
Paleckis absuelto
¡Felicidades Algirdas!
Víktor Trushkov
Pravda
Traducido del ruso por Josafat S. Comín
La redacción de Pravda felicita a nuestro correligionario y colega
El 18 de enero, el juzgado de instrucción nº1 de Vilna dictó finalmente sentencia sobre el caso del Presidente del Frente Popular Socialista de Lituania, Algirdas Paleckis. Al principio se suponía que la sentencia se haría pública en septiembre, pero la comparecencia del juez se fue postergando en numerosas ocasiones. Esto, en opinión de Paleckis, sólo venía a confirmar que la acusación de la Fiscalía no se sostenía. Ciertamente, el tribunal ha dictado una sentencia absolutoria al líder del Frente Socialista de Lituania.
El motivo que dio pie al procedimiento judicial fue una entrevista concedida a una emisora de radio. Al ser preguntado por los sucesos de hace 20 años, el dirigente del partido opositor de izquierdas, respondió que el 13 de enero, junto a la torre de televisión de Vilna: “los nuestros dispararon contra los nuestros”. Uno de los nacionalistas, diputado del parlamento de Lituania, presentó inmediatamente una querella por considerar que esa frase ofendía la memoria de los caídos junto a la sede de la televisión.
En el país báltico oficialmente sólo se permitía un punto de vista: “los fallecidos aquella noche son víctimas de las tropas soviéticas”. Por si fuera poco, el artículo 170 del código penal de Lituania establece persecución judicial “para todo aquel que niegue la represión soviética en los años 1940 y 1991”.
Sin embargo el proceso judicial siguió un guión que no había sido previsto. Dos semanas antes de que se hiciera pública la sentencia, Algirdas Paleckis en una entrevista concedida al periódico “Express semana”, dijo: “Creo que los que se querellaron lamentan ahora haberlo hecho; el juzgado no puede responder a la pregunta de quién disparó con escopetas de caza. Es algo que no se ha querido investigar y hoy la gente empieza a hacerse esas mismas preguntas. Fue precisamente el juzgado el que nos obligó a contraatacar, a buscar nuevos testigos… Quiero dar las gracias a esas doce personas que no han tenido miedo de testificar ante el juez. Gracias a todos los que me han apoyado durante el proceso”.
Ciertamente los organizadores de la persecución judicial a este político tienen ahora algo que lamentar. El proceso no solo ha obligado al mundo a poner en duda la veracidad de la versión oficial lituana sobre los trágicos sucesos de enero del 91, junto a la torre de televisión de Vilna, sino que ha ayudado a aumentar notablemente la popularidad de un político de izquierdas y del partido que dirige.
En esa misma entrevista a “Express semana”, Paleckis relata: recientemente he estado en Kaunas y he visto que los que antes no me querían, ahora todavía me quieren menos. Mientras que aquellos que se mostraban neutrales o me simpatizaban algo, me ven ahora con más respeto. Esa fue la sensación que tuve. Me respetan más ahora, por haber mantenido firme. Los periodistas lituanos después de cada vista me preguntaba: ¿Sigue manteniendo sus declaraciones?
Incluso el fiscal cuando pedía un año de prisión condicional, lo argumentaba aduciendo que seguía sin renunciar a mis afirmaciones. Pensaban que iba a haber arrepentimiento.
Y al ver que esto no ocurría se dio una interesante situación. A pesar de encontrarnos aislados en un cerco informativo por parte de los medios lituanos, la gente ha podido ver que no nos rendimos, y no me refiero sólo en un juicio… Ahora es distinto al tono que oigo: ¿Sigues manteniéndote firme, sigues defendiendo tu verdad? Soy optimista, aunque no sea esté el momento más fácil de mi vida”.
Algirdas Paleckis ha demostrado que es un nieto digno de su abuelo: el primer Presidente del Soviet Supremo de las República Socialista Soviética de Lituania, quien estuviera al frente de esta república báltica en 1940. El proceso judicial sólo ha servido para reforzar a este joven político en sus convicciones, como lo demuestran sus recientes declaraciones. En ellas afirma que en Europa occidental los “estado sociales” aparecieron sólo gracias a la idea socialista, puesta en práctica en la URSS. El miedo que les despertó, obligó a los gobiernos de los países capitalistas desarrollados a “socializar” el capitalismo. Los propios norteamericanos dicen que el proletariado norteamericano debe estar agradecido al proletariado ruso y soviético. Sus condiciones de trabajo mejoraron ante el miedo a una revolución socialista.
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