lunes, 7 de marzo de 2011
RECORDEMOS ALGO DE HISTORIA: HOY SE CUMPLE EL 140 ANIVERSARIO DE LA COMUNA DE PARIS.
“Por primera vez en la historia, las calle de Paris son seguras, porque los banqueros, los recaudadores, los empresarios, los ministros, y los curas han emigrado. La ciudad es ahora habitable”
Bertold Brecht, “Los días de la Comuna”.
Este año se cumple el 140 aniversario del establecimiento de la Comuna de Paris, proclamada por el proletariado francés en marzo de 1871.
Este acontecimiento, que si bien recibe ciertas atenciones, no es colocado en el lugar que merece realmente en la historia de la humanidad y en la historia de los movimientos obreros a nivel internacional.
La burguesía de todo el mundo, teme difundir en profundidad los acontecimientos de aquellas semanas de 1871 y por todas partes se lo considera como un mero hecho puntual, coyuntural y anecdótico que apenas si merece mención en los libros de textos.
Sin embargo, para las y los revolucionarios de todo el mundo, la Comuna de Paris tiene otro significado. La Comuna, fue la primera ocasión en toda la historia de la humanidad, en la que el pueblo obrero y trabajador tomaba las riendas del poder y trataba de implantar un gobierno inspirado en los principios socialistas y revolucionarios.
Sin embargo, este gobierno, todavía inexperto no se lanzo a la toma del poder político de la Republica Francesa, que hubiera adelantado en casi 50 años el establecimiento del primer estado obrero en la historia de la humanidad, honor que recaería en los bolcheviques rusos de 1917.
La génesis de la revolución de Paris se encuentra a nivel externo en las llamadas guerras franco-prusianas, enmarcadas en los deseos imperialistas de la naciente burguesía alemana de Guillermo I y el terrateniente Otto von Bismarck, iniciada en los años 60 del siglo XIX y que tenia por objetivo, no solo unificar a los antiguos estados alemanes en una sola nación, si no en expandirse por media Europa y colocar al Imperio Alemán a la cabeza del continente. En ese contexto la guerra se extiende al Imperio Frances en 1870. En mitad de esa guerra, el emperador Frances Napoleon III cae prisionero de los alemanes y se produce un vacío de poder en Paris.
El 1 de septiembre de 1870, mientras el emperador francés Napoleón III se rindió a los prusianos en la batalla de Sedan, los republicanos de París se alzaron y proclamaron la III República tres días después, de carácter moderado y bajo la influencia de la burguesía encarnada en Adolphe Thiers. Entre tanto, las fuerzas imperialistas prusianas proclamaron el II Imperio Alemán en Versalles, en enero de 1871.
A nivel interno, las causas de la revolución obrera francesa de 1871 se tienen que buscar en la lógica de la lucha de clases imperante en todo el mundo a finales del siglo XIX. El pueblo obrero de Paris, harto y cansado de la miseria, del hambre, de la explotación y de la opresión de banqueros, industriales, burgueses y curas, estallaba ahora de indignación al ver como sus hijos morían a decenas en el frente prusiano luchando por una burguesía imperialista y por un soberano que no le suponía mas que sufrimiento y explotación. La sociedad de clases, establecida a sangre y fuego al calor de las revoluciones industriales de la era moderna y contemporánea, se había establecido con especial dureza en aquellos países que, como Francia, habían desarrollado una fuete industrialización y sentaban las bases para la hegemonía de una clase burguesa fuerte y de un sistema capitalista especialmente voraz que se manifestaba con saña en la opresión interna de su clase obrera y en la opresión externa en el imperialismo africano y asiático, esclavizando y sometiendo a miles de personas en todo el mundo.
En ese contexto de luchas y ante el vacío de poder en Paris por la captura del emperador en el frente y por la huida del recién establecido gobierno provisional burgués de la III Republica de la mano de Thiers en Versalles, para poder negociar con los alemanes, se produce la toma del poder político de la capital francesa, Paris.
Los parisinos organizaron un levantamiento contra el gobierno provisional burgués el 17 y 18 de marzo de 1871 y establecieron un gobierno del proletariado en París denominado Comité Central de la Guardia Nacional, nombrada así en honor a estas milicias populares formadas por los hijos de la clase obrera y de amplia conciencia de clase y revolucionaria, que fueron quienes se alzaron en armas contra la burguesía, y fijaron la elección de un consejo municipal para el día 26 de marzo.
Así el 28 de marzo de 1871, se proclamó la Comuna de París, enarbolando la bandera roja en reemplazo de la tricolor, formada por 92 miembros, conocidos como los communards, presidida por el socialista Louis Auguste Blanqui.
Entre las medidas adoptadas por la Comuna estuvieron;
Disolver al Ejército regular (resquicio del orden aristocrático), sustituyéndolo por la Guardia Nacional democrática, es decir por todo el pueblo en armas.
Creación de un sistema sanitario, que garantizara la salud del pueblo y de las tropas de la Guardia Nacional en lucha.
Los pequeños industriales fueron respetados aunque en un nuevo marco de relaciones laborales, en la que el trabajador tenía sus derechos.
Los alquileres empezaron a estar controlados por la municipalidad, fijándose un tope máximo y supresión de intereses por deudas.
La educación pasó a ser laica, gratuita y obligatoria. Los programas de estudios pasaban a ser realizados por los propios profesores, los cuales garantizaban el carácter científico de las disciplinas.
Se crearon guarderías para cuidar a los hijos de las trabajadoras
Se creó una Formación Profesional en donde los obreros daban gratis las prácticas a los alumnos.
Creación de la Asociación Republicana de Escuelas con el propósito de crear en las universidades un estímulo basado en el conocimiento científico.
En el mundo del arte y cultural aparecen gran cantidad de asociaciones para la promoción del teatro y las bibliotecas.
La abolición de la guillotina, método represivo controlado por la burguesía.
La abolición del trabajo obrero nocturno.
Otorgamiento de pensiones a viudas de héroes de guerra.
Se permitió a los obreros formar cooperativas, tomando fábricas abandonadas.
Libertad de prensa, de reunión y asociación.
La vida religiosa fue separada de la vida civil. El estado tomó posesión de los bienes de la iglesia, y estas sólo pudieron seguir con sus actividades si ofrecían sus instalaciones para realizar en ellas reuniones políticas.
Sin embargo y a pesar de la enorme labor política de la Comuna (liderada por el “Consejo de la Comuna”), dos elementos, fruto de la falta de experiencia política de los comuneros revolucionarios fueron claves para que la burguesía, rearmada en Versalles iniciara la contraofensiva contra los revolucionarios; la falta de decisión militar contra Versalles, de forma que en vez de marchar sobre los resquicios del gobierno burgués en Versalles, aniquilar la contrarrevolución y tomar el poder en toda la nación, y ante el temor de desatar una guerra civil se ignoro al gobierno burgués de Thiers que, durante todo este tiempo se rearmo militarmente con la ayuda de la burguesía alemana de Versalles, tan interesada como la francesa en el aniquilamiento del gobierno revolucionario de la clase obrera de Paris.
Por otro lado, el Banco de Francia, lejos de ser controlado y gestionado directamente por la clase obrera se respeto, por lo que este, dirigido por la burguesa, desvío en secretos millones de francos al gobierno burgués de Thiers para rearmarse y lanzarse contra el gobierno comunero.
Ante el temor del propio Bismark a que el fenómeno de la Comuna se contagiara al resto de Europa (especialmente en Alemania, con un fuerte movimiento obrero), le devuelve al gobierno burgués de Thiers todas las tropas que todavía mantenía retenidas, para la eliminación de los comuneros.
Así el 21 de mayo de 1871 un ejército burgués de 180.000 hombres se lanza a la conquista de París calle por calle. La defensa se organizó en barricadas, defendida por la guardia nacional y por el pueblo obrero en armas, en las que luchaban tanto hombres como mujeres. La lucha fue desigual ante el poderío militar del ejército burgués, con el apoyo militar de sus aliados de la burguesía alemana a la que la unían comunes intereses de clase, sin embargo los comuneros lucharon hasta muerte.
La batalla duró una semana, hasta el 28 de mayo, cuando cae la última barricada defendida por un solo comunero por la muerte de sus compañeros. El 28 de mayo de 1871, el gobierno burgués de Thiers anunció oficialmente la liberación de París, luego de una sangrienta ofensiva, que terminó con la vida de muchos compatriotas.
Se estima que unos 30.000 obreros y simpatizantes de la Comuna fueron fusilados (entre otros lados en el famoso “Muro de los Comuneros” en pleno centro de Paris y lugar de conmemoración de los revolucionarios franceses hasta el día de hoy), a los que habría que sumar unas 40.000 personas enviadas a las colonias, con trabajos forzosos, en donde gran parte murió de enfermedades y por malos tratos. La burguesía se vengaba de la osadía del pueblo obrero ante su deseo de ser libre y ahogaba en sangre (como han hecho históricamente las clases dominantes en todo el mundo y a lo largo de la historia, desde la época de Espartaco hasta nuestros días) el deseo del pueblo obrero francés de ser libre.
Hay lecciones que debemos sacar de esta experiencia histórica; por un lado, la determinación del pueblo obrero de tomar el poder, de librarse de la opresión y la explotación y de instaurar un gobierno obrero, que demuestran el grado de evolución del movimiento obrero frente a las tendencias utopistas que resultaban hegemónicas en el movimiento obrero francés hasta ese momento. La lucha obrera y el espíritu internacionalista impregnaron cada segundo de vida de la Comuna de Paris. De hecho, de las entrañas mismas de esta experiencia histórica nacieron para la humanidad los dos grandes símbolos del movimiento obrero mundial; la bandera roja, enseña oficial de los comuneros franceses y el himno por excelencia del movimiento obrero “La Internacional”, nacido al calor de la I A.I.T. establecida por Marx y Engels unos años antes, que fue escrito por el poeta y revolucionario francés Eugène Pottier durante los dias de la Comuna.
Por otro lado, sin embargo, también se deben resaltar los errores cometidos por los comuneros.
Marx, Engels, y Lenin, aunque siempre admiraron la valentía de los comuneros, pensaban que no se daban todavía las condiciones históricas y económicas para desarrollar una revolución socialista. También criticaron la debilidad organizativa, debido muchas veces a la diversidad ideológica, que hizo que en los momentos decisivos no se tomaran las decisiones más rápida y correctamente, entre ellas las ya mencionadas de no tomar militarmente los restos del gobierno burgués de Versalles o aplastar a los contrarrevolucionarios en Paris el mismo día en que se establece la Comuna o el no controlar directamente el Banco de Francia, que en secreto subvenciono la contrarrevolución burguesa.
A pesar de ello, el indudable ejemplo histórico de los comuneros franceses sirvió como base de actuación para todos los revolucionarios de todo el mundo que, en las décadas posteriores, tomarían todas las enseñanzas de los hermanos proletarios franceses para iniciar sus respectivas revoluciones. No es ningún secreto que, sin duda alguna, Lenin y los revolucionarios rusos tuvieron bien presentes las lecciones de la Comuna de Paris, sus aciertos y sus errores para poner las bases de la revolución bolchevique de 1917 y el establecimiento del primer estado obrero de la historia, la URSS.
Sin duda alguna, los revolucionarios de todo el mundo debemos estar, hoy, 140 años después, eternamente agradecidos a nuestras hermanas y hermanos de Paris que en su día dieron su vida y su sangre por la causa de la emancipación de la clase obrera internacional y cuyo ejemplo todavía hoy, bajo la opresión de la burguesía y el capitalismo, debe guiarnos firmemente en el mismo propósito que nuestros camaradas franceses de 1871; la toma del poder político por la clase obrera y el establecimiento de un gobierno revolucionario para la emancipación de la clase obrera internacional.
VIVA LA CLASE OBRERA FRANCESA.
VIVA LA COMUNA DE PARIS.
VIVA LA REVOLUCIÓN INTERNACIONAL.
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