
Aunque con menos intensidad de lo sucedido recientemente en Bielorrusia, las fuerzas del capitalismo intrasigente tratan de nuevo de escenificar en el Libano ese tipo de"Revoluciones de Colores" con el que tanto téxito han tenido en tiempo pasado en paises como Ucrania, Moldavia, Kirguistán,etc,etc.. Pero los tiempos están cambiando y el Libano no será con facilidad una segunda Ucrania en donde las consecuencias de su "Revolución Naranja" tanta pobreza, sufrimiento y miseria ha traido a la población ucraniana.
En el Libano se encuentran enfrentados ya desde hace décadas dos grupos bien diferenciados: los Sunis liderados por la poderosa familia Hariri apoyados fuertemente por los Estados Unidos y Arabia Saudita y por el otro lado el movimiento del pueblo Hezbolá que busca su apoyo en Gobiernos como el de Siria e Irán. Estos enfrentamientos condujeron a guerras civiles cruentas y fatricidas en la década de los setenta. Al no poder imponerse militarmente ninguno de los dos bandos se llegó al convencimiento de que el Libano, como país, sólo podría continuar desarrollandose dirimiendo las diferencias de las dos partes sólo en el plano Político-Institucional.
Este es una situación que ha parecido funcionar hasta ahora. Pero parece ser que las fuerzas de la derecha sólo aceptan gobiernos en los que ellos tengan la mayoría. Una vez perdida esta, como en el caso presente, aparece de nuevo su caracter intrasigente y antidemocrático y no pueden aceptar que un representsante del movimiento popular de Hezbolá pueda dirigir el próximo Gobierno Libanes. La escenificación de la próxima Revolución Naranja se pone en marcha. Sólo que el poder de Hezbolá está fuertemente enraizado en las capas más pobres y humildes de la población libanesa, tanto que su brazo armado, Hezbolá, fué capaz hace unos años de detener y derrotar al mismisimo y poderoso ejercito israeli en las fronteras del sur defendidas por Hezbolá. Una nueva Revolución Naranja no va a ser ,con seguridad, nada facil en el Libano.
LÍBANO: El apoyo logrado por el candidato del movimiento armado Hezbolá al Gobierno de Líbano hizo estallar en cólera a los partidarios de Hariri que tomaron las calles de Beirut y Trípoli e incendiaron un móvil de la cadena qatarí Al Yazzera, poniendo en peligro la vida de los periodistas.
Con el apoyo del candidato de Hezbolah se presume que Beirut debería abandonar la línea de EEUU y Arabia Saudí (asi) como el tribunal Internacional de ONU/EEUU que busca un culpable en Hezbolah sobre el asesinato que realizó El Mossad con el Primer Ministro Rafik Hariri (padre de Saad).
El Mossad tenía infiltrado al gobierno libanés y de hecho más de 60 traidores que pasaban información a Israel han sido encarcelados y algunos de ellos han sido ejecutados.
Miles de partidarios del ex primer ministro Saad Hariri han tomado las calles de la norteña ciudad de Trípoli, bastión de los suníes, para protestar contra el eventual nombramiento hoy de Najib Mikati como nuevo jefe del Gobierno libanés.
El presidente Michel Suleiman debe pronunciarse al respecto. Los partidarios de Hariri consideran que con este nombramiento Hezbola dió una especie de golpe de Estado.
Durante las protestas en Trípoli ha sido incendiado un vehículo utilizado por el canal de televisión árabe Al Yazira. Periodistas del citado canal y otros reporteros informan de que se han visto obligados a refugiarse en un edificio de la zona ante la amenaza de los descontrolados, que han levantado barricadas y prendido fuego a neumáticos.
"Si el Ejército no nos ayuda rápido, estaremos en peligro", ha comentado el reportero de Al Yazira, Majed Abdel Hadi, en una emisión pública.
Los partidarios de Hariri han hecho un llamamiento al "Día de la ira" después de que Hezbolá y sus aliados provocaran la caída del Gobierno de Hariri hace dos semanas (cuando retiraron sus 10 ministros del Gabinete) en una disputa sobre las acusaciones en la investigación por el asesinato de su padre, el ex primer ministro Rafik Hariri.
Las protestas han sido convocadas despues de que el candidato de Hezbolá, Najib Mikati, recibiera el apoyo de el líder druso Walid Jumblat y de sus diputados. Con ello, se hace con 65 escaños de los 128 que tiene el Parlamento, lo que virtualmente le convierte en jefe de Gobierno.
Mikati, un multimillonario educado en Estados Unidos, se presenta como un candidato "de consenso, centrista y moderado" y se ha comprometido a hablar con todas las fuerzas políticas si resulta elegido.
El pasado 12 de enero diez ministros de Hezbolá y sus aliados presentaron su renuncia, a los que se unió otro ministro independiente, lo que provocó la caída del Gobierno de Saad Hariri.
Con este golpe de efecto, el partido chií pretende forzar a Beirut a desvincularse del tribunal que investiga el asesinato del ex primer ministro Hariri en 2005, padre de Saad, y que, según algunas filtraciones, podría acusar a miembros de Hezbolá de participar en el atentado.
Hariri, un político suní que cuenta con el respaldo de Estados Unidos y Arabia Saudí, anunció la semana pasada que no participaría en un Gobierno presidido por Hezbolá, alineado con Irán y Siria.
El ex primer ministro acusa a Mikati de "traición", ya que en las últimas elecciones legislativas fue incluido en su lista. Pese a ello, durante las negociaciones parlamentarias de ayer con el presidente Suleiman, que deben concluir hoy, los partidarios de Hariri se lanzaron a las calles en ciudades como Trípoli, Beirut y Sidón, en el sur del país y de donde es originaria la familia Hariri.
En la capital, Beirut, centenares de jóvenes quemaron neumáticos y cortaron el tráfico de algunas zonas.
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