XXXI Marcha a Rota

sábado, 29 de mayo de 2010

REFORMA LABORAL, GRILLETES Y CADENAS.

Las huellas que irá dejando la reforma laboral.



Después de la enorme crisis financiera provocada al estallar las burbujas especulativas del capitalismo globalizado, cuyas consecuencias las están ya pagando en Grecia y se empezará también en España cuando entren en vigor los recortes estatales aprobados por el gobierno de Zapatero y cuyas sombras antisociales se vislumbran igualmente en Portugal, Irlanda e Italia, toca ahora apretar aún más el zapato de los ciudadanos con la reforma laboral que es el recurso con el que la patronal y Gobierno, en perfecta sintonía, pretenden colocar grilletes y cadenas a la clase trabajadora, con la vergonzosa connivencia de los grandes sindicatos.

El Gobierno español, fragil balsa a la deriva en el impacable océano de la crisis, se deja llevar por el oleaje de las presiones externas sin apenas preocuparse por recuperar el timón al que hace ya tiempo renunció. Cuando el FMI y la Unión Europea, con una foto del paternón entre las manos, "aconsejaron" a Rodríguez Zapatero reducir el déficit público, este obedecio recortando los sueldos a trabajadores públicos y pensionistas, y amputando prestaciones sociales por doquier. Los beneficios fiscales del capital y las especulaciones bancarias permanecen, por el contrario, intactas.

Pero los que mandan no se conforman con todo esto. Ahora toca la antisocial reforma laboral, para que la clase trabajadora haya de perder aún más algunos de los derechos sociales conquistados tras largas y dificiles luchas a través de muchas décadas. En Madrid se representa estos días la ópera bufa de una negociación cuyos resultado es un secreto a voces: un nuevo abaratamiento del despido y el enésimo retroceso en los derechos laborales. Ya ha advertido el Gobierno a las centrales: si no hay acuerdo, la reforma se hará por decreto, como en las "mejores democracias". Y para reducir cualquier señal de rebelión, caso de que la hubiera, el sistema capitalista ha puesto en funcionamiento sus mecanismo más contundentes: ayer, la agencia Fitch Rating bajó la calificación de la deuda española. De poco vale que, el mismo día y desde Madrid, el Nobel de Economía Joseph Stiglitz recomendase recortar la influencia de estas agencias, impunes responsables de la putrefación del sistema financiero que provocó el gran estallido de la crisis actual. Negros nubarrones de más injusticias sociales con su aumento del paro y las desigualdades sociales nos esperan. ¿Conseguiremos despertar alguna vez y enfrentarnos a todo ello?.


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