sabado, 070.01.2012
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Antes de la “revolución de las comunicaciones”, antes de que las grandes cadenas televisivas y la publicidad de consumo nivelaran un “pensamiento único” para todo el planeta, los humanos tenían alguna conciencia de un mundo “interior”, que podían diferenciar de lo externo.
Lilith
Antes de que la programación del sistema introducida en las mentes por los medios masivos se nivelara planetariamente, los humanos podían reflexionar por si mismos. Hoy solo piensan con lo “externo”, lo que les programa el sistema como si fuera su “pensamiento propio”. Eso es la alienación. Y la resultante es la indiferencia masiva ante los crímenes más aberrantes del sistema, como los genocidios por el hambre y los exterminios militares de población sobrante.
Utilizando la programación de la “buena onda”, el sistema fue conformando un consumista resignado y sin pensamiento critico, solo preocupado por no decir lo que pueda “molestar” al resto. Porque si alguien dice,por ejemplo, que el Mundial de fútbol es un negocio multimillonario de los bancos y empresas trasnacionales, donde las “estrellas” protagónicas son22 parásitos alienados corriendo detrás de una pelota a cambio de sueldos millonarios, está expresando un “pensamiento negativo”. Y quien hace de la critica un hábito va sufriendo un progresivo vacio a a su alrededor, hasta que se queda solo. El alienado masivo lo ignora, lo “mata con la indiferencia”. Esa es la base del conformismo masificado y del “mundo único”, en donde sólo existes si expresas “pensamientos positivos”.
Entonces, para no deprimirte, mejor la prensa y los espectáculos del sistema. Para no generar onda “negativa” y buscar siempre la salida “positiva”, mejor los comunicadores del sistema. Si, por el contrario, no quieres morirte convertido en un robot programado, mejor empezar a pensar en el sistema y en el sufrimiento de tus semejantes. Es la frontera que delimita tu conciencia de tu alienación.Y es tu elección.
Pero la “depresión” y las ondas “positiva” o “negativa” son trampas psicológicas del sistema para mantenerte adormecido y alejado de la realidad. Un alienado que se sensibiliza y toma conciencia es un peligro para el sistema.
Si te fijas, los analistas y comunicadores del sistema hablan de las diferentes “crisis”. Económicas, politicas, climáticas, etc. Pero por separado. Nadie habla de la “crisis” dentro de la cabeza de los humanos que construyen la sociedad y las bases funcionales del sistema. La “crisis” convertida en un “modelo” de pensamiento.
En los medios nunca se discute ni se cuestiona el sistema capitalista, con su emergente de concentración de pobreza y exclusión, por un lado, y de concentración riqueza en pocas manos, por otro. Lo que se critica en los medios es a los que gerencian el sistema, o sea los políticos.
Y los políticos, a su vez, no critican ni nombran al sistema capitalista. Discuten y se critican entre ellos en la competencia para ver quien se queda con la gerenciación del Estado capitalista. A quién intente romper este statu quo, politicos y medios lo ignoran, le quitan “entidad”, le hacen silencio, lo “matan con la indiferencia”. Así funciona el sistema. Al enemigo no se lo mata fisicamente. Se lo “mata con la indiferencia”.
Por ejemplo: Si alguien, con capacidad finaciera, quisiera montar un canal de TV para criticar y mostrar el funcionamiento del sistema capitalista, nadie lo impediria. Ni el estado, ni la sociedad ni las empresas. Pero, una vez montado, se encontraría con que nadie publicitaría en él, o sea que no podría autosostenerse. No tendría rating y su audiencia sería casi inexistente. Las mayorías lo “ignorarían” por no entenderlo. Aunque el canal mostrara estadísticas, informes cientificos, testimonios, documentos sobre el funcionalismo criminal del sistema capitalsita, las mayorías lo “matarían con la indiferencia”
Y esto tiene un principio de explicación: Los alienados programados del sistema solo siguen y prestan atención a aquello que está establecido como “normal y aceptado” por los medios y la sociedad. Se guían por el principio del placer, no por la necesidad de aprendizaje. Si le suplantas el placer por el sacrificio, te mandan a la mierda. Ellos están para “pasarlo bien”, para “divertirse”. No están para pensar ni reflexionar acerca de las razones que causan el sufrimiento, el hambre o la muerte del prójimo. Eso les “arruina la fiesta”.
Otro ejemplo se puede graficar con el caso de lo que queda de la izquierda combativa. Ya nadie, ni la policia ni el ejercito, reprimen a los grupos más combativos de la izquierda. Pueden expresarse libremente y decir lo que se les cante. Pueden criticar y manifestarse contra EEUU, contra Israel y las empresas y bancos capitalistas.
Nadie los reprime. Pero tampoco, salvo ellos mismos, nadie los escucha ni los legitima. El sistema y el alienado programado los “matan con la indiferencia”. Con su silencio, con su indiferencia, que es la técnica para matarlos sin violencia fisica, los alienados y el sistema los sitúan como “anormales”. ..Y lo “normal”, es hablar de cualquier cosa, menos del sistema capitalista que controla la economía, la politica, la cultura, la religión y los valores sociales establecidos como “programas” dentro de la cabeza del alienado.
Pero hay un límite para romper la indiferencia: Cuando un grupo o una persona tocan concretamente los intereses del sistema capitalista (tocar quiere decir arruinar o impedir un negocio, destruir una propiedad privada, atentar contra la “democracia” o contra los medios de comunicación), la indiferencia ya no es efectiva, entonces pasan a etiquetarte como “terrorista” o como “eje del mal” y directamente te suprimen, pero ahora físicamente.
Si un grupo llega a rozar los intereses de la elite, ahí comienza el genocidio armado, más o menos localizado. Hay y hubo otros tipos de genocidios. Poblaciones enteras libradas a sus escasas posibilidades, a las hambrunas o epidemias, a los conflictos entre facciones semejantes estimulados por la elite, generando guerrillas de baja intensidad.
Entonces, el sistema tiene dos métodos para suprimir a sus enemigos. La muerte psicológica y la muerte física. La forma mayoritaria y más efectiva del dominio está en los países con elecciones periodicas y sociedad de consumo. El alienado programado, está direccionado para consumir y votar, y es una pieza irreemplazable para ayudar a “matar con la indiferencia” a los enemigos de todo lo que reresenta el capitalismo y la sociedad de consumo. Y es la forma mas efectiva de dominio, porque construye al alienado programado, como un humano incapaz de resistir al sistema, por que él ES el sistema. El sistema le comió el cerebro.
En cambio, en los países del “eje del mal”, el sistema (de la forma en que ellos lo entienden) está fuera de su cabeza, por eso lo identifican como enemigo y están en condiciones de resistir. Pero la resistencia que ellos hacen es “contra occidente”, no tienen claro al capitalismo como un sistema totalizado. Económicamente, no cuestionan las relaciones de explotación. En estos países, el sistema extermina al enemigo militarmente, utilizando la calificación de “terroristas”.
Un dato más. En la décadas del 60-70, cuando en latinoamérica gobernaban los militares, serviles al capitalismo, en EEUU comprendieron que a mayor represión, mayor rebeldía, (el dominador estaba fuera del dominado, lo identificaba como algo externo). Se dieron cuenta de que las dictaduras engendraban la guerrilla revolucionaria, que iba por el cambio del sistema. Y la mejor forma de parar esto fue la alternativa de la “democracia”. O la ilusión de que la mayoría “elige”. Esto es, neutralización del enemigo por medio del engaño, pacíficamente.
Queda clara entonces la forma en que el sistema domina la mente y, a través de ella, los actos de los alienados programados por él. Comprender esto es la clave para romper con el sistema en tu mente. Pero romper no basta, además hay que estar preparado para no caer víctima de esa “indiferencia” ni tampoco de “esperanzas” inútiles. El sistema ya no tiene más enemigos que el sistema mismo y se está autodestruyendo. Estamos siendo testigos de ello en todos los ámbitos, pero para el alienado sólo existe lo que el sistema le ofrece: Ser un autista “feliz” y morir en medio de la “fiesta”.
Ya no hay “esperanza” de un cambio. Lo que no quiere decir que la esperanza no exista. Existe, pero está para otras cosas.
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Antes de la “revolución de las comunicaciones”, antes de que las grandes cadenas televisivas y la publicidad de consumo nivelaran un “pensamiento único” para todo el planeta, los humanos tenían alguna conciencia de un mundo “interior”, que podían diferenciar de lo externo.
Lilith
Antes de que la programación del sistema introducida en las mentes por los medios masivos se nivelara planetariamente, los humanos podían reflexionar por si mismos. Hoy solo piensan con lo “externo”, lo que les programa el sistema como si fuera su “pensamiento propio”. Eso es la alienación. Y la resultante es la indiferencia masiva ante los crímenes más aberrantes del sistema, como los genocidios por el hambre y los exterminios militares de población sobrante.
Utilizando la programación de la “buena onda”, el sistema fue conformando un consumista resignado y sin pensamiento critico, solo preocupado por no decir lo que pueda “molestar” al resto. Porque si alguien dice,por ejemplo, que el Mundial de fútbol es un negocio multimillonario de los bancos y empresas trasnacionales, donde las “estrellas” protagónicas son22 parásitos alienados corriendo detrás de una pelota a cambio de sueldos millonarios, está expresando un “pensamiento negativo”. Y quien hace de la critica un hábito va sufriendo un progresivo vacio a a su alrededor, hasta que se queda solo. El alienado masivo lo ignora, lo “mata con la indiferencia”. Esa es la base del conformismo masificado y del “mundo único”, en donde sólo existes si expresas “pensamientos positivos”.
Entonces, para no deprimirte, mejor la prensa y los espectáculos del sistema. Para no generar onda “negativa” y buscar siempre la salida “positiva”, mejor los comunicadores del sistema. Si, por el contrario, no quieres morirte convertido en un robot programado, mejor empezar a pensar en el sistema y en el sufrimiento de tus semejantes. Es la frontera que delimita tu conciencia de tu alienación.Y es tu elección.
Pero la “depresión” y las ondas “positiva” o “negativa” son trampas psicológicas del sistema para mantenerte adormecido y alejado de la realidad. Un alienado que se sensibiliza y toma conciencia es un peligro para el sistema.
Si te fijas, los analistas y comunicadores del sistema hablan de las diferentes “crisis”. Económicas, politicas, climáticas, etc. Pero por separado. Nadie habla de la “crisis” dentro de la cabeza de los humanos que construyen la sociedad y las bases funcionales del sistema. La “crisis” convertida en un “modelo” de pensamiento.
En los medios nunca se discute ni se cuestiona el sistema capitalista, con su emergente de concentración de pobreza y exclusión, por un lado, y de concentración riqueza en pocas manos, por otro. Lo que se critica en los medios es a los que gerencian el sistema, o sea los políticos.
Y los políticos, a su vez, no critican ni nombran al sistema capitalista. Discuten y se critican entre ellos en la competencia para ver quien se queda con la gerenciación del Estado capitalista. A quién intente romper este statu quo, politicos y medios lo ignoran, le quitan “entidad”, le hacen silencio, lo “matan con la indiferencia”. Así funciona el sistema. Al enemigo no se lo mata fisicamente. Se lo “mata con la indiferencia”.
Por ejemplo: Si alguien, con capacidad finaciera, quisiera montar un canal de TV para criticar y mostrar el funcionamiento del sistema capitalista, nadie lo impediria. Ni el estado, ni la sociedad ni las empresas. Pero, una vez montado, se encontraría con que nadie publicitaría en él, o sea que no podría autosostenerse. No tendría rating y su audiencia sería casi inexistente. Las mayorías lo “ignorarían” por no entenderlo. Aunque el canal mostrara estadísticas, informes cientificos, testimonios, documentos sobre el funcionalismo criminal del sistema capitalsita, las mayorías lo “matarían con la indiferencia”
Y esto tiene un principio de explicación: Los alienados programados del sistema solo siguen y prestan atención a aquello que está establecido como “normal y aceptado” por los medios y la sociedad. Se guían por el principio del placer, no por la necesidad de aprendizaje. Si le suplantas el placer por el sacrificio, te mandan a la mierda. Ellos están para “pasarlo bien”, para “divertirse”. No están para pensar ni reflexionar acerca de las razones que causan el sufrimiento, el hambre o la muerte del prójimo. Eso les “arruina la fiesta”.
Otro ejemplo se puede graficar con el caso de lo que queda de la izquierda combativa. Ya nadie, ni la policia ni el ejercito, reprimen a los grupos más combativos de la izquierda. Pueden expresarse libremente y decir lo que se les cante. Pueden criticar y manifestarse contra EEUU, contra Israel y las empresas y bancos capitalistas.
Nadie los reprime. Pero tampoco, salvo ellos mismos, nadie los escucha ni los legitima. El sistema y el alienado programado los “matan con la indiferencia”. Con su silencio, con su indiferencia, que es la técnica para matarlos sin violencia fisica, los alienados y el sistema los sitúan como “anormales”. ..Y lo “normal”, es hablar de cualquier cosa, menos del sistema capitalista que controla la economía, la politica, la cultura, la religión y los valores sociales establecidos como “programas” dentro de la cabeza del alienado.
Pero hay un límite para romper la indiferencia: Cuando un grupo o una persona tocan concretamente los intereses del sistema capitalista (tocar quiere decir arruinar o impedir un negocio, destruir una propiedad privada, atentar contra la “democracia” o contra los medios de comunicación), la indiferencia ya no es efectiva, entonces pasan a etiquetarte como “terrorista” o como “eje del mal” y directamente te suprimen, pero ahora físicamente.
Si un grupo llega a rozar los intereses de la elite, ahí comienza el genocidio armado, más o menos localizado. Hay y hubo otros tipos de genocidios. Poblaciones enteras libradas a sus escasas posibilidades, a las hambrunas o epidemias, a los conflictos entre facciones semejantes estimulados por la elite, generando guerrillas de baja intensidad.
Entonces, el sistema tiene dos métodos para suprimir a sus enemigos. La muerte psicológica y la muerte física. La forma mayoritaria y más efectiva del dominio está en los países con elecciones periodicas y sociedad de consumo. El alienado programado, está direccionado para consumir y votar, y es una pieza irreemplazable para ayudar a “matar con la indiferencia” a los enemigos de todo lo que reresenta el capitalismo y la sociedad de consumo. Y es la forma mas efectiva de dominio, porque construye al alienado programado, como un humano incapaz de resistir al sistema, por que él ES el sistema. El sistema le comió el cerebro.
En cambio, en los países del “eje del mal”, el sistema (de la forma en que ellos lo entienden) está fuera de su cabeza, por eso lo identifican como enemigo y están en condiciones de resistir. Pero la resistencia que ellos hacen es “contra occidente”, no tienen claro al capitalismo como un sistema totalizado. Económicamente, no cuestionan las relaciones de explotación. En estos países, el sistema extermina al enemigo militarmente, utilizando la calificación de “terroristas”.
Un dato más. En la décadas del 60-70, cuando en latinoamérica gobernaban los militares, serviles al capitalismo, en EEUU comprendieron que a mayor represión, mayor rebeldía, (el dominador estaba fuera del dominado, lo identificaba como algo externo). Se dieron cuenta de que las dictaduras engendraban la guerrilla revolucionaria, que iba por el cambio del sistema. Y la mejor forma de parar esto fue la alternativa de la “democracia”. O la ilusión de que la mayoría “elige”. Esto es, neutralización del enemigo por medio del engaño, pacíficamente.
Queda clara entonces la forma en que el sistema domina la mente y, a través de ella, los actos de los alienados programados por él. Comprender esto es la clave para romper con el sistema en tu mente. Pero romper no basta, además hay que estar preparado para no caer víctima de esa “indiferencia” ni tampoco de “esperanzas” inútiles. El sistema ya no tiene más enemigos que el sistema mismo y se está autodestruyendo. Estamos siendo testigos de ello en todos los ámbitos, pero para el alienado sólo existe lo que el sistema le ofrece: Ser un autista “feliz” y morir en medio de la “fiesta”.
Ya no hay “esperanza” de un cambio. Lo que no quiere decir que la esperanza no exista. Existe, pero está para otras cosas.
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