HASEL Y SU DETENCIÓN: TODOS SOMOS TERRORISTAS

Imágen que recuerda a otros cercanos tiempos de la España Franquista o en el Nazismo Hitleriano.

Un articulo de Javier Parra | director de LA REPÚBLICA

Un rapero a prisión por cantar mientras siguen en libertad la banda de cuatreros que han llevando al borde del abismo a millones de familias, los malditos bastardos que han condenado al hambre y la muerte a millones de personas y los desgraciados que rubrican con su firma el ataque indiscriminado contra civiles con el armamento más moderno de la tierra.

Bien, parece que después de Hasel cualquiera puede ser asaltado en medio de la calle por la Policía y conducido hasta la Audiencia Nacional para ser juzgado por “apología del terrorismo”. Bueno, cualquiera no. Si te subes a una tribuna y lanzas soflamas contra los “moros”, los gitanos o los “sudacas” no te pasa nada. Si dices que habría que quitarles los hijos a los comunistas tampoco. Si defiendes la invasión de un país y justificas los “daños colaterales” tampoco. Como mucho te pueden dar una columna en algún medio de esos que abogan por la “libertad” y contratarte para alguna tertulia neofranquista, para algún informativo que ponga el “Cara al Sol”, o incluso te pueden meter en alguna lista electoral de los “demócratas de toda la vida”.

Miren ustedes, acabo de mirar, por curiosidad, la definición del término “terrorismo” según el diccionario de la Academia de la Lengua y dice lo siguiente:

Terrorismo

1. m. Dominación por el terror.

2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.

3. m. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.

La verdad, si miro a mi alrededor solo veo personas aterrorizadas y no precisamente por las canciones de un rapero, sino por la actuación de esa banda de cuatreros que ha hecho que cada día millones de personas tengan miedo de perder el empleo, de perder el subsidio, de perder su casa, de perder su dignidad. Miedo de decir una palabra más alta que otra para no ser señalados.

Miedo de vivir.

Dudo que ninguna persona de este país – que navega entre lo patéticamente casposo y lo tímidamente revolucionario – sienta una pizca de miedo por las letras de Hasel. Ni siquiera los Borbones, por supuesto. Tampoco Zapatero. Nadie. Nadie va a coger una pistola para hacer lo que digan las letras de un rapero cabreado, pero quizá más de uno salga a cazar inmigrantes tras los discursos “legales” y “democráticos” de algunos individuos que están presentes incluso en las instituciones del Estado.

Y en cuanto a la última acepción del término “terrorismo”, cada día veo en los periódicos de manera indiscriminada declaraciones y noticias que únicamente pretenden crear alarma social con fines políticos, a veces procedentes de grupos organizados y criminales.

Bueno, juzguen ustedes mismos, pero no piensen demasiado ni digan muy alto lo que piensan. Podrían ser "Terroristas"