XXXI Marcha a Rota

miércoles, 16 de marzo de 2011

EL TRIBUNAL DE ESTRASBURGO CONDENA AL SISTEMA JUDICIAL ESPAÑOL


"EL REY ES EL JEFE DE LOS TORTURADORES", HABÍA DECLARADO

EL POLÍTICO VASCO

El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo estima que la Monarquía no debe estar blindada contra las críticas


El pasado martes, 15 de marzo, el Tribunal de Estrasburgo ponía en evidencia al sistema judicial español, al dictaminar que España violó la libertad de expresión del dirigente independentista Arnaldo Otegi condenándolo injustamente por un delito de "injurias al Rey". El Tribunal Europeo condena ahora al Estado español a pagar a Otegi, a quien se le impuso una pena de un año de cárcel e inhabilitación para ejercer cargo público, 20.000 euros por daños morales y los 3.000 que cuestan las costas del procedimiento.

Los hechos juzgados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se remontan al año 2006. El 26 de febrero, Otegi manifestó su rechazo a la visita de Juan Carlos de Borbón al País Vasco. "¿Cómo es posible que [líderes políticos vascos] se fotografíen hoy en Bilbo con el rey de España - afirmó - cuando el rey de España es el jefe supremo del Ejército español, es decir, el responsable de los torturadores y el que protege la tortura e impone su régimen monárquico a nuestro pueblo por medio de la tortura y la violencia?". Ese día, Juan Carlos de Borbón inauguró una central eléctrica en Bizkaia en compañía del entonces lehendakari del PNV Juan José Ibarretxe.

El viaje del monarca al País Vasco coincidía con la detención de los responsables del diario Egunkaria y el cierre de esta publicación, decretados por el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo por una presunta vinculación con ETA. La propia Audiencia Nacional acabaría dictaminando en 2010 que el cierre del periódico la detención de sus responsables fue ilegal, ya que no guardaban ninguna relación con la organización armada vasca.

Antes, el director del periódico euskaldún Martxelo Otamendi y otros trabajadores del mismo habían denunciado públicamente que fueron torturados durante su detención. La denuncia fue ignorada por los tribunales españoles. Otegi, en cambio, fue condenado por el Tribunal Supremo español. El Tribunal Constitucional ratificó esta decisión, sin admitir siquiera a trámite el recurso presentado por la representación legal del líder abertzale, por lo que éste decidió acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Ahora, Estrasburgo dictamina que los dos principales tribunales españoles violaron el derecho a la libertad de expresión de Otegi, que hizo “un juicio de valor y no una aseveración con pruebas en calidad de parlamentario y, por lo tanto, en nombre de sus electores”. Con esta sentencia, es la segunda vez en menos de un mes que el Tribunal Europeo condena al Estado español por un asunto relacionado con las torturas. El 8 de marzo emitía una sentencia condenatoria por no investigar la denuncia de maltratos efectuada por el detenido Aritz Beristain. El pasado septiembre hacía lo mismo por la negativa a investigar el caso del preso Mikel San Argimiro.

SIN LIBERTAD PARA CRITICAR AL MONARCA

La sentencia que absuelve a Otegi cuestiona al tiempo la sobreprotección judicial de la Monarquía en el Estado español. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos establece en esta sentencia que los tribunales españoles no demostraron por qué la condena a Otegi "era necesaria en una sociedad democrática", como exige la Convención Europea de Derechos Humanos, de la que España es firmante. "Ni la jurisdicción interna ni el Gobierno han justificado la condena hablando de incitación a la violencia o discurso del odio", reprocha el tribunal, para quien este punto resulta "fundamental".

Los siete jueces del Tribunal Europeo, entre los que se encuentra el español Luis López Guerra, fallaron por unanimidad que España violó el artículo 10 de la Convención, que reconoce el derecho a la expresión, a través de una condena que "atenta contra la libertad de opinión en sí misma".

Tras esta violación de la libertad de expresión subyace una concepción de la Corona como una institución intocable, según razona el Tribunal de Estrasburgo. "El hecho de que el rey ocupe una posición de neutralidad en el debate político, una posición de árbitro y de símbolo de unidad del Estado no lo pone al abrigo de toda crítica en el ejercicio de sus funciones oficiales o, como en este caso, en tanto que representante del Estado", advierte su sentencia. "Sobre todo por parte de quienes contestan legítimamente las estructuras constitucionales del Estado, incluyendo al régimen monárquico", añade.

Además, los magistrados pidieron a las autoridades españolas que "distingan entre declaraciones factuales y juicios de valor" a la hora de pedir al acusado que demostrase las implicaciones del monarca en las presuntas torturas. "Si la materialidad de los hechos se puede probar, los segundos no pretenden demostración de exactitud", razonan. Exigirla es, para ellos, una trampa jurídica para condenar a Otegi, ya que es evidente que el líder abertzale no acusaba al rey de ser responsable directo de las torturas, sino el jefe de las Fuerzas Armadas, como recoge la Constitución española.

Por ese motivo, la argumentación de la sentencia desautoriza totalmente "los términos empleados" por los tribunales españoles, que calificaron las declaraciones como "ignominiosas, vejatorias e infamantes, porque atribuyen al jefe de Estado una de las manifestaciones delictivas más graves en un Estado de Derecho".

El tribunal europeo estima que la defensa de la libertad de expresión está por encima de la corrección política. "Si esta es un bien preciado para todos, lo es particularmente para un elegido por el pueblo, - Otegi - que representa a sus electores, señala sus preocupaciones y defiende sus intereses", señala la sentencia.


OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA

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