XXXI Marcha a Rota

lunes, 24 de enero de 2011

TÚNEZ: GASES LACRIMÓGENOS CONTRA MANIFESTANTES

Túnez se encuentra ante una encrucijada política e histórica. Está por decidir aún en estos momentos si el derrocamiento del criminal Ben Ali iniciado con las grandes protestas del pueblo a raiz de la quema a lo bonzo un joven tunecino servirá para acabar con ese sistema de explotación y opresión o los poderes económicos consiguen, haciendo pequeños retoques de fachada, mantener las estructuras de dominación existentes contra el pueblo. Para la primera opción sería esencial la aparición de un SUJETO POLÍTICO que pudiese orientar y guiar al pueblo para derrotar lo existentes e iniciar una nueva sociedad basada en el humanismo y la justicia social. ¿Existe dicho SUJETO?

PROTESTAS SE AGUDIZAN:

Manifestantes acamparon junto a la oficina del Primer Ministro......

La policía tunecina lanzó gases lacrimógenos el lunes para intentar dispersar a los manifestantes que acamparon durante toda la noche junto a la oficina del primer ministro, dentro de una campaña para forzar la dimisión del Gobierno de aquellos vinculados con el derrocado presidente Zine al-Abidine Ben Ali.

Testigos dijeron que los manifestantes, en su mayoría procedentes de áreas rurales marginales que llegaron el domingo a la capital, entraron en el recinto de las oficinas del primer ministro y rompieron varias ventanas del Ministerio de Finanzas.

Durante días, los manifestantes se han concentrado ante la oficina del primer ministro, en pequeños números que han sido tolerados por la policía, preocupada por su propio futuro tras la caída de Ben Ali. Los manifestantes disfrutan de un apoyo más amplio entre la población poco acostumbrada a la libertad de expresión política.

Desde que Ben Ali huyó a Arabia Saudí este mes, la policía sólo había usado una vez gases lacrimógenos contra los manifestantes, que se habían concentrado en el céntrico bulevar Habib Burguiba.

El primer ministro, Mohamed Ganuchi, y otros ex fieles al temido partido gobernante están cada vez bajo una mayor presión para dimitir desde que asumieron las riendas de una coalición interina encargada de preparar la democratización y la convocatoria de nuevas elecciones.

El domingo, en medio de la calma del fin de semana, cientos de personas que fueron en vehículos hacia la capital en la denominada "caravana de la libertad" rodearon el edificio de Ganuchi en el centro de Túnez.

Muchos procedían de Sidi Buzid, una desapacible localidad donde la "revolución de los jazmines", alimentada por la pobreza, la corrupción y la represión policial, comenzó hace un mes a raíz el suicido de un joven desesperado.

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