
Colisión frontal Brasil- Estados Unidos.
Lejos van quedando los tiempos en los que el representante de turno del Imperio Estadounidense sólo necesitaba hacer una señal determinada para que los gobiernos subditos de su "patrio trasero" sudaméricano se apresurasen a cumplir, sin rechistar, los deseos y ordenes del gran Imperio del Norte. Con el acuerdo firmado el lunes pasado entre los gobiernos de Brasil, Irán y Turquia para resolver el conflicto nuclear iraní por iniciativa del presidente brasileño Lula indica que estos paises emergentes empiezan a tener un fuerte protagonismo en el tablero de la política mundial.
Las ondas expansivas del acuerdo de Teherán sacudieron las cancillerias de las potencias occidentales, evidenciando la profunda molestia que provoca la interrupción de estas potencias emergentes que trastocan los planes de los poderes imperiales.
La reacción de la Casa Blanca, por boca de la secretaria de Estado Hillary Clinton, que pasó por alto el acuerdo de Teherán y pretende seguir avanzando en su política injusta de sanciones contra Irán, muestra la impotencia de Estados Unidos al verse desplazado del escenario global. Entre la maraña de declaraciones emitidas, vale la pena desenredar los hilos que muestran la creciente polarización entre Brasilia y Washington, que se traduce en la región sudaméricana en una inevitable escalada con niveles alarmantes.
El presidente Lula manifesto refiriendose a los EE.UU que lo importante de las relaciones entre ambos paises es establecer una relación de confianza y respeto mutuo. No es posible hacer política sin cumplir estas premisas, dijo Lula. En contraste, Clinton destacó que el acuerdo es un intento de detener la acción del Consejo de Seguridad ( en realidad su propia política de acoso y agresión contra Irán) sin llegar a tomar medidas para abordar la preocupación internacionales sobre su programa nuclear. Con ello instaló la desconfianza, justo al reves que Lula.
Flynt Leverett, director del Proyecto Irán de la Fundación Nueva América, ex responsable para Medio Oriente del Consejo de Seguridad Nacional de Estados unidos y ex analista de la CIA ( buenas recomendaciones) ha llegado incluso a tomar distancia de la Casa Blanca al apuntar que la secretaria de Estado Hillary Clinton está bajo presión, porque parece ser que el gobierno de Obama hubiera perdido el control de la situación y Brasil y Turquia pasaran a liderar la via diplomática. Cree que el insistir en las sanciones se va a volver contra el gobierno de Obama, que está apostando a un juego bastante arriesgado. Leverett va más lejos al afirmar que el cambio de posición de Estados Unidos, que ahora reflota la tesis de que Irán debe abandonar todo enriquecimiento de uranio, es deshonesta y una señal de desesperación.
Ante ello surge la pregunta, ¿ por qué esta desesperación del gobierno de Obama?. Pues porque por un lado pierde aliados del todo fieles no hace mucho tiempo como Turquia y Brasil, en dos zonas estrategicas para sus intereses imperiales. Por otro lado, no puede negar la via diplomática ni aparecer como el gran derrotado luego de esgrimir durante años el garrote contra Irán. Quizá el punto más duro de digerir es que es, precisamente, en el ex patio trasero sudamericano donde ha surgido una potencia que puede, incluso, hacer sombra a la Casa Blanca en los conflictos del Medio Oriente, en este caso Irán.
Una auténtica novedad, además, es que en Brasil la prensa ( la mayoria de derechas) tiende a cerrar filas en torno al gobierno de Lula, sin ocultar que se está en un conflicto con la Casa Blanca (hace algunos años algo del todo impensable). Marco Aurelio Gracía, asesor especial para sauntos internacionales de la Presidencia de Brasil, se refirió al gobierno de Obama afirmando de que "está herido".
La con frecuencia prudente diplomacia brasileña no esconde su indignación con la actitud estadounidense. La cancilleria envió el miercoles pasado una carta al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas explicando que al acuerdo de Teherán contiene los mismos terminos que las potencias occidentales vienen exigiendo desde hace tiempo, es decir, que el uranio iraní no termine de ser enriquecido en el propio país con el fin de que no puedan desarrollar la posibilidad de construir bombas atómicas. Por ello demandan que precisamente ahora no se cierre el camino de las negociaciones. Por eso, Amorin ( el canciller brasileño) dijo que ignorar el acuerdo es despreciar la búsqueda de una solución pacifica y negociada. Para el canciller, que fue la pieza clave en el conseguido y bien eleborado acuerdo, el mismo es un pasaporte para una solución pacífica y negociada.
Pero la confrontación entre Brasil y Estados Unidos tiene su punto culminante en la región sudamericana y pasa por la defensa de la Amazonia y del petroleo encontrado en el Atlántico sur.. El presupesto militar se incrementó el 45% desde el 2004. La adquisición de 36 cazas de última generación a la francesa Dassault, desechando la oferta de la estadounidense Boeing, que será oficializada la próxima semana, es otro punto de fricción mayor con Washington.
Que todas las compras militares incluyan la transferencia de tecnología revela que Brasil decidió la creación de un complejo militar-industrial autónomo, como garantia de su proyección regional y global.
lo más significativo es el despliegue que realiza el ejercito brasileño en la Amazonia para enfrentarse a las nuevas bases militares de Estados Unidos en Colombia. Los efectivos del ejercito en la Amazonia se duplican: de 25.000 que tienen en este momento llegará a tener unos 50.000; se instala una base de la fuerza aérea para la operación de aviones de transporte Hércules y las nuevas brigadas se convierten en modulos de combate independientes con unos 3.000 efectivos cada una, con el fin de adaptarse al combate en la selva.
Brasil, por lo tanto, se prepara para un escenario de conflontación militar con Estados Unidos cuyo epicentro será la Amazonia. En esta lucha contará con seguridad con el apoyo y colaboración de los paises del ALBA, en especial Venezuela, que se encuentran sometidas a una agresión y amenazas del "gran" Imperio del Norte que paulatinamente va perdiendo aliados y paises sumisos. Es una situación inimaginable hace sólo unas décadas y demuestra que el proyecto de liberación y emancipación de los pueblos Latinos-Américanos va progresando claramente. Una muy buena noticia para tantos y tantos millones de pobres y desposeidos del continente sudamericano, pero sin olvidar que queda por delante todavía un largo y muy dificil camino por recorrer hasta llegar a conseguir sociedades más humanas y mucho más justas.
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