Aunque Jiménez Barrios les aseguró hace un año que no volverían a sufrir impagos, el personal de Hostelería se encerró anoche para exigir su salario.
Parte del personal de la Escuela de Hostelería, ayer tarde en durante el encierro. Han pasado la noche en la cafetería del centro. / jesús marín
Hace justo un año respiraron aliviados. El 3 de diciembre de 2013, los trabajadores de la Escuela de Hostelería de Cádiz percibieron, por fin, las ocho nóminas que les adeudaba la Junta de Andalucía. El consejero de Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, les aseguró entonces que jamás volverían a pasar por esta angustiosa y complicada situación de impagos. Pero ese jamás sólo duró cinco meses. El pasado lunes sumaron ya siete meses sin nóminas, y ayer iniciaron un encierro de 24 horas para recordar a la Administración andaluza que siguen sin cobrar y que exigen una solución. No quieren ni pensar que lleguen las navidades y... "sería muy duro". "Tenemos una leve esperanza de que nuestra situación cambie antes de que finalice el año, pero porque somos así de tontos... Ignacio García (parlamentario de IU por Cádiz) dijo el martes que en dos o tres días se desbloquearía el asunto, y hasta el momento no tenemos novedades al respecto. Nadie nos ha llamado", compartía ayer tarde el portavoz de la plantilla, Juan Ramón González.
La protesta la iniciaron una vez concluyeron la jornada laboral, a las tres de la tarde. Almorzaron juntos y agruparon colchones en la cafetería, donde han pasado la noche ocho de los 15 empleados. No ha sido la primera vez, ya en octubre de 2013 protagonizaron un encierro de 24 horas por el mismo motivo.
Ayer, propusieron nuevas medidas para desarrollar en los próximos días, pero sobre todo dedicaron la tarde a atender a las diversas personas que acudieron a la Escuela para mostrarles su apoyo. Clientes habituales del restaurante, antiguos alumnos y estudiantes del pasado curso, proveedores, comerciantes y vecinos de la zona, y representantes de partidos como PSOE, IU y Podemos se acercaron al centro en solidaridad con estos profesionales.
Están viviendo una situación dramática, no les está resultando nada fácil llenar la nevera ni hacer frente a las facturas. Pero como ellos mismos recordaron el pasado martes en una rueda de prensa, no son los únicos que están padeciendo la falta de liquidez de la Escuela. A los proveedores y al personal de limpieza del centro también se les adeuda dinero, y muchos de los alumnos que el pasado curso se matricularon en primero de Cocina y de Sala están desmotivados y cabreados. "Esto es increíble, y lo peor es que no sabemos qué solución nos van a dar", manifestaba Cristian Rodríguez, alumno de Cocina que acudió al centro por la tarde.
"Nuestra situación es angustiosa. Hemos cursado un año y aún no sabemos qué va a pasar con nuestra formación. Nos han dejado en un limbo. ¡Es una vergüenza! Aquí nadie viene a dar la cara, ni siquiera la delegada de Educación. Y el Ayuntamiento tampoco nos está apoyando. Es increíble", se desahogaba el joven de 31 años, que meses atrás renunció a continuar sus prácticas en el restaurante Martín Berasategui (en Lasarte y de tres estrellas Michelin) para proseguir sus estudios en la Escuela gaditana.
"Inicié las prácticas en el restaurante Martín Berasategui el 18 de junio. Aunque era por un período de tres meses, me propusieron quedarme hasta diciembre, pero lo rechacé para continuar las clases y obtener el certificado. Y fíjate... el curso ni ha comenzado y yo he perdido esa gran oportunidad", lamentaba indignado Rodríguez. El alumno también recordó que la formación que recibieron el pasado año se vio mermada al comenzar el curso en enero y paralizarse las clases varios días por las protestas estudiantiles.
Al igual que él, su compañera Vanessa Sibón, de 36 años, también optó por no prolongar sus prácticas en el restaurante del hotel Pazo de Altamira (en Santiago de Compostela) y regresar a Cádiz para no faltar a las clases. "La incertidumbre es muy grande. No sabemos cuándo va a comenzar el curso ni conocemos el plan formativo. Nadie nos da respuestas... Llevamos meses sin novedades, meses perdidos que podríamos haber aprovechado trabajando", lamentaba la joven.
Sibón reconoció estar "desmotivada" y "preocupada" por la calidad de la enseñanza que van a recibir en el nuevo ejercicio lectivo: "El curso pasado ya empezamos tarde, en enero, y los profesores nos dijeron que en segundo recuperaríamos parte de la formación de primero". Ésa era al menos la intención de los docentes, que no imaginaban que iban a volver a pasar por el mismo calvario. Jamás, les dijeron.
La protesta la iniciaron una vez concluyeron la jornada laboral, a las tres de la tarde. Almorzaron juntos y agruparon colchones en la cafetería, donde han pasado la noche ocho de los 15 empleados. No ha sido la primera vez, ya en octubre de 2013 protagonizaron un encierro de 24 horas por el mismo motivo.
Ayer, propusieron nuevas medidas para desarrollar en los próximos días, pero sobre todo dedicaron la tarde a atender a las diversas personas que acudieron a la Escuela para mostrarles su apoyo. Clientes habituales del restaurante, antiguos alumnos y estudiantes del pasado curso, proveedores, comerciantes y vecinos de la zona, y representantes de partidos como PSOE, IU y Podemos se acercaron al centro en solidaridad con estos profesionales.
Están viviendo una situación dramática, no les está resultando nada fácil llenar la nevera ni hacer frente a las facturas. Pero como ellos mismos recordaron el pasado martes en una rueda de prensa, no son los únicos que están padeciendo la falta de liquidez de la Escuela. A los proveedores y al personal de limpieza del centro también se les adeuda dinero, y muchos de los alumnos que el pasado curso se matricularon en primero de Cocina y de Sala están desmotivados y cabreados. "Esto es increíble, y lo peor es que no sabemos qué solución nos van a dar", manifestaba Cristian Rodríguez, alumno de Cocina que acudió al centro por la tarde.
"Nuestra situación es angustiosa. Hemos cursado un año y aún no sabemos qué va a pasar con nuestra formación. Nos han dejado en un limbo. ¡Es una vergüenza! Aquí nadie viene a dar la cara, ni siquiera la delegada de Educación. Y el Ayuntamiento tampoco nos está apoyando. Es increíble", se desahogaba el joven de 31 años, que meses atrás renunció a continuar sus prácticas en el restaurante Martín Berasategui (en Lasarte y de tres estrellas Michelin) para proseguir sus estudios en la Escuela gaditana.
"Inicié las prácticas en el restaurante Martín Berasategui el 18 de junio. Aunque era por un período de tres meses, me propusieron quedarme hasta diciembre, pero lo rechacé para continuar las clases y obtener el certificado. Y fíjate... el curso ni ha comenzado y yo he perdido esa gran oportunidad", lamentaba indignado Rodríguez. El alumno también recordó que la formación que recibieron el pasado año se vio mermada al comenzar el curso en enero y paralizarse las clases varios días por las protestas estudiantiles.
Al igual que él, su compañera Vanessa Sibón, de 36 años, también optó por no prolongar sus prácticas en el restaurante del hotel Pazo de Altamira (en Santiago de Compostela) y regresar a Cádiz para no faltar a las clases. "La incertidumbre es muy grande. No sabemos cuándo va a comenzar el curso ni conocemos el plan formativo. Nadie nos da respuestas... Llevamos meses sin novedades, meses perdidos que podríamos haber aprovechado trabajando", lamentaba la joven.
Sibón reconoció estar "desmotivada" y "preocupada" por la calidad de la enseñanza que van a recibir en el nuevo ejercicio lectivo: "El curso pasado ya empezamos tarde, en enero, y los profesores nos dijeron que en segundo recuperaríamos parte de la formación de primero". Ésa era al menos la intención de los docentes, que no imaginaban que iban a volver a pasar por el mismo calvario. Jamás, les dijeron.
http://www.diariodecadiz.es/article/cadiz/1914475/otro/encierro/tras/jamas.html
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