ejemplo, se llevaron a cabo amputaciones en casos en los que no era necesario cortar dedos infectados. No resulta sorprendente que se hayan producido varios suicidios y otros tantos intentos de quitarse la vida por parte de presos.

Al llegar al poder, el presidente Barack Obama prometió cerrar el centro de Guantánamo. Sin embargo, y pese a ser considerada una de las cárceles más caras de los EE. UU., el complejo sigue “funcionando”.

Cárcel sin fronteras: EE. UU. prepara prisiones extranjeras también para sus ciudadanos
 

Los estadounidenses pasarán a engrosar las filas de aquellas personas susceptibles de ser retenidas en una cárcel militar fuera de Estados Unidos si se sospecha que mantienen vínculos con el terrorismo. Así lo establece una ley que ya está en condiciones de ser promulgada por el presidente norteamericano, Barack Obama.

La Ley de Autorización de Defensa Nacional para el año fiscal 2012 fue aprobada la semana pasada en el Congreso.

Por alguna razón la ley fue ignorada por los medios más populares del país, que no informaron a los ciudadanos sobre la grave amenaza que se cierne sobre sus derechos constitucionales.

Entre otras cosas la ley establece que personas sospechosas de terrorismo, incluidos estadounidenses, que sean capturadas dentro o fuera de EE. UU., pueden ser puestas “bajo custodia o control del país de origen o cualquier otro país o entidad extranjera”.

Eso quiere decir que si el presidente considera que alguien es integrante o partidario de Al Qaeda o de grupos asociados, puede ser entregar a Arabia Saudí, Egipto, Yemen o cualquier otro país, a sus fuerzas de seguridad o incluso hasta a la ONU, como entidad extranjera.

“¿Que cuánto tiempo se los puede retener? Tanto cuanto sea necesario para nuestra seguridad”, afirmó el senador Lindsey Graham.

Según la ley, a tales detenidos no se les advertirá de sus derechos antes de ser interrogados. El derecho a disponer de un abogado también queda suspendido.

Cuando el comandante en jefe subscriba la ley, los estadounidenses podrán ser enviados a celdas similares a las que acogieron durante la última década a los sospechosos de estar vinculados con Al Qaeda y los talibanes.

Atribuciones semejantes respecto a ciudadanos extranjeros fueron aprobadas inmediatamente después de los atentados del 11-S. Este nuevo proyecto de ley incluyó a los estadounidenses. Sin embargo, EE. UU. ya cuenta con un trámite probado para facilitar la detención y el interrogatorio de presuntos terroristas estadounidenses capturados en el extranjero. Según este protocolo, el Gobierno norteamericano induce a otros regímenes a detener e interrogar a tales personas, de tal forma que el país que los detiene recibe instrucciones para realizar los interrogatorios de EE. UU.. Pese a los altos riesgos de que se produzcan abusos en estos cautiverios extranjeros, Washington queda exento de toda acusación.

OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA



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