Lunes, 26.12.2011
Como ya viene demostrando durante muchos años, el borbón vive y percibe una realidad muy distinta a la que vivimos y percibimos sus conciudadanos. En su discurso navideño el borbón se ha referido a la “severa crisis” en la que “llevamos” sumidos varios años.
Evidentemente utiliza una primera persona del plural majestática que para nada le incluye a él ni a los millones de euros que nos cuestan a los españoles mantener los privilegios de la numerosísima prole que acoge en su medieval institución.
Asegura que los problemas económicos no son siempre fáciles de entender, cuando en realidad lo que quería decir a sus “súbditos” es que no cree que deba explicarlos, porque son bien fáciles de entender: vivimos en un mundo en el que para las leyes tienen preferencia las personas jurídicas muy por encima de las personas físicas, las cuáles, por cierto le importamos un pimiento tanto a este señor que trabaja una vez al año como a todo lo que representa.
Aprovecha Juan Carlos para recomendarnos austeridad y cambio de hábitos, ¿por qué no empieza usted mismo a seguir su propio consejo? Habla usted de diálogo, pero dígame ¿qué diálogo es ese en el que solo habla la parte de la élite que oprime a la clase trabajadora?, ¿no querría usted decir monólogo? Insiste usted en mencionar valores humanos como la solidaridad en la misma frase en la que se refiere al desempleo, ¿le parece a usted solidaria la organización empresarial CEOE que solo busca minimizar los costes laborales aún a riesgo de traspasar, y mucho, la frontera más lejana de la insolidaridad?.
Reflexione, Juan Carlos, reflexione. Se refiere usted a la Constitución, y habla de estabilidad y prosperidad. Dígame, después de la manipulación que los mercados consiguieron hacer en ella por la puerta trasera, ¿le sigue pareciendo a usted “nuestra” Constitución?, o tal vez se refiera con “nuestra” a “de los mercados y de los que manejamos el cotarro sin sufrir ningún recorte“.
Le preocupa el desprestigio de algunas instituciones entre los ciudadanos, y afirma que la “justicia es igual para todos“, ¿en serio?, ¿qué justicia?, ¿cómo de igual?, ¿para qué todos? No nos tome por tontos, borbón, no nos tome por tontos. Que nosotros a usted no le tomamos por…, en fin, que no nos tome por tontos. Quiere usted tener en la memoria a las víctimas del terrorismo, no está mal, siempre que incluya a las víctimas del terrorismo de su añorada dictadura franquista de la que usted mamó todo el poder y el patrimonio que ahora atesora.
No quiero dejar pasar la oportunidad de reírme de su concepto de alternancia política a la que se refiere en su discurso. Oigame, la alternancia es cuando entra en el gobierno alguien distinto a quien estaba, no cuando entran otros que defienden los mismos intereses que quienes salen del gobierno. Son los mismos de siempre, no nos tome por tontos. Al leer su discurso, cualquiera advierte que ha sufrido usted una visión. Una visión que no deja lugar a la duda, vive usted en otro mundo, vive muy bien y lo pagamos entre todos. Aplíquese usted el primero sus recomendaciones de austeridad y solidaridad.
Babas en la prensa del sistema
En la prensa del Sistema cada uno tira para su barrio, en La Razón titulan: El Rey llama a hacer sacrificios desde la unidad de España, porque estos radicales siguen en aquello de “Una, grande y libre”. En el ABC dicen: PP y PSOE creen que el Rey ha estado «a la altura» al pedir ejemplaridad, porque estos sí se han dejado engañar. Si el rey hubiera sido ejemplar, había puesto a su yerno en la picota con sus propias manos, en lugar de colocarle en un alto puesto de Telefónica en Washington.
En El Mundo titulan muy parecido al ABC: PP y PSOE destacan que el Rey ha estado ‘a la altura de las circunstancias’. Otros ciegos que no quieren ver. Estar a la altura de las circunstancias es otra cosa.
En El País dicen: PP y PSOE valoran las alusiones del Rey a los problemas de España Y hasta aquí la prensa de la recalcitrante derecha. En Público, ese diario que a veces parece de izquierda, titulan: El rey defiende que “la Justicia es igual para todos”, como remarcando esa mamandurria que ni el propio rey se cree.
Pero como digo, ese diario parece de izquierdas a veces, cuando lo que debe ser en el fondo es monárquico, o incluso peor, monárquico y además del PSOE. En otra noticia apunta: El PSOE ve el discurso del rey “a la altura de las circunstancias”, aunque el título excluye al PP, el PP se encuentra presente en la primera frase del texto y no es otra que la de los titulares de ABC, El Mundo y El País, es decir, la prensa oficial del sistema. Si este diario fuera de verdad de izquierdas debería indignarse con el vacío discurso del rey, pero también, y sobre todo, con las babas que los partidos políticos de este régimen dictatorial echan bipartidista echan por la boca cada vez que desde arriba se lo ordenan.
Como ya viene demostrando durante muchos años, el borbón vive y percibe una realidad muy distinta a la que vivimos y percibimos sus conciudadanos. En su discurso navideño el borbón se ha referido a la “severa crisis” en la que “llevamos” sumidos varios años.
Evidentemente utiliza una primera persona del plural majestática que para nada le incluye a él ni a los millones de euros que nos cuestan a los españoles mantener los privilegios de la numerosísima prole que acoge en su medieval institución.
Asegura que los problemas económicos no son siempre fáciles de entender, cuando en realidad lo que quería decir a sus “súbditos” es que no cree que deba explicarlos, porque son bien fáciles de entender: vivimos en un mundo en el que para las leyes tienen preferencia las personas jurídicas muy por encima de las personas físicas, las cuáles, por cierto le importamos un pimiento tanto a este señor que trabaja una vez al año como a todo lo que representa.
Aprovecha Juan Carlos para recomendarnos austeridad y cambio de hábitos, ¿por qué no empieza usted mismo a seguir su propio consejo? Habla usted de diálogo, pero dígame ¿qué diálogo es ese en el que solo habla la parte de la élite que oprime a la clase trabajadora?, ¿no querría usted decir monólogo? Insiste usted en mencionar valores humanos como la solidaridad en la misma frase en la que se refiere al desempleo, ¿le parece a usted solidaria la organización empresarial CEOE que solo busca minimizar los costes laborales aún a riesgo de traspasar, y mucho, la frontera más lejana de la insolidaridad?.
Reflexione, Juan Carlos, reflexione. Se refiere usted a la Constitución, y habla de estabilidad y prosperidad. Dígame, después de la manipulación que los mercados consiguieron hacer en ella por la puerta trasera, ¿le sigue pareciendo a usted “nuestra” Constitución?, o tal vez se refiera con “nuestra” a “de los mercados y de los que manejamos el cotarro sin sufrir ningún recorte“.
Le preocupa el desprestigio de algunas instituciones entre los ciudadanos, y afirma que la “justicia es igual para todos“, ¿en serio?, ¿qué justicia?, ¿cómo de igual?, ¿para qué todos? No nos tome por tontos, borbón, no nos tome por tontos. Que nosotros a usted no le tomamos por…, en fin, que no nos tome por tontos. Quiere usted tener en la memoria a las víctimas del terrorismo, no está mal, siempre que incluya a las víctimas del terrorismo de su añorada dictadura franquista de la que usted mamó todo el poder y el patrimonio que ahora atesora.
No quiero dejar pasar la oportunidad de reírme de su concepto de alternancia política a la que se refiere en su discurso. Oigame, la alternancia es cuando entra en el gobierno alguien distinto a quien estaba, no cuando entran otros que defienden los mismos intereses que quienes salen del gobierno. Son los mismos de siempre, no nos tome por tontos. Al leer su discurso, cualquiera advierte que ha sufrido usted una visión. Una visión que no deja lugar a la duda, vive usted en otro mundo, vive muy bien y lo pagamos entre todos. Aplíquese usted el primero sus recomendaciones de austeridad y solidaridad.
Babas en la prensa del sistema
En la prensa del Sistema cada uno tira para su barrio, en La Razón titulan: El Rey llama a hacer sacrificios desde la unidad de España, porque estos radicales siguen en aquello de “Una, grande y libre”. En el ABC dicen: PP y PSOE creen que el Rey ha estado «a la altura» al pedir ejemplaridad, porque estos sí se han dejado engañar. Si el rey hubiera sido ejemplar, había puesto a su yerno en la picota con sus propias manos, en lugar de colocarle en un alto puesto de Telefónica en Washington.
En El Mundo titulan muy parecido al ABC: PP y PSOE destacan que el Rey ha estado ‘a la altura de las circunstancias’. Otros ciegos que no quieren ver. Estar a la altura de las circunstancias es otra cosa.
En El País dicen: PP y PSOE valoran las alusiones del Rey a los problemas de España Y hasta aquí la prensa de la recalcitrante derecha. En Público, ese diario que a veces parece de izquierda, titulan: El rey defiende que “la Justicia es igual para todos”, como remarcando esa mamandurria que ni el propio rey se cree.
Pero como digo, ese diario parece de izquierdas a veces, cuando lo que debe ser en el fondo es monárquico, o incluso peor, monárquico y además del PSOE. En otra noticia apunta: El PSOE ve el discurso del rey “a la altura de las circunstancias”, aunque el título excluye al PP, el PP se encuentra presente en la primera frase del texto y no es otra que la de los titulares de ABC, El Mundo y El País, es decir, la prensa oficial del sistema. Si este diario fuera de verdad de izquierdas debería indignarse con el vacío discurso del rey, pero también, y sobre todo, con las babas que los partidos políticos de este régimen dictatorial echan bipartidista echan por la boca cada vez que desde arriba se lo ordenan.
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