Domingo, 14 de Agosto de 2011
Cientos de miles de personas padecen el peor de los terrorismos: la miseria. Curiosamente no hay culpables ni responsables en prisión.
Los hogares en la peor situación y sin ningún tipo de ingreso ascienden ya a 265.000. Más de 1,1 millones ha perdido su principal puesto de trabajo y salario, y suman 1.800.000.
Todos los análisis macroeconómicos revelan que el levísimo crecimiento de España –del 0,7% en la tasa interanual, según el último cálculo del Banco de España– se debe a la atonía del consumo interno. La razón fundamental de este problema está en la elevada cifra del paro, que afecta a 4,9 millones de personas y, como consecuencia de ello, a las familias españolas. Éstas no son las únicas que afrontan la crudeza de la crisis, como han puesto de manifiesto las revueltas con trasfondo social que han sacudido Europa.
Éstos son los datos de la dramática realidad: “Desde el comienzo de la crisis [en el cuarto trimestre de 2007] los hogares que no perciben ningún tipo de ingreso, indicador indirecto de la pobreza más extrema, han aumentado un 120%, hasta 265.000”. Incluso, sólo en 2010, el número de familias en esta situación aumentó en 115.000. Es decir, un 7% respecto al año anterior. Así se recoge en el informe interno del Consejo Económico y Social (CES) Pobreza, desigualdad y crisis económica.
El informe describe varios indicadores que explican la situación de pobreza. Por ejemplo, que, desde 2009 hasta ahora, la población con rentas inferiores a 7.980 euros anuales ha aumentado desde el 19,5% al 20,8% del total. “Se trata del incremento más importante desde que se registran datos relativos a la situación de pobreza [2004].
Evolución
En este contexto, el estudio también considera la evolución de las familias que pueden permitirse cosas como tener una semana de vacaciones al año; un nivel determinado de alimentación; mantener la vivienda con una temperatura adecuada o capacidad para poder pagar los gastos habituales de la casa. En definitiva, lo que el estudio denomina hogares vulnerables “ha aumentado en casi 9 puntos porcentuales desde 2008 y supone ya un 36,7% del total”.
No obstante, el CES llama la atención de que, como consecuencia de la gravedad de la crisis y de su duración, “la escasez de recursos para tener acceso a diversos bienes también está afectando a la población que todavía no está en situación de pobreza”.
En todo caso, una de las razones fundamentales del deterioro de las condiciones de las familias, “acrecentando el riesgo de pobreza en las mismas, es la distribución intrafamiliar del desempleo que ha recaído de manera muy acusada en los sustentadores principales de los hogares”. Es decir que se ha quedado en el paro la persona que tenía el principal empleo de la familia; el que más ingresos aportaba.
El informe del CES refleja que el impacto de este hecho en la situación de las familias podría ser mayor si no hubiera sido porque, en las últimas décadas, “ha habido un importante incremento de la participación laboral de las mujeres”. Es un hecho, además, que este fenómeno ha aumentado considerablemente durante la crisis. Precisamente, porque muchos hogares han llegado a perder todo el empleo que tenían entre sus diferentes miembros. Según la última EPA, 1.386.000 hogares están en esta situación.
Ayudas sociales
Otra circunstancia a tener en cuenta que ha ayudado a paliar en lo posible la situación de pobreza en muchos hogares son las ayudas sociales de las distintas administraciones, la protección por desempleo, el mantenimiento de la subida de las pensiones mínimas y el incremento, “aunque efímero”, del gasto en políticas de ayuda por hijo a cargo.
Con todo, el CES recalca que “la eficacia de las transferencias sociales en España para reducir el riesgo de pobreza es bastante menor que el promedio europeo. En 2009 lograron frenar la pobreza en un 20%, frente al 35% de la UE”.
Además, es necesario considerar el impacto de la crisis en estas políticas sociales. “Ahora bien, habrá que ver cómo evoluciona este indicador [de pobreza] ante el agotamiento del derecho al desempleo de muchos perceptores, la supresión de las ayudas creadas y, sobre todo, la situación económica de las comunidades autónomas y las corporaciones locales, en las que recae buena parte del peso de las políticas sociales”, señala el informe.
Otro hecho destacable es que “el aumento de la pobreza se produce en paralelo a un incremento de la desigualdad bastante pronunciado desde 2008”. En los dos últimos años “la renta de la población con mayores ingresos en España fue 6 veces superior a la de la población con ingresos más bajos”. Según el CES, está ocurriendo lo contrario de lo que está pasando en la UE, donde la desigualdad “se mantiene o incluso está descendiendo”.
La depresión
Umbrales de pobreza
En los dos últimos años, la población en los umbrales de la pobreza, con rentas inferiores a 7.980 euros anuales, ha pasado de representar el 19,5% al 20,8 de la población.
Hogares vulnerables
Las familias al borde de la pobreza, o en estado de necesidad, han aumentado en casi 9 puntos porcentuales hasta suponer el 36,7% del total.
Familias sin trabajo
La última Encuesta de Población Activa alerta de que 1.386.000 familias tienen en el paro a todos sus miembros en edad y condiciones de trabajar.
Apoyo social
La eficacia de las transferencias sociales en España para reducir la pobreza está por debajo de la de la UE. Según el CES, en 2009 las ayudas lograron frenar la pobreza en un 20% frente al 35% de la Unión Europea.
En la mitad de la UE
España ocupa el undécimo puesto de los 27 Estados de la Unión Europea en cuanto a riesgo de pobreza y exclusión. De los países más ricos –la antigua UE de 15 estados- sólo supera a Italia, Grecia, Irlanda y Portugal
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