Tang Min es subdirector ejecutivo del Consejo del Fondo Youcheng.
Por Tang Min
La economía mundial podría volver a tocar fondo. Sin embargo, el principal problema que encara China no es la lenta velocidad de su desarrollo sino el acelerado ritmo de su crecimiento.
Recientemente, hay muchos comentarios sobre cómo menguar la velocidad del desarrollo económico chino. Se han presentado varias propuestas en ese sentido, tales como hacer un “aterrizaje forzoso”, reducir la inflación o volver a una velocidad favorable para el crecimiento sostenible. El autor de este artículo apoya esta última propuesta.
En contraste con el 11,1 por ciento de crecimiento registrado en el primer semestre de 2010, el de idéntico periodo del presente año ha sido de 9,6 por ciento. El rítmo se ha hecho realmente más lento. Sin embargo, el aumento del año pasado se debió al plan de estímulo con una inversión de unos 4 billones de yuanes y a la política monetaria apropiadamente laxa, medidas que no se pueden aplicar por un largo periodo de tiempo.
Realmente, el índice de incremento es igual al promedio registrado en los últimos 30 años de apertura y reforma. Es decir, se trata de una velocidad que no califica de baja, pero tampoco de posible “aterrizaje forzoso”.
Entonces, ¿qué velocidad procura China para su desarrollo? Durante los más de 30 años de reforma y apertura, se han operado titánicos cambios en el mecanismo de crecimiento y la estructura empresarial del país. La falta de mano de obra constituye el problema más peliagudo, ya que en algunas empresas en las zonas costeras del país se carece de una cuarta e incluso tercera parte de la plantilla necesaria. Los resultados de investigaciones también han revelado el mismo problema en las zonas central y occidental del país. Antaño, China procuraba mantener un rápido desarrollo económico, con el fin de crear más empleos. A pesar de que la economía china se ha desarrollado en la primera mitad del año a una velocidad de 1,5 puntos porcentuales menos que en el mismo periodo de 2010, la falta de mano de obra no se ha aliviado, pero se ha cumplido en un 73 por ciento el plan de empleo anual. Esto quiere decir que China no tiene razón para buscar una velocidad más rápida de crecimiento.
Desde luego, el problema de empleo de los graduados universitarios de China no ha sido resuelto completamente. Hay que acelerar los ajustes estructurales económicos para resolver este problema en vez de elevar la velocidad de crecimiento. Hay que promover el desarrollo de las empresas de alta tecnología y de servidios sociales y acortar el ritmo de desarrollo del sector industrial con bajo rendimiento agregado. Con el desarrollo a velocidad relativamente lenta, se puede ganar espacio para los ajustes estructurales y emplear a más graduados universitarios.
La economía mundial se encuentran en una etapa compleja. El problema de la deuda soberana de los países desarrollados va de mal en peor. No se puede excluir completamente la posibilidad de que la economía mundial vuelva a tocar fondo en la segunda mitad de 2011 o el próximo año. Los diversos niveles de gobierno de China deben estar dispuestos a desarrollar su economía de manera flexible y es necesario dejar un margen para resolver los asuntos de crecimiento, inversiones, financieros y monetarios. El principal problema para China es no procurar un rítmo de crecimiento excesivamente rápido. Hay que reducir el rítmo de crecimiento para aliviar la actual inflación monetaria y la presión de la demanda general. La industria inmobiliaria está en proceso de ajustes para enfriar el recalentado sector. Todo esto ayuda a desacelerar el rítmo del desarrollo.
Los problemas surgidos en el terreno macroeconómico del país durante los últimos 30 años se deben en su mayoría al excesivo ritmo de crecimiento. En este sentido, es conveniente rebajar la velocidad a 8 ó 9 por ciento para el segundo semestre de 2011 y el primer semestre de 2012. (Pueblo en Línea)
10/08/2011
Tang Min es subdirector ejecutivo del Consejo
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