XXXI Marcha a Rota

viernes, 6 de mayo de 2011

FUERTE ASCENSO DEL SINDICALISMO CORPORATIVO DE DERECHAS

y desplome del sindicalismo oficial de UGT y CCOO
UGT pierde alrededor de 800 votos, mientras CCOO pierde alrededor de 500, con respecto a las elecciones de 2007

A falta de las votaciones en las provincias de Jaén y Sevilla, los resultados en las elecciones a Junta de Personal de la Administración general de la Junta de Andalucía no dejan lugar a dudas: el Sindicato Andaluz de Funcionarios de la Junta de Andalucía (SAFJA) de claro carácter corporativista y derechista se ha convertido en el sindicato más votado con 3580 votos, consiguiendo un aumento espectacular desde las pasadas elecciones de 2007 en las que obtuvo 1083 votos. A SAFJA le sigue otro sindicato corporativista de derechas CSI-CSIF que aumenta sus votos aunque no de la forma tan abrumadora a como lo ha hecho el SAFJA.

Por el contrario UGT y CCOO sufren un fortísimo descenso. UGT pierde alrededor de 800 votos, mientras CCOO pierde alrededor de 500, con respecto a las elecciones de 2007.

Afortunadamente, a falta de la participación de sindicatos como CGT o especialmente el sindicalismo andaluz de clase del SAT, la Unión Sindical de Trabajadores de la Enseñanza de Andalucía (USTEA) consigue un moderado ascenso aumentando en más de 200 votos con respecto al 2007, situándose en el tercer sindicato en representantes a Juntas de Personal de la Administración General de la Junta de Andalucía. A pesar de que este sindicato ha planteado una digna y consecuente batalla a la reordenación del sector público andaluz, no ha conseguido traducir su lucha en un respaldo electoral más amplio.

La participación se ha situado en esta ocasión en el 69,44%, frente al 55,98% del año 2007. Este aumento en la participación tan significativo se debe al clima de indignación y desconfianza que reina entre las empleadas y empleados públicos con respecto a la Administración para la que trabajan. Hay que insistir que las provincias de Jaén y Sevilla aún no han votado, pero todo parece indicar que las votaciones en esas provincias van a confirmar tanto los datos de participación como los resultados electorales de los diferentes sindicatos.

Las Juntas de Personal son los órganos de representación del personal funcionario con similares características a las de los Comités de Empresas para el personal laboral regido por el Estatuto de los Trabajadores y los convenios colectivos de aplicación. Decimos similares y no iguales porque una de las viejas reivindicaciones del sindicalismo andaluz de clase y combativo siempre ha sido el que las Juntas de Personal adquieran, como mínimo, el grado de decisión que tienen los Comités de Empresa, en la actualidad, las Juntas de Personal no pasan de ser meros órganos de consulta sin casi oportunidades reales de influir en la situación y condiciones en las que el personal funcionario presta sus servicios, teniendo, en lo que se refiere a la Junta de Andalucía, más peso, siempre relativo, la Mesa Sectorial de Negociación.

Entre los motivos que han podido provocar estos resultados se encuentran, indiscutiblemente, el apoyo de los sindicatos CCOO y UGT a la reordenación del sector público andaluz y las presuntas implicaciones del sindicalismo oficial en el escándalo de los EREs irregulares, al haberse detectado “infiltrados” de UGT y CCOO en los mismos. En el caso de la reordenación del sector público, se dió el caso tan descarado de que a la semana de que el sindicalismo oficial diera su apoyo al Decreto, éstos recibieran una semana después 4,5 millones de euros cado uno, es decir, 9 millones de euros en total. Todo esto ha sido aprovechado por el sindicalismo corporativo de derechas para atacar al sindicalismo de clase al que suelen confundir deliberadamente con el sindicalismo oficialista de CCOO y UGT, en el seno de las empleadas y empleados públicos, un sector de la clase obrera donde las tendencias al elitismo excluyente desclasado abundan y están a la orden del día.

También han sido muchos los rumores propagados desde diversos ámbitos sobre la falta de liquidez de la Junta de Andalucía, en concreto, sobre su incapacidad para pagar los sueldos de todo el personal a su servicio. Rumores que han calado en amplios sectores del personal al servicio de la Junta de Andalucía.

Detrás del sindicalismo corporativista de derechas se esconde un concepto de Administración Pública defendido por los sectores más ultras y reaccionarios de la oligarquía españolista y políticamente por el Partido Popular que pasa por un adelgazamiento de las Administraciones y de los servicios públicos, en vistas a una privatización masiva. Las Administraciones y los servicios públicos no privatizados contarían con un personal funcionario lo más escaso posible, privilegiado y blindado en convivencia con una mayoría de empleo público precarizado y en peores condiciones. Todo ello redundaría en un claro empeoramiento del servicio a la ciudadanía en todos los sentidos, sin olvidar que las privatizaciones tendrían como consecuencia el pago de los servicios y el aumento de tasas.

No podemos olvidar que las diversas fracciones de la gran oligarquía española, tanto la cercana al PSOE como al PP, coinciden en la necesidad de desmantelar el Estado autonómico, pueden diferir en matices o ritmos, pero nada más. Acabar con el Estado autonómico español supone reducir o incluso acabar con el gasto social, la obsesión declarada del conjunto de toda la gran oligarquía española. Todo ello nos muestra el engaño de ese Estado autonómico, y concretamente de la Comunidad Autónoma de Andalucía como consecuencia lógica de la Constitución española de 1978. Al pueblo andaluz y a la clase obrera andaluza se la engañó con una falsa autonomía que ha sido un fracaso político, económico, social y cultural, donde ha anidado la corrupción, el enchufismo, el derroche y la malversación, al lado de los grandes males endémicos de Andalucía. Hoy como ayer la única manera de tener unas instituciones andaluzas al servicio del pueblo y de la clase obrera andaluza es ejerciendo nuestro derecho a la autodeterminación y a la soberanía nacional. Unas instituciones nacionales libres y soberanas al servicio del pueblo y la clase obrera andaluza es la única garantía para tener unas Administraciones Públicas verdaderamente democráticas, populares, cercanas, no burocráticas al servicio del conjunto del pueblo trabajador andaluz.

El ascenso del sindicalismo corporativista de derechas y la supervivencia del sindicalismo vendido y oficial de CCOO y UGT en la Administración General de la Junta de Andalucía solo puede beneficiar a los intereses del conjunto de la gran oligarquía española en Andalucía. El sindicalismo andaluz de clase del SAT es más necesario que nunca en la Junta de Andalucía y en todas las Administraciones Públicas en Andalucía.

OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA

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